La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘poblet’

El ser vivo más viejo de Europa cambia de sexo

Fortingall-Yew-trunk

Dicen que el amor no conoce edad. Que siempre es momento para salir del armario y reconocer nuestra sexualidad oculta. Pero hay un ser vivo que ha esperado más que ningún otro para dar tan importante paso. Es un tejo (Taxus baccatta), una rara conífera de la que apenas quedan bosques naturales en Europa.

Tan viejo, tan viejísimo, que le calculan entre 2.000 y 5.000 años de edad. Tan legendario que, se supone, bajo su sombra ya entonces frondosa nació el terrible Poncio Pilato; aquel prefecto romano responsable del suplicio y condena a muerte de Jesús de Nazaret. Y no, este árbol no crece en Judea. Lo hace en Escocia, junto a la iglesia del pequeño pueblo de Fortingall, allí donde las Tierras Altas saben a whisky y huelen a turba. Lee el resto de la entrada »

La receta de la semana: paladea el otoño

Otoño

© Creative Commons

Paladear el otoño, sentirlo, disfrutarlo, caminarlo, tocarlo, olerlo, bañarte en él. Este mes lluvioso y a la vez cálido está siendo espectacular. Especialmente para los aficionados a las setas, colmados como pocos años lo han estado de tan fabulosos manjares. Hasta 130 kilos por hectárea de producción micológica, casi el doble de la media.

Yo también me estoy dando estos días una placentera inmersión forestal en un paraje maravilloso, el monasterio de Poblet, en Tarragona. Participo en un congreso internacional dedicado al tejo, ese árbol mágico y a la vez escasísimo. El lugar no puede ser más acertado, el mismo elegido a mediados del siglo XII por los sobrios monjes cistercienses para fundar uno de los cenobios más impresionantes de Europa, con todo mérito declarado Patrimonio de la Humanidad. Esos ermitaños fueron adelantados ecologistas, pues buscaron bellísimos espacios naturales para aislarse del mundo y dedicarse a la contemplación.

Contemplar. Qué verbo tan fantástico para conjugar en otoño. Precisamente de eso vengo a hablar a Poblet. De que no es posible conservar tejedas, robledales, montañas como cotos cerrados. Sólo si divulgamos sus valores seremos capaces de apreciarlos y, lógicamente, aceptaremos y hasta exigiremos su protección.

Una excelente herramienta para lograrlo es el ecoturismo que, es verdad, también tiene su parte negativa de la mano de esos bestias con dos patas (o ruedas) tan dañinas como las pezuñas del caballo de Atila. Aunque hasta para ellos hay solución: educación. Nuestra gran asignatura pendiente.

Por supuesto, hay lugares delicadísimos donde las visitas contemplativas son imposibles. Esos ni tocarlos. Pero para el resto abrámoslos a nuestro disfrute. Al tiempo llevaremos oxígeno económico a esos valientes empeñados en seguir dando vida a los pueblos, en mantener un paisaje y una cultura tan en peligro de extinción como las tejedas.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras: