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Temores en el día internacional de los buitres por un medicamento veterinario

Buitre negro ©Juan Bécares / SEOBirdLife

Las organizaciones conservacionistas SEO/BirdLife y WWF advierten que entre 3.000 y 6.000 buitres podrían morir al año en España si se sigue autorizando el diclofenaco como medicamento veterinario. Aunque el consumo de carnes de animales tratadas con esta droga no tiene efectos negativos para los seres humanos, en el caso de los buitres tiene terribles efectos al provocarles graves insuficiencias renales que acaban matándoles.

Ante la nueva revisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para autorizar la renovación de este antiinflamatorio para uso veterinario, y con motivo del Día Internacional de los Buitres, que se celebra el próximo 2 de septiembre, SEO/BirdLife y WWF solicitan que se aplique el principio de precaución y se retire del mercado.

El diclofenaco es más conocido entre nuestra botica humana como Voltaren, muy empleado para tratar reumatismos, artritis o artrosis, como explica con todo detalle Boticaria García. Lee el resto de la entrada »

Buitres y águilas, amenazados de extinción por un medicamento

buitre leonado Juan Bécares SEOBirdLife

Buitre leonado. © Juan Bécares, SEO/BirdLife

Si te digo diclofenaco te sonará a chino, pero si te digo Voltarén, el popular medicamento antiinflamatorio utilizado contra los dolores del reúma y la artitritis, seguro que caes en la cuenta. Pero quizá no sepas que por su culpa están cayendo muertos millones de buitres por todo el mundo. Porque lo que para nosotros es beneficioso, a estas aves directamente les revienta los riñones.

¿Rapaces tomando antiinflamatorios como unos viejitos reumáticos? Pues sí, pero sin sospecharlo siquiera. Lo ingieren involuntariamente al consumir animales muertos de granjas tratados con este remedio. Y no porque vacas o cerdos lo necesiten. A esos animales muchas veces se les administra de forma generalizada para lograr mayores rendimientos cárnicos.

El diclofenaco fue responsable de la desaparición del 99% de los buitres en el Sur de Asia, hasta que cuatro países de la región prohibieron el producto tras evidenciarse su papel en la muerte de estas aves. Posteriormente se ha comprobado que también es letal para las águilas, y entre ellas podría estar el águila imperial ibérica. Contra toda lógica, en 2013 el diclofenaco se autorizó en varios países europeos (España, Estonia, Italia) para el tratamiento de ganado porcino y vacuno.

No es alarmismo, es triste realidad. De hecho, acaba de comprobarse científicamente el primer caso de envenenamiento de buitres en España por culpa de este medicamento veterinario: un pobre buitre leonado (Gyps fulvus) hallado muerto en Andalucía en 2012. La punta de un iceberg de muerte.

En el caso de España, el territorio con mayor biodiversidad de Europa, su uso puede provocar una extinción silenciosa de rapaces. Si además se autoriza en África, la catástrofe será global, pues sin buitres los ecosistemas, la salud de las personas y hasta las economías se verían fuertemente resentidas.

Y no será por no advertirlo. El último llamamiento internacional lo ha lanzado la semana pasada SEO/BirdLife en la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica celebrado en Corea del Sur. Allí su director de Conservación, Juan Carlos Atienza, aseguró que el gobierno español «está llevando a los buitres de forma temeraria por el borde del precipicio y con los ojos vendados”.

El representante de SEO/BirdLife pidió apoyo internacional “para conseguir una prohibición mundial del diclofenaco para uso veterinario y la puesta en marcha de guías que permitan evaluar adecuadamente el impacto de los productos veterinarios en los buitres antes de su autorización”.

El doctor Asad R. Rahmani, director de la Bombay Natural History Society of India, lo tiene muy claro:

“El declive de las poblaciones asiáticas durante los últimos 20 años se debe principalmente al envenenamiento por consumo de cadáveres de animales tratados con el analgésico diclofenaco sódico. India y muchos países han prohibido su uso veterinario del diclofenaco. A pesar de la abrumadora evidencia de que las especies de buitres y de águilas son tan sensibles este antiinflamatorio, es alarmante que algunos países en Europa hayan iniciado su uso veterinario. Espero que aprendan de India y que prohíban este peligroso medicamento en el ganado”.

¿Aprender nosotros, aquí en España? Mucho me temo que ese verbo se conjuga muy mal en español.

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Peces con reuma y buitres con ardor de estómago

Asegura una vieja tradición de las Islas Canarias que el aceite de las pardelas, nuestros albatros del hemisferio norte, cura el reuma. Según la simplista explicación popular, si esas aves marinas que se pasan la vida vagabundeando por el océano no sufren tal enfermedad, dándonos friegas con el extracto de sus grasas tampoco nosotros la sufriremos. Desconozco cómo las yerberas canarias sabían que ese mal de los huesos es desconocido para estos pájaros, lo cual dudo.

Escéptico ante las bondades de tales cataplasmas, para paliar los dolores reumáticos soy más dado a tomar medicinas como el voltarén. Lo que muchos no sabíamos es que, sin proponérnoslo, con ello también estamos tratando el reuma de los peces, si es que lo tienen. Porque, a través de la orina, nuestra “agüita amarilla” lleva esa medicina antiinflamatoria a ríos y mares, medicando inútilmente la fauna acuática. Que igualmente acumula en sus tejidos antidepresivos, anticonceptivos y otros fármacos.

Comernos luego tales peces no nos hace ningún mal, pues las concentraciones son mínimas, pero a ellos tanta botica no les hace ningún bien. Hasta el punto de que esta contaminación farmacológica provoca en ellos curiosos casos de transexualismo; peces hembra con minipenes y machos con células femeninas.

Algo parecido hacemos con los buitres. Su potente sistema inmunológico les permite comer carne podrida sin sufrir ni un leve ardor estomacal. Pero nuestro ganado está ahora mismo repleto de antibióticos veterinarios como medida preventiva para evitar pérdidas en las granjas. Y los carroñeros, de tanto ingerir esas carnes medicalizadas, están perdiendo sus defensas hasta el punto de morir muchos de enfermedades para las que siempre estuvieron inmunizados.

Aviso a navegantes: ¿No nos estaremos pasando con tanta automedicación (voluntaria e involuntaria)?

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