De abril a julio se produce el celo de los osos pardos en la Cordillera Cantábrica, unos 300 ejemplares. Es el momento en que los machos tratan de aparearse con el mayor número posible de hembras (lo de hacer parejas estables no va con ellos), pero en ocasiones éstas aún se encuentran acompañadas de sus crías. Y los rechazan con determinación, valentía e incluso fuerza. A manotazos si hace falta.
Un increíble vídeo, realizado por técnicos de la Fundación Oso Pardo (FOP) en la subpoblación de osos del occidente cantábrico, muestra el momento en que un gran macho se acerca a un grupo familiar, compuesto por la osa y sus dos oseznos de segundo año. La hembra repele el acercamiento, enfrentándose al macho e interponiéndose entre éste y sus crías, que miran expectantes desde el borde del cortado rocoso.