Ha sido ponerse a buscar en las ciudades bichos raros, anfibios y reptiles, y aparecer de todo. A pesar de estar tan hormigonadas, nuestras urbes se rebelan como importantes reductos de biodiversidad para la fauna salvaje más amenazada, y eso es una buena noticia.
Pero también, y esto es una muy mala noticia, se han convertido en extravagantes zoológicos al aire libre donde aparecen las criaturas más extrañas y deslocalizadas. Como una serpiente pitón birmana (Python bivittatus) localizada en Zaragoza, una falsa coral (Lampropeltis triangulum) en Tres Cantos, lagartijas ibicencas de las Pitiusas (Podarcis pityusensis) en San Sebastián o ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) en Barcelona.
Todas especies exóticas llegadas en barco o en avión para alimentar el vergonzante comercio de mascotas raras y que acaban siendo liberadas por sus descerebrados dueños. Lee el resto de la entrada »