Tampoco los pinos piñoneros (Pinus pinea), esos con forma de parasol que forman grandes bosques en España, están a salvo de las especies invasoras. Un chinche americano, el Leptoglossus occidentalis, se ha convertido en una nueva y feroz plaga que está poniendo en jaque a la industria del piñón.
Este insecto es el principal causante de la reducción del rendimiento de las piñas. Por su culpa, las piñas contienen hasta un 80% menos piñones de lo habitual, lo que ha disparado los precios de tan preciado fruto seco.
Para colmo de males, los piñones de otras especies de pinos no mediterráneos, de calidad muy inferior, se están aprovechando de la crisis para introducirse en el mercado europeo gracias a sus precios más bajos.
Una nueva campaña publicitaria trata de explicar a los consumidores las ventajas gastronómicas, sociales y ambientales de seguir consumiendo piñones ibéricos.