
Los archipiélagos de Baleares y Canarias se encuentran entre las islas del mundo con mayor número de turistas por cada 100 habitantes. Según publica Hosteltur, un grupo de comunicación especializado en información turística profesional, Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Lanzarote y Fuerteventura son las más turísticas en relación a su población residente. El ránking resulta sorprendente:
- Fuerteventura: 2.217 turistas por cada 100 habitantes.
- Lanzarote: 2.097 por cada 100 habitantes.
- Ibiza-Formentera: 2.096 por cada 100 habitantes.
- Menorca: 1.520 por cada 100 habitantes.
- Mallorca: 1.258 por cada 100 habitantes.
- La Gomera: 782 por cada 100 habitantes.
- Tenerife: 648 por cada 100 habitantes.
- Islas Cook: 587 por cada 100 habitantes.
- Gran Canaria: 503 por cada 100 habitantes.
- Bahamas: 361 por cada 100 habitantes.
- Maldivas: 326 por cada 100 habitantes.
- La Palma: 279 por cada 100 habitantes.
Yo que vivo en Fuerteventura estoy impresionado. Estamos en cabeza. Tenemos aquí una población residente de 103.167 personas (en realidad menos, pues muchos se empadronan para beneficiarse de los descuentos en el transporte aéreo) y en 2016 recibimos según esta estadística 2.287.650 turistas. En realidad los datos oficiales aseguran que en 2016 se superaron los 3,2 millones de visitantes, por lo que realmente tocamos a 32 turistas por persona.
Está claro que los territorios insulares de España se han especializado en la economía turística hasta el punto de convertirse en un monocultivo, como lo fue antes la caña de azúcar o el vino. Nos guste o no, todos vivimos aquí de los turistas, fuente aparentemente inagotable de riquezas, que en el caso de Canarias es permanente pues no sufre de la estacionalidad como le ocurre a Baleares.
¿Se notan las ventajas? En absoluto.
Canarias cerró 2016 con 274.000 parados. Los datos de la Encuesta de Población Activa de 2016 revelan un descenso del paro de 23.100 personas con respecto a 2015, pero sigue afectando al 25 por ciento de la población con posibilidades de trabajar. Uno de cada cuatro trabajadores canarios está desempleado. Es la tercera comunidad autónoma con más paro de toda España detrás de Andalucía y Extremadura.
A la cabeza y como motores de la economía y el empleo de Canarias se sitúan ahora las islas de Lanzarote y Fuerteventura, las más turísticas pero también las que más fueron castigadas laboralmente durante la crisis. Hoy están arriba y ayer estaban abajo.
El turismo se ha convertido en el maná, pero es un maná engañoso por lo volátil y mal repartido que cae. Muchos turistas extranjeros pagan en origen a los touroperadores, quedándose estas grandes empresas con la mayor parte del pastel. En destino se mantiene la precariedad laboral, los bajos salarios y jornadas por encima de lo legal, el consumo desmedido de alimentos y energías que siempre vienen de fuera, disparando el gasto de agua, generando descomunales cantidades de residuos, alterando letalmente paisajes y culturas, generando graves desajustes urbanísticos que a la larga también lo son sociales. A ello se añade nuestra debilidad ante el cambio climático, con la pérdida de playas y erosión de costas entre otros graves problemas en ciernes.
La cara positiva
No se puede caer en lo negativo. Gracias al turismo han aumentado las oportunidades para la creación de empleo en unos territorios históricamente obligados a la emigración, que de emisores han pasado a receptores. También ha mejorado la protección de los recursos naturales (una vez descontado todo lo destruido), que en regiones como Baleares se benefician directamente de las tasas turísticas. Igualmente se han desarrollado en las islas nuevas actividades económicas vinculadas a los recursos marítimos y medioambientales más allá de los tradicionales de pesca, agricultura y ganadería. Sanidad, educación, comunicaciones, infraestructuras han registrado un alto desarrollo. Lo aceptemos o no, en estas islas ahora se vive mucho mejor que antes.
Turismo sostenible
El año 2017 ha sido declarado por Naciones Unidas como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Este turismo sostenible, el único con futuro, debería de hacer hincapié, según la ONU, en los siguientes puntos:
- Crecimiento económico inclusivo y sostenible.
- Inclusión social, empleo y reducción de la pobreza.
- Uso eficiente de los recursos, protección ambiental y cambio climático.
- Valores culturales, diversidad y patrimonio.
- Comprensión mutua, paz y seguridad.
La idea es buena. Ponerlo en práctica resulta más complicado.
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