La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

¿Hay que prohibir los chicles?

La nueva plaga de nuestras ciudades se llama chicle.

Lo mascamos compulsivamente incluso mientras hablamos, hacemos pompas, lo estiramos como niños pequeños y al final lo tiramos a la calle o lo pegamos en cualquier sitio, cual incómodo moco descomunal. Mírese las suelas de sus zapatos. Seguramente tiene ahora mismo alguno pegado en ellas. Caries aparte, la limpieza de chicles de la vía pública consume millones de euros de las arcas municipales todos los años.

En ciudades como Murcia o Málaga las patrullas quitachicles se gastan 12.000 euros al mes. En Vigo han dejado de hacerlo tras comprobar que limpiar un solo tramo de calle les lleva un día y no menos de 1.200 euros. Muchas localidades ya tienen costosas máquinas para eliminarlos (entre 30.000 y 50.000 euros), pero según acaban de limpiar por un lado, las pegajosas gomas vuelven a llenar las aceras por el otro lado.

Londres es sólo un ejemplo. Se necesitan 17 semanas para quitar los 300.000 chicles pegados en la céntrica calle Oxford Street, pero solamente 10 días para que la calle vuelva a estar como antes. Allí un chicle cuesta 3 peniques y despegarlo 10.

Más expeditivos, en Singapur el chicle está prohibido desde 1992. En esa ciudad-estado su uso sin receta médica acarrea multas para los infractores de algo más de 3.000 euros si es la primera vez, o de 6.000 euros para los reincidentes, con la posibilidad incluso de ser condenados a dos años de cárcel.

¿Habría que prohibir el chicle en España? Si fuéramos un poco civilizados no haría falta. Bastaría con envolverlos en su envoltorio original una vez consumidos y depositados en una papelera. Aunque si queremos seguir siendo unos guarros, tecnología y tradición están de nuestra parte.

Podemos volver a los orígenes, a mascar goma natural de la savia de un árbol llamado Manilkara zapota, al igual que hace 600 años lo hacían los aztecas, los inventores del chicle. Una cooperativa mexicana (Chicza Rainforest Gum) trata así de distribuir en Europa su chicle biológico, Chicza, nacido de los árboles chicozapotes de la selva mexicana, ecológico desde el principio de su preparación y biodegradable, pues una vez mascado, se deshidrata y se convierte en polvo.

La otra opción es seguir consumiendo goma artificial, pero del modelo ecológico desarrollado por Revolymer, una compañía surgida en la Universidad de Bristol. Un chicle que no se pega a nada y se degrada con el agua en tan sólo 24 horas.

Personalmente no me gustan los chicles, sean del tipo que sean. Tanto masticar para nada, que diría la abuela. Tampoco me gustan las prohibiciones. Pero lo de imponer multas fuertes por tirarlos a la vía pública me parece más que necesario, aunque sólo sea por el bien de nuestro calzado.

56 comentarios

  1. Dice ser patricia

    q se hiciera con algo q no contaminase,quiero decir

    05 junio 2009 | 22:32

  2. Dice ser aedre

    como se te ocurre bobooooel chicle no se puede prohibirrrees algo muy boboy ademas es o mejor q se han podido inventaar

    16 agosto 2009 | 02:31

  3. Dice ser bichiii

    bueno esta muy bueno esa noticia bueo pero a ahora elm mundo no te va ah aser caso ahora no te rrespetan nada.lo podrian de aser de otro materialll

    13 noviembre 2009 | 23:42

  4. Dice ser fenixxz

    Estoy de acuerdo con la prohibición del chicle, pero se deberían buscar alternativas para hacerlo menos drástico, debería crearse cultura ciudadana y concientizar a los consumidores del daño que causan, pues cundo uno se sienta en una silla del parque, del bus, del terminal, en la discoteca o en un internet, justo hay un chicle en el borde y se le pega a uno en el pantalón, aunque este se quita con varsol o gasolina no justifica que sigan pegando chile en cualquier lado, y muchos lo hacen apropósito, con maldad, y en los niños hasta se los pegan en el cabello y que hay que hacer?, cortarle el pedazo y dejarlo trasquilado. En fin, el chicle puede provocar caries, aumento en los ácidos gástricos y ocasionar ulceras gástricas, pues al estar masticando el organismo se prepara con los ácidos para desintegrar los alimentos que le llegaran, pero que nunca llegan, solo se mastica y se mastica y al final se bota a la calle o se pega en el borde de una silla o en el cabello de un inocente niño. De manera que mientras se crea cultura ciudadana… bienvenida la prohibicion.

    06 diciembre 2009 | 19:41

  5. Dice ser jose luis sola

    es verdad,en mi ciudad hay una plaga de chicles por todas las aceras,hace poco estuve en roma,i los principales monumentos invadidos de chicles pegados,al igual que las calles,y es asqueroso,yo los prohibiria,que coman caramelos.

    07 enero 2010 | 19:14

  6. Dice ser gata

    Creo que siempre es tiempo de enseñar civismo, no solo en los colegios, sino en nuestras casas a hijos, nietos, sobrinos, etc… es nuestra obligación hacerlo y concienciar a los nuestros desde pequeños y no solo enseñarles a decir buenos dias y hacer las camas tanto si son niños como si son niñas, sino también a algo tan sencillo como tirar a la papelera un chicle una vez no lo quieres o un papel una vez ya no lo necesitas y esa es una labor de todos. No creo que este gobierno que se autoproclama «DEMOCRATA» tenga que seguir prohibiendonos cosas a costa de llenar sus arcas, en definitiva a costa de nuestro dinero imponiendonos mas impuestos que cada día se inventan según ellos para nuestro bienestar y salud (que al fín y alcabo es cosa nuestra) o esque también quieren imponernos hasta la fecha de nuestra muerte? en fín creo que se debe explicar a los niños, jovenes y no tan jovenes que el chicle ( del que yo soy consumidora por mi ansiedad y adicion al tabaco) es un gran problema si no se usa con respeto para el ozono y tambien para la limpieza de nuestras ciudades y por otra parte no creo que se les deba poner un impuesto a las casas que los comercializan o subir su precio, simplemente ver una solucion para que el envoltorio sea el adecuado para reciclar luego esa goma de mascar y lo anuncie. Soluciones existen muchas antes de poner prohibiciones y multas. Una cosa más a los señores que aquí han escrito hablando de respeto hacia los demás y diciendo tantas barbaridades como han dicho, antes de pedir respeto, respeten por favor. Gracias.HABLANDO SE ENTIENDE LA GENTE.

    08 enero 2010 | 20:47

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