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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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El futuro es promiscuo, al menos para las mariposas

En la variedad está el gusto… y el futuro. Así lo piensan las mariposas. O al menos así lo interpretamos nosotros después de que un importante estudio científico haya demostrado que la promiscuidad, incluso con elementos totalmente ajenos a los intereses y hasta a los genes de la propia especie, ayuda a sobrevivir; a sobrellevar con éxito eso que llamamos lucha por vida.

En principio nos referimos a las mariposas, aunque somos muchos quienes incluso en estos sesudos descubrimientos creemos ver un guiño cómplice de la naturaleza. Será el verano.

Os doy más detalles. Un numeroso equipo internacional de investigadores ha secuenciado por primera vez el genoma de la mexicana mariposa del cartero (Heliconius melpomene). Los resultados, publicados en la revista Nature y dados a conocer por la Agencia SINC, demuestran que la reproducción entre diferentes especies de lepidópteros ha contribuido positivamente al intercambio de colores para perfeccionar su mimetismo, herramienta fundamental que evita a los depredadores.

No contentos con desear a la vecina del bosque de enfrente, el haber buscado y logrado una hibridación aparentemente antinatura les ha traído a estos lepidócteros más ventajas que inconvenientes. Las mariposas habrían mejorado así su camuflaje y, con ello, aumentado la supervivencia. Sin embargo, este mariposeo no es habitual. Según los investigadores, sólo entre uno de cada mil y uno de cada diez mil ejemplares del promiscuo insecto recolectados en el medio silvestre es híbrido.

No sé a vosotros, pero a mí esta noticia me ha desatado la libido veraniega. Y me hace pensar en Jack Nicholson y Jessica Lange ¿Qué por qué? Pues porque a la mariposa se le llama “del cartero” y, como en la película protagonizada por ambos actores, el repartidor “siempre llama dos veces”. De casa en casa, de flor en flor. ¿Será el calor, querida Jessica?

Referencia bibliográfica:

The Heliconius Genome Consortium. “Butterfly genome reveals promiscuous exchange of mimicry adaptations among species”. Nature 7398 (485): 1-5, 16 de mayo de 2012. DOI: 10.1038/nature11041

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Récord animal: cuatro familias, 14 hijos y dos maridos en un año

Fidelidad es, según la Real Academia, sinónimo de lealtad. Lo contrario, infidelidad, es de acuerdo con la misma fuente una deslealtad: “Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien [¿Existirá mujería de bien?].

Animales sociales, nuestra especie ha vivido siempre de cabeza por culpa de este pacto afectivo basado en la promesa de ser fieles a nuestra pareja “hasta que la muerte nos separe”. Una promesa harto difícil de cumplir por mucho que la religión haya impuesto la indisolubilidad del matrimonio como santo dogma.

Cuando era inquieto niño pajarero, el cura de Ubierna (Burgos) me señalaba lo sabia que era la naturaleza, con esas cigüeñas emparejadas de por vida. Hoy sabemos lo erróneo de esta vieja leyenda rural, pues la fidelidad de las zancudas es más al nido que al cónyuge; más al piso hipotecado que a quien te ayude a pagarlo.

Otra leyenda señala a los machos como habituales promiscuos frente a las de natural fieles hembras. Y otra vez la realidad desmiente nuestros mitos. Nos lo acaban de demostrar Bellota y Pipo, una pareja extremeña de elanio azul (Elanus caeruleus). Esta pequeña rapaz, especie de cernícalo blanquiazulado de impresionantes ojos rojos, es una portentosa devoradora de ratones. El año pasado la Junta de Extremadura marcó a ambos con emisores para vigilar sus movimientos vía satélite. Sorprendentemente, en apenas un año Bellota sacó adelante 14 pollos en cuatro nidadas consecutivas sin apenas descanso. Pero no todas fueron con el mismo padre. A la tercera puesta la hembra abandonó el nido y dejó al pobre Pipo el trabajo de alimentar en solitario a sus tres jovenzuelos mientras ella se largó a un nido cercano, donde se emparejó con otro macho y crió cuatro pollos más. ¿Qué habría dicho de esto el cura de Ubierna?

En este precioso reportaje de Luis Miguel Domínguez (Avatar producciones) podéis ver sin embargo la otra cara de la moneda. Una pareja de elanios azules donde mientras la madre se mata a trabajar en casa el padre se va al gimnasio.


Podéis conocer con más detalle la historia de Bellota y Pipo en el blog Aves de Extremadura y en la página del proyecto de SEO/BirdLife sobre la migración de las aves.

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