Cada vez tardo más en hacer la compra. La mayor parte del tiempo me la paso leyendo las etiquetas de los productos. Pero últimamente tengo que llevar como apoyo la tabla periódica de los elementos químicos e incluso un atlas mundial, además de una lupa para tratar de leer esas letras mínimas con que se imprimen los textos.
Qué disparate. Que venga Chicote y lo vea: pesadilla en el supermercado. Lee el resto de la entrada »