Barco español pescando tiburones en el océano Atlántico norte. Foto: Greenpeace
Un informe publicado por Greenpeace revela cómo la falta de protección en las aguas marinas internacionales provoca la muerte de alrededor de 100 millones de tiburones cada año, de los que miles se encuentran en peligro de extinción. Algunas poblaciones de tiburones han disminuido hasta en un 99% debido a la actividad humana. Actividad de la que en un número muy elevado es responsabilidad ibérica.
Así por ejemplo, según el informe de Greenpeace «Tiburones bajo ataque«, barcos españoles y portugueses capturan cada año en el Atlántico norte hasta 25.000 tiburones marrajo, especie en peligro de extinción.
Tiburón zorro atrapado en una red. ©Brian Skerry_National Geographic Stock_WWF
Responsabilidad española
En el Mediterráneo los efectos son aún más devastadores. España es el país que más importa y exporta tiburones de todo el Mediterráneo y uno de los mayores comercializadores del mundo, sólo superado por Corea del Sur, según ha destacado WWF.
En su informe ‘Tiburones en el Mediterráneo: una llamada a la acción’, WWF apunta a la soprepesca como principal factor responsable de esta circunstancia. Más de la mitad de las alrededor de 80 especies de tiburones y rayas de la cuenca mediterránea están amenazadas, de las cuales casi un tercio están en peligro de extinción.
Esta sobrepesca de tiburones no es legal, al menos en el Atlántico, como ha demostrado el barco Esperanza de Greenpeace, cuya tripulación se enfrentó hace un mes a un pesquero español que capturaba tiburones con palangre a unos 300 kilómetros de distancia de las Azores.
Los ecologistas fueron testigos de una práctica que calificaron de «habitual»: barcos de pesca cuyo objetivo es la captura de pez espada, pero que, al hacerlo, atrapan cuatro veces más cantidad de tiburones (en peso). Durante la protesta, la tripulación de Greenpeace no observó que se capturara ni un solo pez espada y advirtió, en cambio, la extracción de al menos ocho tiburones de la línea de pesca de casi 64 kilómetros de largo.
“Es absolutamente inmoral matar a tiburones y a otros animales salvajes con estas terribles prácticas de pesca. Hoy estamos visibilizando a los culpables, pero necesitamos urgentemente un sólido Tratado Global de los Océanos que permita establecer límites de pesca más estrictos para proteger nuestros océanos”, ha declarado Will McCallum, de la campaña de Protección de los Océanos de Greenpeace.