El guirre, el alimoche endémico de Canarias, tiene muchos y graves problemas. Ha estado a punto de extinguirse de las islas por culpa del veneno, choques y electrocuciones contra tendidos eléctricos. Ya solo resiste en las islas de Fuerteventura y Lanzarote, donde en los últimos años sus poblaciones comienzan a recuperarse tímidamente. De los 150 que había en 1998, cuando me encargué de realizar su primer censo, se ha pasado a cerca de 400 individuos repartidos en 90 territorios donde cada año consiguen volar entre 35 y 50 nuevos pollos.
Un dato muy curioso es que en el mundo de los guirres, los tríos son bastante habituales. Los científicos conocen este fenómeno como poliandria, varios machos criando con una misma hembra. Hasta ahora se desconocía la razón de tal comportamiento, mucho más raro entre los alimoches europeos. Un reciente trabajo podría haber dado con la respuesta. ¿Por qué hay tantos tríos de guirre en Canarias?