La pregunta me persigue desde hace años ¿Se parecen los dueños a sus perros o es que los eligen por parecerse a ellos? Gran dilema.
Pienso que hay un poco de ambas posibilidades. El roce hace el cariño y, como dice mi madre, todo se pega menos la hermosura.
Nos pasa igual a los seres humanos, al final se nos queda el aire familiar aunque no queramos.
Con las mascotas compartimos espacio, aficiones, nervios, alegrías, tristezas, aburrimientos y hasta televisión ¿Cómo no se van a parecer a nosotros? Pero también es cierto que cuando las elegimos buscamos en ellas una cierta afinidad, tanto física como de carácter.
¿Quieres pruebas? Vete a disfrutar con la magnífica exposición Instinto animal que hasta el próximo 7 de febrero puede verse en la galería madrileña Mad is Mad.
Es un excelente trabajo de César Lucas Abreu. Veintinueve fotos de mascotas con sus dueños, felices parejas (y hasta tríos) retratadas con maestría. Y sí, todos se parecen algo entre ellos, tienen un aire familiar que los une.
La muestra explora nuestra relación sentimental con los animales. Su gestación también es de lo más original. Son parejas de dos y cuatro patas que pasaron por la iglesia de San Antón, en el madrileño barrio de Chueca, para rendir homenaje y solicitar la bendición al santo patrono de los animales. Incluso se dejó fotografiar el famoso padre Ángel, responsable de la parroquia. Ese día, además del agua bendita, se consumen los famosos panecillos de San Antón, una delicia gastronómica que desde 50 años ofrece el Horno San Onofre. Y que es la empresa promotora de la iniciativa.
Como me contó su responsable, «nos daba pena que algo tan bonito como es la bendición de los animales fuera tan efímero, así que se nos ocurrió fotografiarlos».
Perros de moda
Pero además de comprobar el intenso parecido dueño/mascota, algo que también he podido evidenciar con esta exposición es que los perros de toda la vida, esos grandotes de mil razas (o mil leches, como decimos en Canarias), ya no están de moda.
Lo recordaba ayer mismo mi compañera bloguera Melisa Tuya al destacar que la raza de pastor alemán ya no gusta, cuando hace unas décadas era la preferida de todos.
No se me escapa que en el mundo urbano, de pisos mínimos, tener un perro grande es complicado. Y que para viajar o moverse, los de pequeño tamaño son los más manejables.
Pero con solo salir a la calle se puede comprobar que en esto de elegir mascota también hay mucho esnobismo, mucho elegir raza como si fuera una marca, olvidándonos algunas veces de que estamos tratando con seres vivos y no con artículos de prêt-à-porter.
Así están luego las protectoras, desbordadas con animales que la gente ya no quiere porque, dicen sin rubor, han pasado de moda.
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Conocí a un señor canoso y muy alto con un perro blanco enorme, eran iguales.Una señora que tenía una gata se parecían, mi madre se filmó cuenta.
01 febrero 2019 | 11:31
Es cierto los perros se parecen a los dueños y los dueños se parecen a los perros.Solo hay que ver el careto del presidente del Refugio, cada vez que lo veo se parece mas a un caniche…
01 febrero 2019 | 13:50
Asco de perros y de dueños
01 febrero 2019 | 16:09
En algunos casos los dueños son más perros que sus perros y más cerdos: los que no recogen las cacas.
01 febrero 2019 | 21:05