La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘zelanda’

Viaje alucinante (y antiecológico) de una manzana

Sano como una manzana. ¿Existe un alimento más natural? Pues depende, tanto de su método de cultivo (ecológico o industrial) como de su lugar de origen. Porque al menos en gasto energético, la energía primaria necesaria para que una manzana perfecta de esas que en estas fechas invernales vemos en las fruterías, pongamos por caso de la popular variedad ‘Golden Delicious‘, llegue a ciudades densamente pobladas como las nuestras desde países remotos, es escalofriante.

La energía invertida en el transporte de una manzana (o un kiwi o unos lichis) de países tan lejanos como Nueva Zelanda a España (23.000 kilómetros) representa 35 veces la que se ha utilizado en forma de abono para producirla. Exactamente la energía equivalente a tener encendida una bombilla incandescente de 100 watios durante más de 10 días seguidos. Un derroche salvaje que, a pesar de todo, logra poner en la mesa fruta con precios más bajos que los de nuestras sabrosas manzanas leridanas o del Cinca.

Incluso almacenándola durante meses en cámaras frigoríficas siguen siendo energéticamente más eficientes que las llegadas de muy lejos. Esto último lo ha demostrado recientemente el investigador alemán Michael Blanke, en un Congreso Internacional de Horticultura cuyas actas han visto este año la luz.

En su caso Blanke hizo el cálculo con frutas llegadas a la populosa región alemana del Rhein-Ruhr (8 millones de consumidores) en el mes de abril. Para ello comparó el gasto energético entre dos lotes de manzanas. Por un lado las cosechadas en Alemania a mediados de octubre y almacenadas durante 5 meses en cámaras de refrigeración hasta mediados de marzo. Por otro lado manzanas frescas de la misma variedad nacidas en el hemisferio sur, en Hawke’s Bay, Nueva Zelanda o Grabouw-Elgin, en la provincia occidental del Cabo, Sudáfrica. Estas manzanas fueron recogidas en marzo y tardaron 28 días y 14 días de transporte, respectivamente, en llegar en buques frigoríficos a Amberes para su posterior venta en Alemania.

El resultado fue el esperado. El transporte desde lugares tan lejanos como nuestras antípodas consume mucho más que el almacenamiento de los productos locales. Con el añadido de su beneficiosa implicación en el mantenimiento del empleo local, huertos frutales, redes regionales de producción, preservación del paisaje, junto con una mayor seguridad alimentaria y empleo de sistemas de garantía de calidad europeos tales como QS y EUREP-GAP.

Resumiendo. Cuando vayas a comprar fruta mira bien antes su procedencia. Cuanto más lejos vienen mayor es el derroche energético y el daño que le hacemos a nuestra agricultura nacional. Así que seamos consumidores concienciados, también en Navidad.