Anoche fui un tremendo afortunado. Cuando me enteré de que Concha Velasco se retiraba de los escenarios corrí a ver en qué lugares estaría con La Habitación de María, la obra que su hijo Manuel Martínez Velasco escribió para ella.

La última función era en Logroño, mi Logroño, mi ciudad. En el Teatro Bretón, en el mismo lugar en el que la vi por primera vez hace ya muchísimos años cuando yo era tan solo un niño. No podía faltar a su adiós. Un adiós, que no es definitivo porque seguro que, aunque no sobre las tablas, sí que la veremos en televisión.

Compré dos entradas, por supuesto en primerísima fila, y ayer viajé desde Madrid hasta Logroño para disfrutar de una gran noche: de la última gran noche de Conchita Velasco en el teatro. Cualquier expectativa fue superada por lo que anoche viví. Concha Velasco es la mejor showoman que tiene este país. Es un referente e historia viva de la música, la televisión, el cine y el teatro.

Me emocioné desde el primer segundo en el que la vi sobre el escenario. A sus 81 años de edad Concha Velasco está fantástica. La chica yeyé ya es una abuela yeyé pero… ¡menuda abuela! Disfruté como un enano, como la primera vez que la vi sobre el escenario pero sabiendo que esta sería la última. GRACIAS CONCHA.

Ella visiblemente emocionada pero contenida quiso regalarle al público logroñés 20 minutos extra de despedida que se me quedarán grabados para siempre y que hoy quiero compartir con todos vosotros.

¡Viva el teatro! ¡Viva Concha Velasco!