Pues sí, lo reconozco. Esta mañana he llamado por teléfono para confirmar que ahí estaba. Según me he levantado, he ido corriendo a la librería. No quería pegarme el viaje para nada. Cuando he llegado (acababan de abrir y aún estaban desembalando las cajas), mi libro ya estaba preparado. Mi copia de Defectos Perfectos estaba esperándome en caja lista para ser comprada y desgranada por mis ojos dispuestos a conocer un poco más a una de mis artistas favoritas.

Chenoa es fuerza, superación, ganas, garra… Chenoa es muchas cosas pero ¿quién conoce realmente a Laura? ¿Quién conoce su versión de su propia historia? Desde hoy podéis hacerlo, con matices, a través de su recién parido libro.

Defectos Perfectos es más que un libro, más que unas memorias, más que palabras… es un vómito de realidad que te lleva a reescribir, si me permites la exageración, la historia de la música en España. Es una verdad comedida y con mucha lengua mordida, es una tremenda muestra de honestidad y un golpe sobre la mesa de esos que hacen tambalear. Defectos Perfectos es también, como muchos de los que ya lo han leído en su formato digital (que ya es número uno en ventas, como lo fue en la preventa), un viaje de sentimientos y sensaciones: rabia, impotencia, felicidad, esperanza y fuerza.

Chenoa está de vuelta. Ella, cuando tú vas, ya ha ido y ha vuelto varias veces, y ahora está plena, peltórica, radiante… Está viva y viviendo su mejor momento. Hoy publica su libro, el viernes comienza una nueva temporada de Tu Cara Me Suena (donde brilla tanto que casi hasta eclipsar), los lunes hace ‘zapping’  en la tele, (ese lugar en el que se maneja tan bien como para que le propongan firmar un contrato de cadena de esos que traen muchas cosas buenas), se ha pasado el verano llenando conciertos y lidiando con malas víboras que no llegan a cobras…

Amor, desamor, amigos, compañeros, familia… Laura se quita la máscara de Chenoa. Desde hoy podréis conocer un poco más a esa persona que en las distancias cortas gana, a esa que, como dice en una de las primeras páginas de su libro (que yo ya llevo unas cuantas leídas), sabe que en la vida se trata de eso… «de apoyar a la gente que quieres para que consiga sus sueños«. Doy fe.

Aún recuerdo el día en que me dijiste… «cuando me necesites, dame un silbidito. Ahí estaré«. Y he de decir que, pese a ser una grande (aunque a algunos os joda reconocerlo), siempre, en la distancia o al lado, ha estado.

Hoy, aquí estoy yo por ti, amiga. Felicidades por este doloroso y valiente parto. Por poner los puntos sobre las íes. Por tu generosidad. Enhorabuena por hacer música hasta con palabras leídas.

Sigamos cantando juntos.

Y por si no la has visto… ahí va la entrevista que le hice hace unos meses en la que ya hablábamos de la idea de escribir unas memorias.