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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Descubre la Fuerteventura más salvaje y llévate gratis un libro

Nada mejor para celebrar hoy la Pascua Florida que regalaros a todos un libro. Uno de naturaleza pero también de viajes. Uno mío, el último que he publicado y que espero os guste. Se titula Guía de la Naturaleza de Pájara y propone conocer con detalle uno de los municipios más extraordinarios de Canarias, el situado en el sur de la isla de Fuerteventura. Lee el resto de la entrada »

Las avispas asesinas, lo más preocupante de 2015

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El año 2015 mantiene a La Crónica Verde como uno de los blogs medioambientales con mayor impacto de toda la blogosfera mundial en lengua castellana.

Terminamos el mes de diciembre superando este año los 1.263.200 usuarios únicos; más de un millón de amigos y amigas interesados por el medio ambiente. Y con un centenar largo de nuevos artículo publicados.

¿Sabes cuáles han sido los más temas que más nos han preocupado a lo largo de estos 365 días? A continuación te dejo el ranking comentado de 2015. Lee el resto de la entrada »

La avispa asesina se extiende imparable por España

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Otra plaga más. La avispa asiática (Vespa velutina) se ha adueñado del norte peninsular, de Galicia a Cataluña pasando por Aragón e incluso Burgos, y en pocos años estará por toda España. Su avance es imparable.

La vi por vez primera el pasado fin de semana en el norte de Navarra. Es un insecto impresionante, feroz.

Todas las avispas son carnívoras, pero esta especie es, además de gigantesca, condenadamente asesina. Sus presas favoritas son las abejas. Las espera a la entrada de las colmenas, atrapa en el aire y arranca la cabeza de un certero bocado, para luego llevarse el tórax como alimento para sus hambrientas larvas, agrupadas en colonias con hasta 15.000 bichos por nido. Una decena de avispas asiáticas pueden matar 30.000 abejas en una semana. Lee el resto de la entrada »

El Ministerio de Medio Ambiente ordena fumigaciones masivas

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Nido con orugas de la procesionaria del pino. © Wikimedia Commons

Estoy indignado. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) está decidido a fumigarnos. A matar orugas a cañonazos envenenados, haciendo tratos con las multinacionales químicas pero oídos sordos a los científicos.

Ese Ministerio que debería velar por la biodiversidad ha autorizado el uso masivo de Diflubenzurón, un producto incluido en la lista de pesticidas altamente peligrosos, como disparatada lucha química contra la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Las avionetas ya han esparcido su ponzoña por pinares de la Comunidad de Madrid y próximamente se repetirán estos vuelos de la muerte en las comunidades autónomas de Andalucía, Islas Baleares, Extremadura y en las provincias de Álava y Bizkaia.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife, WWF, ARBA, GRAMA, El Soto, Sierra Oeste desarrollo S.O.S tenible e investigadores del CSIC  han difundido un comunicado de prensa con el que alzan su voz frente a estas fumigaciones generalistas y nada selectivas que solucionan poco y destrozan mucho.

Según expertos y ONG, los tratamientos autorizados no han sido sometidos a evaluación ambiental por parte de las comunidades autónomas donde se van a realizar las fumigaciones aéreas, por lo que no se han previsto sus impactos sobre el medio ambiente y la salud humana.

El Diflubenzurón está clasificado como “peligroso para el medio ambiente” por ser nocivo para los organismos acuáticos y porque puede provocar a largo plazo efectos negativos no sólo sobre en el medio acuático, sino también sobre los organismos terrestres.

Es un potente inhibidor de la síntesis de quitina que actúa de forma no selectiva sobre todos los organismos que sintetizan dicha molécula (especialmente invertebrados y hongos). Por tal motivo, resulta importante evaluar los efectos medioambientales de su aplicación masiva ya que tiene efectos severos directos sobre un amplio espectro de seres vivos acuáticos y terrestres, y efectos indirectos sobre las especies animales que consumen dichos organismos como anfibios, reptiles, aves o micromamíferos, así como sobre el ser humano.

La fumigación de este producto desde el aire en amplias áreas es un método nada selectivo e improcedente para la prevención de una plaga esperable tras un otoño húmedo y cálido. Por ello los científicos apuestan por otras medidas más específicas y eficaces, aplicadas en el momento adecuado y que minimicen los efectos secundarios.

Pero en el Ministerio de Medio Ambiente quedan todavía herederos del aborrecible ICONA que apuestan con irresponsable alegría por matar orugas a cañonazos, para desgracia de insectos, anfibios, reptiles, aves y hasta de nosotros mismos, pobres recogedores de setas o bañistas de bosque que, ¡oh desilusión!, estos cañoneros quieren convertir en actividades de riesgo químico.

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Los plaguicidas nos arrastran hacia un mundo silencioso… y hambriento

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Imagen: © Colin Grey / Wikimedia Commons

En 1962 Rachel Carson horrorizó al mundo al explicar cómo el DDT, peligroso y cancerígeno insecticida, arrastraba al mundo hacia una Primavera Silenciosa. Un planeta sin aves canoras. Bosques y campos sin otros sonidos que el viento y nuestros coches. 10 años después se prohibía su producción y uso. Pero no hemos aprendido nada.

Una revisión de la literatura científica publicada en los últimos años sobre los plaguicidas sistémicos o neonicotinoides confirma que están causando daños significativos a un gran número de especies de invertebrados beneficiosos y son un factor clave en el declive de las abejas.

Según los autores del estudio, el uso generalizado de estos productos está teniendo un impacto similar al del DDT y su efecto va más allá de las tierras de cultivo.

Según explica SEO/BirdLife a través de un comunicado, lejos de asegurar la producción de alimentos, estos plaguicidas están amenazando la propia capacidad productiva a largo plazo, pues reducen o eliminan los polinizadores y los controladores naturales de las plagas, elementos clave del buen funcionamiento de los sistemas agrarios.

La preocupación sobre el impacto de los plaguicidas sistémicos o neonicotinoides en una amplia variedad de especies beneficiosas ha crecido en los últimos 20 años, pero hasta ahora las evidencias no habían sido consideradas concluyentes.

Para realizar un análisis completo de la situación, el Task Force on Systemic Pesticides, un grupo internacional de científicos independientes que asesora a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), ha revisado durante cuatro años toda la literatura científica disponible, más de 800 estudios publicados en revistas de alto impacto sometidas al sistema de revisión por pares.

Este meta-análisis, el Worldwide Integrated Assessment (WIA), será publicado próximamente en el Journal Environment Science and Pollution Research. Su conclusión es que hay claras evidencias de que los plaguicidas sistémicos causan un impacto tan grave que exigen una imperiosa regulación de su uso.

 

Las aves agrarias están en declive 

Para SEO/BirdLife, ésta es una prueba más de la degradación ambiental de los sistemas agrarios, detectada ya a través de sus programas de seguimiento de aves, que muestran un declive continuado de las especies comunes asociadas a los paisajes agrarios.

Por ejemplo, la golondrina, Ave del Año de 2014, muestra una reducción de su población de más del 30% en la última década. Y otras, como la codorniz, el sisón o la calandria están en una situación similar.

El uso de plaguicidas se une a otros factores que influyen en este escenario de pérdida de biodiversidad, como la reducción directa de hábitats favorables o enfermedades nuevas traídas con el comercio internacional de mercancías.

Aunque la UE ya ha prohibido temporalmente el uso de estos productos en algunos cultivos, el problema tiene una escala global. De acuerdo con SEO/Bird Life, sería necesario empezar a trabajar en un cambio profundo del modelo agrario, reconectando los sistemas productivos a los ciclos naturales.

Esto podría tener un impacto en los rendimientos por hectárea en ciertas zonas, pero igualmente acabaría reduciendo los costes crecientes en inputs y ofrecería más garantías de futuro sobre el suministro de alimentos. Cuestión que por otra parte requiere atajar también otros problemas como la distribución, el acceso y el desperdicio de comida, junto con los modelos de consumo y las dietas.

En todo caso, lo fundamental ante los neonicotinoides sería aplicar el principio de precaución, pero no se hace. El principio máximo de nuestra sociedad actual es el del negocio. Los que vengan detrás, ya sean abejas, pájaros o nuestros hijos, que arreen.

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Apadrina una colmena, promueve dulce naturaleza

Apicultores

Apadrina un lince, un alimoche, un mochuelo, un árbol. Cada vez surgen más iniciativas ofreciéndonos la posibilidad de apoyar programas de mejora de la naturaleza aportando una pequeña cantidad de dinero. Aves, mamíferos, plantas, pero ¿es posible apadrinar una abeja?

Una solo no, no tendría sentido pues estos laboriosos insectos apenas viven tres meses, pero sí una colmena completa.

Decía el zoólogo Karl von Frisch (Premio Nobel de Medicina en 1973) en su famoso libro La vida de las abejas:

El labrador puede poseer una sola vaca, un solo perro e incluso una sola gallina, pero jamás podrá tener una sola abeja, porque si esto ocurriera no tardaría en quedarse sin ella.

Desgraciadamente, en estos momentos, y por causas poco claras, “los pueblos de las abejas”, como también llamaba Von Frisch a las colmenas, se están quedando desiertos.

Apadrina una colmena, disfruta de sus dulces productos y ayuda a crear dulce naturaleza. Es la iniciativa de proyectos como Ecocolmena. O de Miel Ecológica Urzapa. Esta última acaba de firmar un convenio de colaboración con la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente por el que, si te conviertes en padrino de alguna de sus colmenas, además de recibir una parte de esa aportación anual en forma de miel y otros productos derivados de la apicultura, ayudarás a mantener el legado y el mensaje proteccionista de Félix Rodríguez de la Fuente.

Ya os lo he contado en otras ocasiones. Sin abejas no hay paraíso. Ni bosques ni agricultura. Pero las enfermedades, contaminación e incendios las tienen contra las cuerdas, pues sus poblaciones mundiales han descendido de forma alarmante en los últimos años. Tanto que en algunas ciudades como Viena se están desarrollando experiencias para instalar colmenas en sus más famosos monumentos públicos. En esa ciudad, 16 apicultores asociados se encargan del cuidado de 80 colmenas repartidas por el casco histórico, algunas emplazados en enclaves tan turísticos como los palacios de Schönbrunn y Belvedere.

En España no hemos llegado aún a tales emergencias, de momento. Pero es importante seguir apoyando con nuestro consumo solidario a estos heroicos ganaderos de insectos que tanto bien hacen a la naturaleza.

Foto: Apicultores recogen miel de abejas en una colmena. © CRIC / 20 Minutos

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Cochinilla, el colorante natural más ecológico

Carmelo Vega y Trinidad Medina, en plena faena en la finca de El Obispo.

Con esto de la alimentación sana, cada vez que vemos algo con colorantes nos asustamos. Y no es para tanto. Sobre todo si el origen de estos tintes es natural. Muy especialmente si se trata de rojo carmín procedente de la cochinilla (Dactylopius coccus). Toma buena nota. Es el conocido como E-120.

La cochinilla es un blanco y regordete pulgón procedente de México y Perú. Animal parásito, para vivir necesita plantas del género Opuntia, las conocidos como chumberas, tuneras o higos picos. Hace más de 2.000 años ya se usaba en América para teñir vestidos y dar color a la comida. En el siglo XVI los españoles la introdujeron en Canarias, donde su cultivo se convirtió en un importante recurso económico para las islas.

La aparición de los colorantes artificiales dio al traste con este comercio. Pero la reciente prohibición o limitación para uso alimentario y cosmético de algunos colorantes sintéticos ha vuelto a dar alas a una actividad que, en la actualidad, se haya relegada en Canarias al norte de Lanzarote.

No te das cuenta, pero yogures y refrescos de fresa, helados, incluso vino, también productos cosméticos, pinturas y ropa, presentan vivos colores gracias al carmín extraído de unos insectos. Un producto natural, sano, ecológico y sostenible, de gran interés para la educación, el arte, la moda, la gastronomía o el turismo. Un mundo por redescubrir, abierto a emprendedores, especialmente a los más jóvenes.

En Fuerteventura, donde vivo, los campos de tuneras están abandonados. Aunque hay interés por recuperarlos. Pero para ello es necesario consultar a los mayores, esos sabios de la Tierra que atesoran en su memoria el manejo de tan curioso producto.

Personas entrañables como Juan Cabrera (‘Juancito’), Eloísa Hernández, Prudencia Peña, Carmen González, Peña Perdomo, Estrella Espinel, Carmelo Vega, Trinidad Medina, José Cabrera o Pablo Cabrera, que este verano dieron clase ¡a sus años! de cómo se recoge la grana de la cochinilla.

Os dejo unas fotos enviadas por el Ayuntamiento de Antigua. Tradiciones populares en estado puro. Pero con un gran futuro.

Eloísa Hernández recogiendo cochinilla en una finca de Antigua

En la imagen superior, Carmelo Vega y Trinidad Medina están en plena faena en la finca de El Obispo (Antigua). Sobre estas líneas, Eloísa Hernández recoge cochinilla con las típicas pinzas de madera.

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¿Son un nuevo timo las pulseras antimosquitos?

Mosquitos

Las pulseras antimosquitos están de moda este verano. Las hay de todas las marcas y precios. Sobre todo las llevan los niños, hechas en silicona y con atractivos diseños infantiles. También se ven muchos aparatos a pilas que emiten ultrasonidos y que se llevan colgados del bolso a modo de pinzas o se dejan encendidos por la noche junto a la cama.

¿Se acabaron las picaduras? ¿Hemos descubierto por fin un sistema para erradicar enfermedades tan terribles como la malaria, la fiebre amarilla o el dengue? Mucho me temo que no.

Un informe de la OCU de hace 3 años ya advertía sobre el timo constatado de tales productos milagro. Concluía que, en el caso de las pulseras impregnadas en repelentes, se ha demostrado que su eficacia real contra los mosquitos es muy baja, pues este tipo de productos hay que aplicarlos sobre toda la superficie de la piel para que sean eficaces. Según diversos estudios científicos, los repelentes no funcionan a más de cuatro centímetros del punto de aplicación. Resumiendo. Tales pulseras sólo evitarán picaduras en las muñecas de nuestras manos.

Lo mismo ocurre con los ultrasonidos repelentes, disponibles incluso en aplicaciones para teléfonos móviles. Un sonido inaudible para nosotros pero insoportable para las mosquitas (las únicas que pican) o, según otras versiones, recreación del aleteo del mosquito macho, que supuestamente espanta a las piconas. Pues tampoco. Hace ya cinco años FACUA-Consumidores en Acción solicitó a las autoridades de Consumo, con escaso éxito, su retirada del mercado al haber sido imposible poder demostrar científicamente tal eficacia.

Desgraciadamente para alérgicos y sufridores de zonas donde vive el terrible mosquito tigre, los únicos remedios eficaces contra estos insectos siguen siendo los mismos. Lociones insecticidas en todo el cuerpo, ir lo más cubiertos posibles y con ropas claras, poner mosquiteras en las ventanas, alejarse de las zonas con aguas insalubres y evitar el uso de perfumes.

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¿Has visto alguna vez una luciérnaga?

Lampyris_noctilucaEs un insecto relativamente común en España. Nocturno pero con luz propia, así que resulta muy fácil distinguirlo en la noche. Y sin embargo, ¿has visto alguna vez una luciérnaga? O también: ¿Cuánto tiempo hace que no ves una?

En mi caso años. Y eso que acostumbro a salir a ver estrellas o escuchar lechuzas y chotacabras.

Las enigmáticas luciérnagas son cada día más difíciles de ver. Por eso me ha encantado la iniciativa de un grupo de naturalistas españoles, empeñados en recuperar la popularidad de unos escarabajos con luz propia que durante siglos acapararon la atención de niños y mayores durante las cálidas noches de verano. Su página web gusanosdeluz.es aporta una abrumadora información sobre estos misteriosos animales, con tanto rigor científico como sencillez. No es que os la recomiende. Resulta de obligatoria lectura para todo curioso de la naturaleza.

Primer dato importante a tener en cuenta si se quieren observar luciérnagas: buscarlas en verano. Los adultos viven escasamente una semana y tan sólo desde finales de junio y hasta principios de agosto, época en la que podremos descubrir sus bombillitas encendidas.

Las larvas viven mucho más tiempo. Dos años. Pero en el suelo, alimentándose de caracoles y babosas como si fueran pequeños leones succionadores de proteínas. Al ser bianuales, en el mismo lugar hay siempre en realidad dos poblaciones casi genéticamente aisladas, las que nacen en los años pares y las que lo hacen en los años impares.

Son las hembras, más grandes, las que iluminan su abdomen para atraerse la atención de los machos, mucho más pequeños que ellas. Apenas un par de horas, de 10 a 12 de la noche. Y cuando logran aparearse apagan la luz para dedicarse a poner los huevos. Así que cuanto más éxito tienen en el cortejo menos posibilidades tenemos nosotros de verlas.

¿Cómo logran producir esa luz tan brillante? Gracias a la bioluminiscencia, una reacción química que se produce de forma natural en el interior de su cuerpo.

Y la pregunta del millón: ¿Hay ahora menos luciérnagas o es que no las buscamos? Pues todo indica que cada vez hay menos. Insectos a fin de cuentas, el abandono y mecanización del campo, uso generalizado de insecticidas e incluso la contaminación lumínica, que desorienta a los machos, han reducido su número. Pero también es verdad que vamos mucho menos a pasear por la noche a la luz de la Luna. Pregunta a tus padres y abuelos. Seguro que te dicen que antes se veían más.

De este año no pasa. Gracias a  gusanosdeluz.es me ha entrado el gusanillo (luminiscente). Voy a ponerme a buscar luciérnagas en la noche. Espero ver muchas y enviar la información a estos entusiastas amigos de las luciérnagas. ¿Te apuntas?

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Las mariposas ayudan a luchar contra las enfermedades raras

Mariposa isabelina

Existen pocas cosas más bellas que una mariposa, su vuelo, su colorido, su fragilidad. Frágiles como quienes sufren de enfermedades degenerativas tan raras como la esclerosis lateral amiotrófica, la misma que padece el físico Stephen Hawking. Por eso me parece importante dar publicidad a un proyecto maravilloso: Mariposas por la vida.

Se trata de un libro solidario muy especial dedicado a nuestras queridas mariposas diurnas españolas. Solidario, pues en él han colaborado desinteresadamente más de 100 fotógrafos de todo el país junto a las webs Biodiversidad VirtualFotoNaturaMirada Natural. También, y muy especialmente, porque ha sido el sincero homenaje a un amigo, entusiasta de estos bellos insectos, afectado por la terrible enfermedad. Y porque todo el dinero recaudado con esta publicación se destinará a la Fundación Miquel Valls.

Una guía visual con más de 250 páginas llenas de color, vida, naturaleza y, sobre todo, solidaridad. Que puedes comprar directamente a través de este enlace.

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