Esto que ven es un pelícano pardo agonizando en medio de un mar de petróleo en Luisiana (REUTERS/Sean Gardner). No sabe de progreso ni de necesidades energéticas. No entiende nada por ser un animal no racional, pero millones de personas horrorizadas tampoco entendemos nada.
Según estimaciones de BP, el vertido del golfo de México podría ser de hasta 100.000 barriles de petróleo al día, unos 15,9 millones de litros diarios a lo largo de los dos meses que el derrame lleva activo.
También reconoce la empresa que hasta agosto como pronto no lograrán parar la gigantesca fuga de petróleo, si es que finalmente lo logran. Pero siguen sin reconocer que si hubieran hecho bien las cosas nada de esto habría sucedido, y que lo hicieron mal por ahorrarse dinero. Ahora lo barato les saldrá caro.
Empresarios orgullosos asumen el error, y en lugar de sacar pecho sacan el talonario. Que no se preocupe nadie que pagaremos todos los daños. El presidente Obama ya les ha pedido 20.000 millones de dólares como fondo de compensación inicial y la BP ni se ha inmutado. ¿Todos los daños?
Quizá reciban ayudas pescadores y empresarios del sector turístico. Quizá se logre atajar el vertido y a la larga, dentro de varias décadas, el entorno recupere parte de su esplendor perdido. Pero nadie pagará nunca los daños de estas aves moribundas, de esas tortugas extinguidas, de esos fondos coralinos destruidos, de esos manglares asfixiados. Para ellos son sólo «daños colaterales» no computables en el balance. No cuentan.
¿El que contamina paga? Falso. El que contamina debería pagar con la cárcel, porque con dinero nunca se remediará un desastre medioambiental. Deberían haber pagado para no contaminar, pero no lo hicieron, y ahí están ahora los resultados.
Les veo firmando cheques para tratar de evitar demandas millonarias y recuerdo el famoso mensaje del Jefe Seattle:
¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros?
Veo estas fotos del horror seleccionadas por The Boston Globe y, como el viejo jefe indio, sigo perplejo.
Quizás sea porque soy lo que vosotros llamáis «un salvaje» y, por eso, no entiendo nada.
(U.S. Coast Guard Photo by Petty Officer First Class John Masson)
(AP Photo/Charlie Riedel)
(AP Photo/Eric Gay)
(Win McNamee/Getty Images)
(REUTERS/Lee Celano)
(AP Photo/Charlie Riedel)
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¿es horroroso, pero estas cosas son lo que hacen los ricos y no podemos frenarlos los pobres.
Clica sobre mi nombre
22 junio 2010 | 22:40
La tontada del jefe indio «Zapastrósimo» diciendo que la tierra pertenece al viento; o la del jefe Seatle diciendo que la tierra no es de nadie, que (dicho a su manera) «es de Dios» , es simplemente eso, una opinión a-científica, producto o consecuencia de la ignorancia.
La inteligencia ha demostrado que la evolución de la ciencia en todos sus ámbitos, incluido el económico, es mejor que seguir atados a las cadenas de la no-civilización de la no-inteligencia. Por mucho indio Zapastrósimo -el de la tierra y el viento- o jefe Seattle -el de la tierra, que es de Dios- o ecologista de guiquén -ini, ini, ini, contamina y paganini- la inteligencia es mejor que vivir atados a las cadenas del salvajismo.
Hay muchas razones, también económicas, que llevan a cuidar a la vaca para que dé leche de buena calidad. Hay muchas razones científicas, que llevan a cuidar las fuentes de riqueza. Razón, ciencia, conocimiento. Dos mil años de ciencia, también económica.
Echar un manto negro, un escape, una fuga de tinieblas, de oscuridad, de no-ciencia sobre un problema científico es propio del indio Zapastrósimo, del jefe Seattle, y podemos decir del ecologista sandio, o simple.
Sufre el pato, la pata y los patitos: ha habido un accidente terrible. Sufre el pez. Sufre la madre tierra. Y tanto la pata como el pez y la madre tierra esperan una solución científica, no el teatral gemido del indio Zapastrósimo, ni el mantra del indio salvaje, ni la tontá del Sr. larrosa.
¿Acaso si un hombre se rompe una pierna llamaríamos a un hechicero, a un curandero, o a un paseante? Llamaríamos a un médico. Mejor si traumatólogo. Pues ¡eso! Ciencia vs de la rosa.
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22 junio 2010 | 23:07
Que fotografías más espeluznantes!!
Dios! que paguen los responsables… pero que lo paguen muy caro!!!
Miauuuuuuuu
(\____/)
(=0_0=)
(«)___(«)
http://www.videosdegatos.eu
23 junio 2010 | 00:11
Quien contamine que pague para reparar los daños en la medida de lo posible, y quien lo haga por negligencia o por asumir riesgos excesivos para su propio beneficio, que además pague con carcel. En el fondo nos están robando un patrimonio que nos pertenece a todos.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
23 junio 2010 | 07:52
no debiera bastar con que «quien contamina paga» deberia de ponerse las multas en función del beneficio que obtengan, asi nunca les deberia de salir rentable el contaminar.
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¿quieres sacarle mas rentabilidad a tus ahorros? comprueba lo que te dan los bancos que ofrecen los mejores depositos y cuentas remuneradas.
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23 junio 2010 | 08:00
Lo que está pasando con ese derrame petrolero no tiene nombre y mucho menos precio
Es una autentica vergüenza la pasividad con que se está tratando ese asunto. Efectivamente hay gente muy preocupada, pero las autoridades van a 10 km por hora cuando con este problemón deberían ir a 320. Claro si fuera para entrar en alguna guerra absurda irían a 350 km/h.
Porque se deja llegar el crudo hasta las mismísimas playas?
Donde están el ejército, la marina, los voluntarios dirigidos por los Estados Unidos o por quien quiera o deba hacerse cargo?
Se están haciendo cosas pero en muy pequeña escala para lo que se necesita con semejante asesinato mundial, porque hay que ver la cantidad de vida animal y vegetal que se ha perdido con ese desastre, y las que se seguirán perdiendo cuando ya nadie hable de esto
23 junio 2010 | 09:19
A mí no me vale que quien contamina pague, pues al final se convierte en un “impuesto por contaminación”, que sale rentable y se paga y se sigue contaminando.
Al que contamina se le quita la empresa y se le manda a la cárcel.
23 junio 2010 | 10:25
Es una vergüenza, pero no nos tiene que extrañar viendo como trata la gente paisajes maravillosos. El otro día estuve corriendo por la costa de Aizkorri (Vizcaya) y había un monton de botellas, paquetes de plástico… Hay que acabar con esto.
http://www.vamosacorrer.com
Un abrazo
23 junio 2010 | 12:50
No sé si os pasará lo mismo, pero echo en falta a las organizaciones ecologistas en este desastre.
¿Dónde está Greenpeace , ecologistas en acción,,etc?
23 junio 2010 | 17:33
me entran escalofríos al ver las imágenes, y me siento impotente aqui sentada frente al ordenador, me gustaria hacer algo para ayudar.
23 junio 2010 | 17:53
Las imágenes son horribles, desde luego que los que contribuyen a cosas como estas tienen que pagarlo y bien caro!
23 junio 2010 | 18:04
Cuantas cosa hace el hombre y como siempre desenfunda el bolsillo para pagar sus cuantiosas multas van a otro lugar y que hacen, vuelven a contaminar como si fuera algo de juego. Efectivamente las imágenes presentadas son más que mil palabras, se debe siempre tener en cuenta que hacer daño a la naturaleza y medio ambiente es hacerle daño a nuestro planeta tierra. Ahora es el momento en que se necesita a verdaderos ingenieros ambientales y profesionales que puedan educar ecológicamente a las personas y así mejorar nuestro planeta.
En cuanto a ¿Quién contamina paga? Debe pagar pero con la cárcel y se debe prohibir alguna excavación en el Golfo de México y hacer todo lo posible por limpiar y recuperar la fauna que vive en ese lugar.
http://www.funiber.org
23 junio 2010 | 19:55
Anda que el comentario de atontao de M G dice mucho de su persona porque ni sabe lo que dice, ni sabe lo que quiere, bonitos juegos de palabras, zapato pato pata, y se va tan campante a mirar si desde tu comentario han clicado muchos en su enlace. No siento vergüenza sino alegría de no ser tan estúpido. Lo bueno es que morirá como todos nosotros algún día de viejo o de tonto si es que no ha muerto ya.
24 junio 2010 | 19:23