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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Churchill ya no puede salvar a más monos de Gibraltar

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© Wikimedia Commons

En septiembre de 1944, en plena ofensiva aliada contra el ejército alemán, el primer ministro Winston Churchill tiene un temor supersticioso. Conoce la leyenda de que el día en que los monos desaparezcan de Gibraltar, la Roca dejará de ser británica. Y en ese momento sólo quedaban cuatro animales, herederos de los llevados en 1704 por los ingleses para asegurarse un alimento extra en caso de sitio español. Churchill se cree la historia y considera muy alta la posibilidad de perder la colonia. Por ello encargará a un comando especial de soldados de élite una misión tan secreta como sorprendente, por no decir ridícula: reforzar la población de monos de Gibraltar con animales africanos.2004Barbary_Macaque_on_market_Photo_AAP_Ronald_Troostwijk[5]

Ahora, eso sí, lo hicieron muy bien. Para evitar problemas de consanguinidad se capturaron macacos de las dos poblaciones salvajes existentes, la argelina y la marroquí; 24 en total, 12 de cada núcleo. Desde entonces y hasta 1991 su cuidado fue responsabilidad de la Royal Navy. Ahora son cerca de 300, así que la pertenencia del territorio a Isabel II parece garantizada.

Donde está ahora el problema es en las poblaciones naturales de este macaco (Macacus sylvanus). De Berbería y no de Gibraltar, pues su distribución natural es norteafricana.  La única especie de primate al norte del Sáhara.

Según ha informado la asociación AAP Primadomus a través de un comunicado de prensa, en los últimos 30 años la población en Marruecos y Argelia ha descendido espectacularmente, de 23.000 a tan solo 8.000 ejemplares; una impactante caída del 65%.

Un informe del investigador de la Universidad de Utrecht Daan van Uhm revela que aproximadamente 200 macacos de Berbería, en su mayoría crías, son capturados en estado salvaje en Marruecos cada año para alimentar el comercio ilegal de mascotas en Europa y la industria turística.

Por lo no hablar de los muchos que, como me explicó hace dos años en el Rif un naturalista marroquí, son directamente cazados y comidos como una presa cinegética más.

Sin un Churchill salvador que decida poner fin a esta sangría, los pobres macacos desaparecerán del bosque y terminarán, apenas los más afortunados, provocando risas a los visitantes petardos del zoológico.

Según coinciden los expertos, si la Unión Europea y Marruecos no toman las medidas necesarias para poner fin al comercio y la caza ilegal, así como a la destrucción de los bosques donde vive, la especie corre serio peligro de extinguirse.

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2 comentarios

  1. Dice ser lector

    Claro,claro,según tú los visitantes de los zoológicos son unos petardos.Seguramente tu seas uno de ellos pues seguro que has visitado algún zoológico.Si hay alguien verdaderamente «petardo» son los «iluminados» de tu estilo que siempre califican negativamente a los demás.
    No te compro la moto César.

    29 octubre 2014 | 17:54

  2. Dice ser Otro lector

    ¡PELIGRO!… NO TODOS LOS MACACOS ESTÁN EMPADRONADOS
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    …Pues sí, querido César, como bien dices la población de macacos está asegurada en Gibraltar. Y para mucho tiempo. Hoy por hoy el número oficial de estos simpáticos peludos asciende a 350 ejemplares; son los empadronados en el Peñón. Pero existen otros muchos que cruzan la Verja todos los días sin estar censados. Son aquellos que, amaestrados por sus dueños, burlan los controles aduaneros para introducir en La Línea tabaco de contrabando y otros productos sin declarar. De estos se ha calculado una colonia de otros 25 macacos más.
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    …Su enorme parecido con los monos del Peñón facilita que estos irregulares campen a sus anchas, haciendo mucho daño a los intereses de la UE. Como recordarás, César, el año pasado el gobierno español exigió a las autoridades del Peñón que abrieran diligencias judiciales contra estos cuadrúpedos en situación irregular por delitos de contrabando y blanqueo de capitales. Pero el señor Fabián Picardo sigue mirando para otro lado. Ese asunto en concreto parece no interesarle lo más mínimo.
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    …Estamos hablando del macaco gibraltareño, raza Berbería, pero con algunas diferencias físicas respecto al del Peñón. Tiene como el británico el pelo pardo-amarillento repartido por todo el cuerpo, a excepción del trasero, que permanece pelado en algunos de sus miembros y en las hembras, a causa del apareamiento. La cara, pies y manos son similares a las humanas, siendo el de Gibraltar algo más feo y gigante (puede llegar a medir 1’65m) y poseedor de unos pies grandes adaptados a la carrera (no prensiles).
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    …Como habitante del Peñón, puedo afirmar que son omnívoros y diurnos, aunque gustan de la noche para cometer sus fechorías, como robo de bolsos, comida y delitos de orden público. Hace años, en las zonas de Catalan Bay y Sandy Bay se registraron incidentes graves que obligaron al señor Caruana a actuar con mano de hierro. Por lo visto, muchos de estos macacos se colaban por las ventanas de los hoteles atraídos por los objetos brillantes de los turistas y el olorcillo característico de la libra esterlina. Hubo detenciones y algunos fueron a dar con sus huesos en la cárcel.
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    …Pero las malas costumbres de estos macacos sigue en la actualidad. En gran medida debido a que le han perdido el miedo a los humanos. El gobierno de Fabián Picardo instaló cámaras de seguridad urbanas para acabar con esta delincuencia macaca, pero no tuvo ningún efecto disuasorio. Y actualmente entran y salen a diario del Peñón haciendo portes de tabaco ilegal con motos y coches. Creo que Picardo debería de empadronar a estos macacos para saber cuántos hay realmente. Podrían ser centenares, César.

    31 octubre 2014 | 01:05

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