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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Los escritores también hacen huelga por el clima

Puede sonar raro. Escritores haciendo huelga, cuando no existe una profesión más autónoma, solitaria y con menos derechos que la de escritor. Apoyando una huelga mundial «por el clima» que, por lo mimo, podría interpretarse como un brindis al sol. Pero aquí estamos. Somos un centenar de escritores tan asustados como Greta Thunberg ante este futuro incierto que nos ha tocado vivir.

Manuel Rivas, Rosa Montero, Elvira Lindo, Fernando Aramburu, Marta Sanz, Isaac Rosa, Jorge Riechmann, Clara Janés, Juan Carlos Mestre, José Ovejero, Elvira Navarro, Rafa Ruiz o el que esto firma, entre otros muchos escritores españoles y de habla española, denunciamos el actual modelo de producción que ignora los límites del planeta y las consecuencias que tal comportamiento suicida puede provocar. Por eso apoyamos la movilización global por el clima de esta semana que culminará con una huelga mundial el 27 de ese mes.

En mi caso, estoy más asustado que nunca ante la escalada de terraplanistas que desde los más importantes medios de comunicación están orquestando una terrorífica campaña de negacionismo e intoxicación informativa. Peor incluso, por su virulencia, que las promovidas hace décadas por las multinacionales tabaqueras o la industria nuclear. Esas empresas que siguen apostando por sus beneficios actuales sin importar el negro futuro que dejaremos a los todavía no nacidos.

Manifiesto

«La crisis climática, producida por el consumo insostenible de los recursos limitados del planeta, es la amenaza más grave y urgente que se cierne sobre la humanidad y sobre toda la biosfera», sostiene el manifiesto promovido por el escritor Javier Morales.

«Constituye una emergencia insoslayable que requiere de medidas globales, por parte del conjunto de los gobiernos del mundo, para paliar unos efectos que, de otro modo, ya producen, y producirán en apenas unos años, daños irreversibles. Muerte, sufrimiento,  aumento de la frecuencia y de la gravedad de los fenómenos climáticos extremos, extinción de más de 1 millón de especies –con la consiguiente pérdida de la necesaria biodiversidad–, escasez de recursos –que afectará a las poblaciones más desfavorecidas–, migraciones masivas desde las zonas más vulnerables, y deterioro de gran parte de los ecosistemas, entre otros. En resumen, un planeta cada día menos habitable». 

Por eso exigimos a nuestros gobernantes medidas urgentes con las que paliar las consecuencias de un modelo de producción extractivista que ignora los límites del planeta y de un modelo de consumo irresponsable e insostenible, causantes ambos de la emergencia climática en la que nos encontramos. Medidas que han sido suficientemente expuestas por la comunidad científica, por numerosas asociaciones ecologistas y  por diferentes informes de la ONU.

Así mismo, pedimos a los ciudadanos que contribuyan con su esfuerzo personal a eliminar de sus hábitos de vida las acciones que contribuyen a aumentar el deterioro medioambiental de nuestro planeta, y que EXIJAN a quienes les gobiernan que coloquen estas medidas en el primer lugar de la agenda política de cada país.

No tenemos tiempo. Hay que actuar YA.

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