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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Matan al día más de medio centenar de elefantes por la fiebre (estúpida e ilegal) del marfil

Elefantes africanos en el Parque Nacional de Amboseli, Kenia.

Esta estadística pone los pelos de punta. Según WWF, cada día se cazan ilegalmente 54 elefantes con la única y estúpida intención de vender sus colmillos. El resto del animal queda pudriéndose en el campo para angustia de su manada. La organización conservacionista afirma que esta masacre le cuesta la vida a más de 20.000 elefantes al año para robar el marfil de sus colmillos.

¿Y para qué sirve este marfil? Para hacer el idiota y adornar casas de idiotas, porque es un símbolo del lujo hortera especialmente en los países asiáticos.

Día Mundial del Elefante

Cada 12 de agosto se celebra el Día Internacional de los Elefantes. Es una fecha propuesta por la realizadora canadiense Patria Sims y la Fundación de Reintroducción de los Elefantes con la intención de destacar la compleja situación por la que atraviesan estos grandes y maltratados mamíferos.

WWF alerta de que, a pesar de que los elefantes pueden vivir hasta 60 años en libertad y tienen un gran tamaño y fortaleza, la codicia humana lo ha convertido en un ser vulnerable que muere joven. El mayor animal terrestre que existe en la naturaleza podría desaparecer para siempre si no reaccionamos a tiempo y ponemos fin a este indigno y descerebrado tráfico ilegal de marfil.

Tres especies en la senda de la extinción

El elefante no es una única especie. En realidad existen tres especies de elefantes: dos africanas (elefante de bosque y de sabana) y una asiática (elefante indio). Pero a las tres les va muy mal y están incluidas en la Lista Roja de la UICN, pues tienen un futuro común muy preocupante: el elefante indio y el africano de sabana están clasificados «En peligro», y el de bosque «En peligro crítico de extinción».

A pesar de los numerosos esfuerzos de conservación, la situación cada día está peor. Según WWF, en las tres últimas décadas hemos perdido cerca del 90% de los elefantes de bosque. En la misma tendencia dramática, un 60% de los elefantes de sabana desaparecieron en el último medio siglo. Y en oriente está igual de mal, apenas quedan de 40.000 elefantes asiáticos.

Ingenieros de los ecosistemas

Los elefantes no son tan solo animales fabulosos y tremendamente sensibles e inteligentes. También son importantes ingenieros de los ecosistemas, pues abren caminos a través de los densos bosques que habitan permitiendo que otras especies puedan transitar fácilmente por ellos.

Como herbívoros y frugívoros cumplen un papel esencial al dispersar las semillas de múltiples especies de árboles que necesitan pasar por su tracto digestivo antes de poder germinar.

También crean microhábitats con sus enormes pisadas, que al llenarse de agua son lugares estupendos para renacuajos y otros pequeños animales.

Hembras sin colmillos

Cada año la fiebre del marfil mata a más de 20.000 elefantes. Es tal la presión cinegética que en países como Mozambique las hembras nacen ya mayoritariamente sin colmillos en una rápida adaptación evolutiva que les ayuda a sobrevivir.

Antiguamente, los cazadores furtivos perseguían a los adultos más grandes porque tenían las mayores defensas. Pero como apenas quedan ya vivos unos pocos, ahora matan todo elefante que encuentran sin importar su edad. Los furtivos provocan masacres y han asesinado al 90% de los elefantes de la Reserva de Selous (Tanzania).

El marfil es símbolo de lujo y poder en Asia, y las mafias actúan como una poderosa red criminal que contribuye a financiar a guerrillas paramilitares o grupos terroristas. No sólo trafican con sus colmillos, también venden su piel y carne de forma clandestina para su consumo o para elaborar brebajes con supuestos poderes curativos.

Sin alimento ni hogar

Otra de sus mayores amenazas que se ciernen sobre los elefantes es la destrucción de su hábitat por expansión de la agricultura, la ganadería y la deforestación.

La mayoría de los elefantes africanos vive en sabanas  del centro y sur del continente, mientras que los últimos elefantes de bosque sobreviven en las selvas de África ecuatorial, y el elefante asiático habita las selvas del suroeste de Asia.

Todos estos hábitats tan especiales están desapareciendo rápidamente dejando sin hogar, refugio ni alimento a los cada vez más escasos elefantes.

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