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Las imprudencias se pagan: por qué salirse de los senderos es mala idea

Miembros de Gera Rescate logran salvar a dos excursionistas que se habían quedado enriscados. Foto: C.J. Palacios

Las Cárcavas de Pontón de la Oliva, entre Madrid y Guadalajara, son un espectáculo geológico de impresionante belleza. Estuve allí hace unos días con unos amigos, en lo que se presentaba como una tranquila jornada de senderismo y campito del bueno. Pero estuvo a punto de terminar en tragedia.

Había mucha gente, demasiada. Dos excursionistas, en lugar de ir por el sendero por el que íbamos todos rodeando la barranquera, se metieron por dentro y quisieron trepar por el barranco más vertical. Buscaban supuestos atajos más espectaculares. Una temeridad que por supuesto está terminantemente prohibida. Y que tuvo graves consecuencias.

Les pasó como a las cabras. Terminaron enriscados en una de las paredes más altas y verticales del barranco, sin posibilidad de seguir hacia arriba o volver atrás. Colgados en un terreno muy inestable mientras esperaban angustiados alguna ayuda.

Al final tuvieron que se rescatados «in extremis» por miembros del Grupo Especial de Rescate en Altura del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid (Gera Rescate) que llegaron urgentemente en helicóptero. Si no es por ellos, la excursión habría terminado muy mal.

Compruébalo en este vídeo que gravé allí mismo y he subido a mi canal en YouTube.

¿Qué consecuencias tiene salirse de los senderos?

  • En primer lugar, demuestras un desprecio absoluto a las normas que los demás respetamos.
  • En segundo lugar, al salirte de los senderos, deterioras un monumento natural que ha tardado miles de años en crearse y que es de todos.
  • Pero lo más grave de todo, pones en peligro tu vida y la de las personas que acuden a tu rescate.

Tras el rescate llegaron los imitadores

Lo más increíble de todo es que las imprudencias no solo no se pagan (la Comunidad de Madrid no cobra a los afectados el coste inmenso de este tipo de rescates), sino que crean escuela.

Apenas 15 minutos después de haber sido rescatados los imprudentes excursionistas y regresar el helicóptero de Gera Rescate a su base, pude ver con asombro cómo tres jóvenes subían trepando por la misma cárcava. No podía creérmelo ¿Sería necesario un segundo rescate el mismo día?

A gritos pude lograr que me prestaran atención. Les expliqué desde arriba lo que acababa de suceder y el peligro que tenían de quedarse igualmente enriscados. Menos mal que me hicieron caso, pues ya estaban tan arriba que dar marcha atrás fue para ellos tan difícil como peligroso.

Pero no te imaginas lo que hicieron después

En lugar de regresar al sendero y subir a las cárcavas por donde todo el mundo, buscaron otra barranquera menos difícil para ascender a su bola. ¡Lo lograron al tercer intento!

Cuando me los encontré arriba, tan felices como ajenos a la temeridad que acaban de hacer, calzados con unas zapatillas de calle y con cero medidas de seguridad, se rieron nerviosos. Lo justificaron como una pequeña travesura. Pero claro, si luego las cosas se ponen feas, llamas al 112 y que venga rápido a rescatarte. Que mi selfie molón en Instagram bien lo vale. ¿O quizás no?

Recomendaciones mínimas para evitar accidentes en estas y otras cárcavas

  • En la montaña, además de caminar con los cinco sentidos, hay que tener bien desarrollado un sexto sentido, el de la prudencia. Lo más importante de una excursión es disfrutarla.
  • No visitar en días de lluvia o posteriores, pues el suelo es tremendamente resbaladizo y quebradizo, dos características que pueden convertir en muy peligroso cualquier paseo.
  • No salirse de los senderos
  • No acercarse demasiado a los bordes del barranco. Son terrenos muy frágiles y se pueden hundir bajo nuestro peso. Además, un despiste puede acabar en tragedia, pues no hay vallas ni ningún sistema de seguridad que impidan caídas accidentales.
  • No caminar por el interior de las cárcavas. Incluso aunque no nos adentremos mucho en ellas, hay caídas frecuentes de piedras que desde esas alturas pueden tener consecuencias muy graves.

Cárcavas del Pontón de la Oliva, en Guadalajara. Foto: C.J. Palacios

Un espacio natural muy especial

La Cárcava de Valdepeñas de la Sierra (Guadalajara), cuyo nombre oficial es cárcavas de Mingo Negro, son también conocidas como del Pontón de la Oliva o de Patones, esto último por su cercanía a esta famosa localidad madrileña.

Primer punto importante a tener en cuenta: no es un sitio cualquiera. Estas cárcavas forman parte del Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara. Este espacio protege un amplio territorio que se extiende por el sector más oriental del Sistema Central en el noroeste de la provincia de Guadalajara, sobre una superficie de 116.953 hectáreas y 35 términos municipales.

Entre otras joyas incluye el Espacio Red Natura 2000 ‘Sierra de Ayllón’ y el Hayedo de Tejera Negra, que desde 2017 está considerado como Bien de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Son paisajes de alta montaña, únicos en Castilla-La Mancha, que atesoran una gran riqueza geológica y una biodiversidad asombrosas, a las que se suma un valioso patrimonio cultural y etnográfico.

Cuidémoslo, por favor.

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