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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Los últimos vencejos del año no son los que tú piensas

Vencejo común, Ave del Año 2021 de SEO/BirdLife.

Quizá no te has dado cuenta, pero el vencejo común, chillón y loco por antonomasia, el ave de nunca parar, capaz de pasar media vida, con todas sus noches, volando como si no existiera un mañana, ha desaparecido de nuestras ciudades y pueblos.

Los cielos se han vuelto más silenciosos que nunca. ¿A dónde se han ido nuestros queridos chiflados? Alucina, están camino de África tropical.

Vencejo pálido. © Adrien Mauss / eBird

Aprende a distinguirlos

Si todavía ves alguno estos días, muy probablemente sean sus primos cercanos, vencejos pálidos. En vuelo se parecen un huevo, pero de cerca, y con algo de pericia, es posible descubrir sus diferencias.

Lo más distintivo es el canto:

  • Vencejo común. Chillido de una única sílaba y tono agudo. Cantan diferente según sexo, suiií las hembras y sriií los machos.

  • Vencejo pálido. Chillido de dos sílabas y tono grave, tipo ruuek…, rueek. Cantan igual ambos sexos.

Con buena luz y algo de suerte, también se distinguen por su plumaje:

  • Vencejo común. Tono pardo oscuro, casi negro.
  • Vencejo pálido. Tono pardo grisáceo y aspecto general escamoso.

Aunque para mí, lo más distintivo es el aspecto de malote que les da el antifaz:

  • Vencejo común. Antifaz apenas visible en vuelo.
  • Vencejo pálido. Antifaz más marcado, como de bandolero con plumas.

Vencejo común. Foto: SEO/BirdLife

Los comunes ya se han ido

A mediados de marzo empezaron a verse los primeros vencejos comunes en España. Cuanto más al norte, más tarde.

Entre abril y mayo fueron ocupando sus colonias de cría, huecos en altos edificios, grietas y hasta rendijas de las persianas. Allí criaron a sus pollos.

Al ser capaces de volar sin parar, incluso dormir en el aire, para muchos de estos pájaros incubar los huevos significa tocar terreno firme después de varios años viviendo entre las nubes.

A finales de julio han abandonado ya todas las colonias de cría. En agosto todavía se pueden ver bandos fuera de las zonas urbanas, pero suelen ser aves norteñas en migración.

Vencejo pálido. Foto: Wikimedia Commons

Los pálidos siguen alegrando los cielos

Los que siguen criando en las ciudades, pues son siempre más tardíos, son los vencejos pálidos. A esos todavía los puedes ver volando en estas fechas. Incluso algunos todavía están criando, como se comprueba fisgando un poco en la webcam instalada en el Colegio Esclavas SCJ de Jerez.

Ayer llegué a Guardamar del Segura (un viaje humanitario, llevar a mis padres) y cuando salí por la noche, en la Plaza Porticada me sorprendieron cuatro de estos vencejos chillones que volaban cual kamikazes entre animadas terrazas veraniegas y soportales hormigonados.

No es habitual verlos de noche, pero tenían dos buenas razones para hacerlo. La primera es que los focos que iluminan el terraceo alicantino atraen multitud de insectos, que ellos hábilmente son capaces de tragar desde el aire cual embudos aéreos (para alegría de los humanos).

La segunda razón la descubrí al día siguiente por la mañana. Tienen una pequeña colonia de cría en esa misma plaza, en los desagües de las terrazas de los pisos circundantes, que ya es buscar lugares arriesgados. Seguramente los pollos ya son grandes y les reclaman alimentación extra. Ello les obliga a trabajar tanto de día como de noche ¡Eso sí que es una paternidad responsable!

Nido de vencejo pálido en una terraza de Guardamar del Segura. Foto cedida por Óscar Menéndez

ACTUALIZACIÓN. 23 de agosto 2021

Os incluyo una hermosísima foto que me ha enviado el periodista científico Óscar Menéndez después de leer este artículo. Es del nido de vencejo pálido que sus padres tienen en el desagüe de la terraza, precisamente en la Plaza Porticada de Guardamar del Segura a la que hacía referencia en el texto. Resulta que sus padres y los míos son vecinos de veraneo.

Es un pollito recién nacido al lado de un huevo de donde seguramente eclosionará muy pronto otro tan ciego y desvalido como su hermano.

La foto es del 17 de julio, pero me dice Óscar que parece que siguen ahí, imagino que ya con los pollos a punto de volar. Y añade, con gran cordura: «Intentamos no mirar por si acaso«. Es la primera norma para evitar que los padres aborrezcan el nido y las crías puedan morir de inanición, no molestarlas. Mucho cuidado siempre.

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