Si estás nervioso, tómate una tila. Pero mejor aún que en infusión, disfrútala por narices. Quizá no te has dado cuenta, pero la mayor parte de los jardines y paseos de España están ahora mismo con sus tilos reventones de flores, olorosos hasta la locura, regalándonos los aromas más maravillosos que nadie nunca pudiera imaginar.
A mí me encanta buscarlos, pasear bajo ellos y, si cuadra, sentarme aunque solo sea un momento bajo su sombra embriagadora para disfrutar de tan relajante compañía mientras leo el periódico o un libro. Parar el reloj. Aquí huele a verano, a tranquilidad, a campo, a vida. «Nada te turbe, nada te espante«, que diría santa Teresa de Jesús. Bajo estos árboles germina la bondad, como sabiamente señala el refranero:
Flores de tila y naranjo, al más malo vuelve manso. Lee el resto de la entrada »