La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Un cristal acaba con las vacaciones de un pajarito siberiano

En la imagen, sobre mi mano, un pajarito que apenas pesa ocho o nueve gramos. Está vivo pero muy grave. No vio una gran cristalera. Perseguía incansable pequeños mosquitos. Su instinto no le advirtió de la presencia de invisibles trampas humanas. Pensó que era un espacio abierto. El impacto fue tremendo para él e insignificante para el entorno. Apenas un golpe seco. Se reventó contra el cristal.

Me lo encontré en el suelo, inmóvil, aturdido. Mi primera impresión fue de pena. Pobrecito.

La segunda impresión fue de auténtica sorpresa: ¡un mosquitero bilistado! Era una de las aves más raras que se pueden ver en Europa occidental, un pájaro propio de la taiga siberiana, capaz de hacerse volando, de noche y en muy poco tiempo, los más de 6.000 kilómetros que separan a los Montes Urales de Canarias. Pero el pajarito acabó su periplo reventándose contra una cristalera en el sur de Fuerteventura. Ya es mala suerte.

Hice todo lo posible para intentar que se recuperara. Básicamente, dejarlo en una cajita de cartón bien aireada, en penumbra y sin ruido, cruzando los dedos para que la conmoción fuera a menos. Todo en vano. A la mañana siguiente amaneció muerto. Fin del viaje. Lee el resto de la entrada »

Las aves más pequeñas inician su viaje más largo y peligroso

¿Te has fijado? Ya no hay vencejos en el cielo. Las ruidosas y locas aves del nunca parar, que hasta hace poco llenaban con sus gritos las calles, han desaparecido; están ahora comiendo mosquitos por las selvas de África, en países tan exóticos como Uganda, Tanzania o Kenia, a más de 6.000 kilómetros de sus nidos ibéricos.

Quizá veas todavía algunos, pero son de otra especie muy parecida que suele retrasar estos increíbles viajes, el vencejo pálido en lugar del vencejo común.

¿Te has fijado? Hay ahora muchos pajarillos enredando en los arbustos de parques y jardines. Están descansando de sus formidables viajes migratorios, a medio camino entre el centro y norte de Europa, donde criaron o nacieron, y las junglas africanas donde pasarán el otoño y el invierno.

Los más diminutos son los mosquiteros musicales. Apenas 9 gramos de peso pero con una increíble capacidad de vuelo que les permite recorrer miles de kilómetros en muy pocos días ¡Y de noche! Para evitar a los depredadores, estos pajaritos vuelan a oscuras, orientándose tan solo con la ayuda de las estrellas y de su asombroso instinto natural. Lee el resto de la entrada »

Las aves eligen el invierno en Canarias

Acabo de regresar de Lanzarote. Mientras toda la Península se helaba bajo un grueso manto de nieve, para después, y antes, seguir ahogándose con una lluvia pertinaz, en Canarias disfrutábamos de un tiempo veraniego. Fui a esa isla a colaborar en un interesantísimo proyecto que los miembros de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) estamos realizando por todo el país: el Atlas de las Aves Invernantes. Básicamente, queremos saber qué pájaros y en qué número eligen nuestras latitudes para pasar los rigores invernales. También si con esto del cambio climático están cambiando algunos sus hábitos migratorios, como ya se ha detectado con cigüeñas y golondrinas.

El Archipiélago canario está en medio del Atlántico, por lo tanto muy alejado de las rutas migratorias habituales de las aves. Llegar hasta allí se les debe hacer excesivamente complicado. Sin embargo, estos días de pateo por Lanzarote me he llevado unas cuantas sorpresas agradables. Por ejemplo en La Geria, ese inmenso queso de gruyere volcánico donde viñedos e higueras se plantan en el interior de pequeños cráteres abiertos en el negro lapilli. Allí hay una antigua fuente, tan miserable que sólo manaba unas pocas horas diarias, justo al amanecer. Donde en tiempos de sequía la gente iba de noche a coger sitio, no más de una botella por familia. Y que ahora, olvidada, rodeada de unos pocos arbustos, es el lugar elegido por un nervioso petirrojo (Erithacus rubecula) procedente de Centroeuropa para pasar el invierno en tan recóndito lugar.

Más tarde, en el parque de un pueblecito cercano, me he encontrado con algo aún más extraordinario, un rarísimo mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus) oriundo de Siberia. Apenas 6 gramos de peso, tres continentes a donde ir y eligió las Afortunadas. No es tonto el pajarito. Para que luego pensemos que el turismo de invierno es algo reciente que hemos inventado nosotros.

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En la foto, como no podía ser de otra manera, podéis ver al raro mosquitero bilistado. Bonito ¿verdad?

El otoño ya está aquí

¿El otoño ya? ¿A mediados de agosto? ¿Cuando todavía cientos de miles de personas disfrutan de las vacaciones veraniegas y otros tantos esperan con impaciencia a septiembre?

Pues sí queridos amigos. Quizá no para nosotros, pero para la Naturaleza el otoño ya ha llegado.

No hace falta más que salir al campo para darse cuenta de su presencia. Miren si no los castaños de Indias (Aesculus hippocastanum). No es que estén enfermos. Su follaje mustio, cada vez más ocre y menos verde, con esas ruidosas alfombras de hojarascas bajo el ramaje, son señal inequívoca de que las sequías veraniegas han dado finalmente paso a la otoñal caída de la hoja.

Y muchas aves están en estampida postnupcial, camino de sus cuarteles de invierno. ¿Se acuerdan de los ruidosos bandos de vencejos surcando veloces los cielos en multitudinarias agrupaciones sobre nuestras cabezas? Pues búsquenlos ahora. No están. Se han ido. Salvo algunos pocos rezagados que aún se empeñan por sacar adelante a sus tardías polladas, el grueso de la población de estos increíbles pájaros de nunca parar caminan raudos hacia el sur, en busca de insectos en sus duras y lejanísimas tierras transaharianas.

Si nos pusiéramos ahora mismo en el Estrecho de Gibraltar, prismáticos en mano, veríamos cómo en este impresionante cuello de botella de las migraciones pajariles, la Operación Paso del Estrecho está en uno de sus momentos más álgidos.

Allí decenas de ornitólogos se afanan estos días para contar con la máxima precisión posible el continuo trasiego de aves hacia el sur, en un momento en el que nos encontramos con el pico migratorio de cigüeñas y milanos, así como con un paso muy importante de aguiluchos cenizos y alimoches.

No es una exageración. Según la Fundación Migres, diariamente cruzan por alguno de los observatorios ubicados entre Gibraltar y Algeciras camino de África más de 4.000 cigüeñas blancas y hasta 10.000 milanos negros.

Pero tampoco hace falta irse tan al sur para detectar esta locura viajera. Basta con salir al campo o acercarnos a un parque, donde daremos con facilidad con la presencia siempre confiada de los norteños mosquiteros musicales (Philloscopus trochilus) o los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca). No son visitantes habituales. Tan sólo están de paso. Acaban de llegar y ya se van. Ellos, como las cigüeñas o los vencejos, están en migración activa.

Cuesta aceptarlo, pero la desaparición de las aves estivales, el amarilleo de los árboles, los días cada día más cortos y los rayos solares cada vez más oblícuos nos señalan lo mismo: el otoño se aproxima. Todavía nos quedarán días de sol, playa y montaña pero, no se engañen, estamos en tiempo de descuento.

Habrá que aprovecharlo al máximo ¿no les parece?

Apretado bando de cigüeñas sobrevolando el cada vez más peligroso Estrecho de Gibraltar camino de África.