Grabados rupestres del Oued Zag, en el desierto del Sáhara. Foto: C.J. Palacios
Hace unos meses tuve la oportunidad de volver una vez más al desierto del Sáhara. En esta ocasión visité una región remota, la provincia de Assa-Zag, en el sureste de Marruecos. Te parecerá mentira, pero también allí notan que cada vez hace más calor, que cada vez llueve menos, que la cosa se pone fea incluso donde más acostumbrados deberían estar a la dura aridez.
A la sombra de una dura acacia, desde el corazón del desierto y ante el avance imparable del cambio climático, reflexiono en este vídeo sobre el peligro que nos acecha y que amenaza con convertir el planeta en un erial reseco e inhóspito.
La vida seguirá adelante, de eso no hay duda, aunque para nosotros los humanos será más dura y desigual.
Si queremos, a tiempo estamos de evitarlo. ¿De verdad lo queremos?
El pasado se acerca al futuro
También os dejo aquí otro vídeo increíble que grabé en esta perdida zona sahariana. Son grabados rupestres de hace miles de años, viejas fotografías talladas en piedra como advertencia de lo que nos puede pasar en Europa.
Lo descubro en el yacimiento arqueológico del Oued Zag, en el sur de Marruecos. Un espacio tan espectacular como desconocido y sí, también pedagógico.
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Esto no es el Sáhara, Sáhara sino su frontera norte. El cambio climático está haciendo que todas las zonas climáticas avancen hacia el norte. Los desiertos se expanden hacia el norte pero se contraen por el sur. El Sáhara está retrocediendo por su límite meridional y el Sahel se está expandiendo y puede que algún día vuelvan las lluvias monzónicas a la región. Es una mala noticia para los norteafricanos (y para nosotros) pero una buena para los subsaharianos.
02 mayo 2023 | 13:31