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El dragón Smaug que cuida los tesoros de La Gomera es azul y muy peligroso

Dragón azul, una extraña y poco conocida criatura de los mares. Foto Taro Taylor

Lo que empezó el otro día como una tranquila tarde de playa en la incomparable localidad de Valle Gran Rey, en la isla de La Gomera, terminó en monumental sorpresa. Caminando por sus negras arenas encontré unos diminutos bichos azulados que la marea iba sacando del mar. Unos niños habían comenzado a jugar con ellos recogiéndolos con sus palas y echándolos en un cubo con agua.

Mi asombro fue mayúsculo. Poco a poco se iban abriendo en la superficie, desplegando un cuerpo azul cobalto totalmente estrellado que nunca había visto antes. Parecían dragones, como el violento Smaug de la novela El hobbit, pero de color azul cobalto en lugar de rojo. ¿Qué porras era eso?

Eran peligrosos dragones azules (Glaucus atlanticus). Así se llaman estas increíbles, venenosas y poco conocidas criaturas marinas.

Echa un vistazo al vídeo que he grabado de ellos [y subido a mi canal de YouTube] para que descubras su belleza.

Si quieres conocer sus secretos sigue leyendo a continuación.

El Smaug azul de los mares

Smaug es el famoso dragón de El hobbit, el último que quedaba en la Tierra Media y que expulsó a los enanos de la Montaña Solitaria, arrebatándoles su tesoro. Estos dragones azules que me encontré en La Gomera también guardan un tesoro, el de una isla maravillosa que se ha convertido en emblema del ecoturismo europeo.

Pero no te preocupes por ellos, son raros y no te hacen nada si no les tocas, así que puedes estar tranquilo paseando por las playas gomeras, tan seguras y felices como sus bosques de niebla.

Pero aprovechemos el descubrimiento para conocer algo más de estas increíbles criaturas que parecen salidas de la imaginación de de J. R. R. Tolkien.

Glaucus atlanticus, conocido como dragón azul, es una extraña babosa marina, un gasterópodo nudibranquio de la familia Glaucidae. Tiene seis apéndices o brazos que se ramifican en rayos. Y para ser aún más dragón, los dientes de su rádula o boca parecen espadas.

Vive siempre en alta mar, lejos de la costa, en aguas templadas y tropicales, por lo que el cambio climático sin duda lo está favoreciendo. Su zona de distribución es amplísima, pues se encuentra en aguas atlánticas europeas y africanas, la costa este de Australia y Mozambique.

Aunque vive en mar abierto, accidentalmente pueden ser arrastrados por las corrientes hacia la costa, lo que explica que algunas veces nos los podamos encontrar en las playas. Pero es algo muy raro.

¿Por qué son azules?

Para camuflarse en el color azul intenso de los mares pelágicos donde viven, pero también con el blanco de los cielos.

Esta especie flota boca abajo aprovechando el mecanismo físico conocido como tensión superficial del océano y cuentan además con la ayuda de un saco lleno de aire que tienen en el estómago. Con movimientos mínimos de esa especie de dedos o flagelos se mueven en el agua buscando a sus presas. Porque ahí donde los ves son carnívoros, viven de la caza de otras criaturas igual de raras que ellos.

Pero también son cazados por otros animales. Por eso su coloración le sirve de camuflaje y le ayuda a defenderse de los depredadores que puedan atacarlos tanto por encima (se confundirán con el azul del mar) como por debajo (les verán igual de blancos o grises que el cielo).

Otra curiosidad. Como la mayoría de las babosas marinas, ésta es una especie hermafrodita, pues tiene tanto órganos sexuales masculinos como femeninos. Las parejas copulan uniendo sus vientres y luego expulsan los huevos fecundados unidos en largas cadenas gelatinosas.

Mucho cuidado, son venenosos

Como todo dragón que se precie, éste azul también lo es. No te va a atacar, no tengas miedo. Pero si lo tocas puede ser una picadura muy urticante y dolorosa, más potente que la de una medusa.

Y no se te ocurra comerlo porque es un potente veneno. Los dragones azules se alimentan de medusas y otros seres parecidos. Su veneno no solo no les afecta, sino que lo acumulan en la punta de sus dedos, concentrándolo aún más.

Este tipo de seres extraños depredan sobre otros organismos pelágicos de mayor tamaño, como la altamente venenosa carabela portuguesa, la velella o el caracol marino violeta. Y puestos a comer todo lo que flote por el mar, en algunas ocasiones también son caníbales y se comen entre ellos mismos. Menuda ricura de bichos.

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