Después de vivir más de 20 años en Canarias casi había olvidado lo que era el otoño. Pero aquí en Cerdeña la nueva estación ha llegado puntual. Con lluvias y fresquito.
Así que estoy más feliz que una perdiz. Porque me estoy dando unos baños de otoño increíblemente hermosos.
Que por cierto, son un buen remedio contra el maldito coronavirus. Ningún espacio hay más ventilado que el campo, los parques y los jardines. Ninguno es más relajado. Y por si fuera poco, el aire y el sol refuerzan nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más fuertes contra el bicho.
Te cuento a continuación mi último gran paseo sardo que también incluye una nueva entrada del #VídeoBlog. ¿Ya te has suscrito?