Los más de dos meses de confinamiento por culpa de la covid-19 supusieron un respiro para la naturaleza pero también trajo consecuencias perversas. El hecho más sorprendente es que ese encierro obligado de la población española ha elevado los atropellos de lince ibérico hasta situarse por encima de las cifras habituales.
Según WWF, en lo que va de 2020 se han superado los 32 linces atropellados. Aunque la parte positiva es que no han aumentado los puntos negros en las carreteras españolas y esta primavera se ha registrado un auténtico «baby boom» lincero.
La explicación al mayor número de atropellos es que las carreteras que tienen poco tráfico son mucho más peligrosas para los linces, pues los conductores circulan por ellas a más velocidad de la habitual. «Los pocos coches iban más rápido y al haber menos tráfico los animales no han rehuido de las carreteras como es habitual y se ha producido un goteo de atropellos», ha explicado el responsable del programa de lince ibérico de WWF, Ramón Pérez de Ayala.
El experto en linces lamenta que, a pesar de «todos los esfuerzos», atropellos y furtivismo son dos de las principales causas que acaban con la vida de este felino tan icónico pero al mismo tiempo tan amenazado. Lee el resto de la entrada »