La gente que pasa de reciclar, de reducir residuos, de reutilizar objetos, tiene cada cada 26 de enero un mal día. En esta fecha se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. Una jornada en la que la sociedad se encarga de señalar con dedo crítico a tanto insolidario gastón, egoista.
La desgracia es que ellos no quieren aprender a ser mejores ciudadanos y los Estados tampoco se preocupan demasiado por ellos. La educación ambiental, hay que reconocerlo, está en horas bajas. O aprendes por tu cuenta o te haces un capullo como tantos otros. En ese sentido, los maleducados ambientales están de enhorabuena: nadie les va a recriminar su incivismo. Lee el resto de la entrada »