Tiene el justo talento para ser una gran estrella. Una voz agradable, fama, polémicas a su alrededor y una legión de fans que desean escuchar su nueva música, pero a Britney parece que todo esto le importa tres pimientos.
Está tan centrada en su vida de madre y en el ejemplo que quiere dar a sus hijos que, en mi opinión, se está olvidando un poco de ser la superestrella que fue, es y será.
El caso es que Make Me, contaba con un videoclip dirigido por David Lachapelle, uno de los mejores fotógrafos de la actualidad, y el equipo de Britney lo acabó desaechando porque no les encajaba. Era algo así… (filtración)
¿El resultado?, que el nuevo videoclip, dirigido por Randee St. Nicholas, es un coñazo. Y no es malo por culpa del director, es patético porque Britney y su equipo han querido suavizarlo tanto que ha perdido toda personalidad.
Y si después de esto tienes más ganas de Britney, aquí tienes Private Show, otra de las canciones de su nuevo disco que ya está disponible en las plataformas digitales. Pese a todo esto