La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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El punto que separa tres países y ahora ha unido Europa

Trifrontera de Austria, Hungría y Eslovaquia cerca del río Danubio. Foto: C.J. Palacios

Dice la Wikipedia que una frontera es la zona territorial de tránsito social entre dos culturas o países. La línea imaginaria que marca el límite exterior del territorio de un Estado. Algo que solo existe en nuestro pensamiento simbólico pues no es tangible, y que para bien o para mal, como defiende Yuval Noah Harari, es exclusivo de los humanos.

El nombre en castellano procede del latín «fronte», «frons» o «frontis» frente y del sufijo «era» que indica paraje, lugar y objeto; por lo tanto significaría etimológicamente «lo de enfrente», lo que ya no es nuestro. Separan culturas, religiones, etnias, naciones modernas. Lo habitual es pensar en fronteras políticas que se basan en fronteras naturales, accidentes geográficos que separan espacios diferentes, tales como mares, ríos, valles, lagos o cordilleras, pero es lo menos habitual.

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Asombro científico: Un lobo salvaje recorre cuatro países de Europa en dos meses

Reconozco mi pasión por los lobos. La culpa la tuvo Félix Rodríguez de la Fuente, pero sólo fue el principio. Desde entonces, cada encuentro en el campo con este espléndido animal lo ha ido haciendo aún más mítico ante mis ojos. Qué formidable animal, cuánto nos asombra y qué poco sabemos de él. Para muestra, os voy a contar su última sorpresa científica.

El proyecto SloWolf de radiomarcaje de lobos en Eslovenia, llevado a cabo por biólogos de la Universidad de Ljubljana, está ofreciendo increíbles resultados sobre los movimientos de esta especie en el este de Europa. La medalla de oro al viajero impenitente se la lleva con todo mérito un ejemplar llamado Slavc, marcado en julio del año pasado en Kozina. Según cuentan en la página de la Asociación para la Conservación del Lobo Ibérico (Ascel), este lobo abandonó el pasado 19 de diciembre su manada y justo antes de Nochevieja cruzó la frontera austriaca y continuó su errático viaje hacia el norte, a unos 180 kilómetros en línea directa de su lugar de procedencia tras haber recorrido más de 832 kilómetros, cruzando carreteras, autopistas, vías de tren y otras peligrosas infraestructuras de comunicación.

Después de Eslovenia, Croacia e Italia, Austria es el cuarto país visitado por el ejemplar. Se sabe que la última presa que cobró en Eslovenia fue un zorro y la primera en Austria un ciervo, así que alimentado está bien alimentado.

Lo curioso es que en Austria no hay poblaciones estables de lobos. La presencia de Slavc, al igual que la de otros ejemplares solitarios que le han precedido en los últimos años, ha suscitado una fuerte repercusión mediática entre quienes han recibido la noticia esperanzados y quienes la ven con preocupación. Y es que en ninguna parte del mundo el lobo deja indiferente a nadie.

Sobre estas líneas podéis ver el errático viaje de Slavc. Tienes más información sobre sus movimientos en este enlace: http://www.volkovi.si/sl/blog/188-slavc-nadaljuje-svojo-pot-po-avstriji.

Y sobre el proyecto SloWolf en este otro: http://www.volkovi.si/sl/o-projektu/projekt-slowolf.

Más noticias del lobo en la Minuteca de 20Minutos.

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El Vaticano mata a un gigante

Tenía 120 años y con sus 33 metros de altura prácticamente tocaba el cielo. Vivía en una remota selva montañosa del municipio de Gutenstein, en el Valle de Piesting (Baja Austria), ajeno a nuestras guerras y miserias, tan sólo preocupado por aguantar el peso de la nieve sobre sus ramas, es verdad, cada año más escasa. Hasta que un día llegó el ingeniero forestal y se fijó en él.

−Sin duda es el mejor ejemplar, el más grande y hermoso −dijo con voz profunda, de experto.

Al oírlo, algunas de las acículas más bajas del viejo abeto se sonrojaron de vergüenza, mientras todo el árbol se pavoneó de orgullo aprovechando la llegada de una fría racha de viento. Seguro que los otros abetos de la vaguada se estaban muriendo de envidia.

Días más tarde volvió el ingeniero, pero esta vez acompañado por decenas de obreros y un gran camión grúa. Cuando los vio encender las terribles motosierras supo con certeza que su final había llegado.

−¿Pero no decían que era el más bello, alto y bien proporcionado del bosque? ¿Por qué entonces le querían matar?

−Amigo, tienes suerte −le explicó uno de los leñadores.

−Tu cadáver es el regalo de nuestro gran país, Austria, al país más pequeño del mundo, el Vaticano. Te clavaremos en medio de una hermosísima plaza, la de San Pedro, adornado con más de dos mil esferas, cientos de luces y una gran estrella en la punta. Un coro de niños de Altenburg te dará la bienvenida, aunque para entonces ya no te darás cuenta de nada porque estarás muerto. Allí se expondrá tu cadáver mes y medio, hasta el 2 de febrero, para mayor gloria austriaca. Serás símbolo del nacimiento de Cristo y de la vida eterna que tú ya no tendrás. Miles de personas se fotografiarán felices a tu lado.

−¿Y después? −preguntó el gigante.

−¿Después? Después te tirarán a un vertedero.

——

No es un cuento de Navidad. Es una triste realidad, mantenimiento de una idiota costumbre inaugurada por Juan Pablo II, así que en absoluto antigua y tradicional.

¿Tan difícil es para la curia vaticana dar ejemplo y salvar la vida a estos excepcionales abuelos vegetales? Mientras tanto, sobre sus conciencias caerá el pecado de ser cómplices del asesinato de nuestros más fabulosos gigantes, y del derroche energético de su traslado desde tan lejanos lugares por meros intereses estéticos.

Sirvan las siguientes imágenes de la llegada e instalación del cadáver de la última víctima inocente de nuestra insensibilidad forestal al Vaticano, como crítica a sus promotores y homenaje al gran abeto talado.