La encina más grande del mundo, la más vieja y venerable de todas ellas, probablemente la más querida, sin duda la más hermosa e impresionante que conozco, ha salido con éxito de una delicadísima intervención quirúrgica, la primera de estas características realizada hasta la fecha en España a un árbol multicentenario.
Maltrecha pero feliz, la encina Terrona, el símbolo vivo de Extremadura, orgullo de Zarza de Montánchez (Cáceres), se apoya ahora en 15 gigantescas muletas de acero, garantía de su eterna fortaleza. Si se fijan bien en la fotografía realizada una vez concluida la operación, pueden apreciar claramente el esbozo de una sonrisa clarividente de agradecimiento entre sus ramas. Ella está feliz y nosotros más.
Esta monumental encina acaba de ser intervenida “a vida o muerte” por uno de los equipos de médicos geriátricos de árboles más afamados de Europa, el dirigido por el botánico valenciano Bernabé Moya y los técnicos José Moya y José Plumed. Desde que en 1998 una de las tres grandes ramas de este excepcional ejemplar casi milenario se partiera por la mitad, Moya ha visitado a la venerable enferma decenas de veces, hasta convertirse en su particular médico de cabecera. Sólo así ha logrado tener un conocimiento excepcional del ejemplar rama a rama, arruga a arruga, primavera tras primavera, que diez años después le llevó a emitir un terrible diagnóstico. El árbol se iba a partir, se venía abajo. Cuando hablé con él, preocupado como estaba por el estado de mi venerada encina cacereña, este defensor apasionado de los viejos árboles me lo explicó gráficamente:
“Es como si tuviera osteoporosis, su frágil estructura no puede sostener ya tanto peso”.
Árbol de dehesa, sombra de una increíble piara de cochinos ibéricos, su forma actual es producto artificial de innumerables podas. ¿Pero quién se atreve ahora a podar un árbol simbólico y a podarlo bien?
Finalmente, tras valorar varias opciones, Moya optó por apear la encina como el mejor método posible. Por sostener las ramas más grandes y frágiles con grandes muletas rematadas en horcones, al estilo de como se hace con los grandes manzanos o nogales cuando se cargan de fruta, sólo que metálicas y de proporciones colosales.
La Junta de Extremadura, tutora del ejemplar desde que en 2001 iniciara con él la protección de los árboles más emblemáticos de la región, estaba de acuerdo en la necesidad de intervenir cuanto antes, pero faltaba el placet del propietario, Alonso Mateos.
Panadero de profesión, muchos señalaban la paradoja de que alguien así no hubiera convertido hace ya mucho tiempo en leña de horno a la Terrona. Esa sólo idea lo enfurecía, pues para Alonso el árbol es su más querida herencia y lo venera como si fuera una risueña bisabuela. Hombre de campo, apenas necesitó de cinco minutos de explicaciones de los especialistas para dar su consentimiento.
“Bernabé es un cirujano fuera de serie, con sólo verla ya sabía por dónde se iba a partir; sé que la Terrona está en las mejores manos”.
Concluidos los trabajos, cuando le pregunté a Alonso si estaba satisfecho con el resultado obtenido, éste no lo dudó un segundo:
“Cómo no lo voy a estar, ha quedado estupendamente. Morirán mis nietos y sé que seguirá en pie, no hay más que verla”.
Su clarividente visión me dejó impresionado, máxime por venir de un sencillo hombre del campo. El sabio Alonso, las buenas gentes de Zarza de Montánchez, son todo un ejemplo para nosotros, tan urbanitas y tan alejados de la realidad natural ¿no os parece?
Como podéis ver en estas fotografías de José Plumed y los hermanos Moya, el resultado logrado tras la intervención hecha al árbol es espectacular. Además de útil, vital para la encina, a mí me parece una auténtica obra de arte de vanguardia, una delicada pieza de land art o arte terrestre. ¿No pensáis vosotros lo mismo?
Yo soy de la opinión con todo el respeto que hay que dejar que la vida siga su curso natural y no intervenir para nada en nada sobre todo en la naturaleza y guardar el maximo respecto a todo y lo mejor que le puede pasar a una especie natural animal o vegetal es que no lo conozca el ser humano.Julian
30 noviembre -0001 | 00:00
¿Os ha gustado la historia? De verdad, os aconsejo visitar este impresionante monumento natural, que se encuentra en una dehesa igualmente maravillosa donde ahora podéis ver a las grullas y quizá al bello elanio azul.El post de hoy es resúmen del reportaje que el pasado día 15 publiqué en el diario Público. Os copio a continuación el enlace de la noticia por si alguno quiere saber algo más de la intervención a la Terrona.http://www.publico.es/ciencias/183301/muletas/p/ara/b/n/c/n
25 diciembre 2008 | 22:35
Me alegro de que se hayan tomado medidas serias para conservar un árbol emblemático. Ahora, debo decirte que me parece que te has dejado llevar por el entusiasmo al contar la noticia, y la poesía metida a empujones rezuma azúcar.Entiendo que sea un blog de opinión y que estés contentísimo por ello, pero qué quieres que te diga, ambientóloga y todo que soy, me chirría esto por la forma en la que está contada. Creo que sería más beneficioso para la comunidad conservacionista que no se dejase uno llevar tanto por la emotividad. Pero oye, que es una opinión.
26 diciembre 2008 | 01:37
te has fumado parte de la enzina o que? xD
26 diciembre 2008 | 03:09
¡Que bestialidad!
26 diciembre 2008 | 03:09
Pues eso… que de panacea, mucho menos de lo justo, las orquillas le harán daño, ¿menos del que le provocará el desgarro de su rama?, pues sí, pero le hará mucho daño… no sé si los nietos la seguirán viva.Las podas artificiales y el posterior abandono, les hace muchísimo mal, a los árboles cuanto menos intervenga la mano humana más te lo agradecen
26 diciembre 2008 | 07:39
Yo tuve el privilegio de conocerla personalmente en una ruta por Extremadura en mayo de 2005. No me pareció tan enferma, pero sí impresionante. Lo siento.
26 diciembre 2008 | 11:00
Las encinas pueden llegar a vivir muchos, muchos años, hasta 800 y más, pero ya mil en esta especie es como para un humano 120 años … vale, hay que hacer todo lo posible por cuidarla, pero también hay que dejar hacer a la Naturaleza y no caer en barrabasadas … A mi lo de las barras de acero me parece una barbaridad.
26 diciembre 2008 | 11:01
Va siendo hora de ir protegiendo todas las maravillas naturales que tenemos en este país, que son incontables.Me encata este blog.Felices fiestas a tod@s.
26 diciembre 2008 | 11:48
Buenas Cesar,Te dejo el link de una noticia que se publica hoy que quizas te pueda interesar.http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/23/ciencia/1230060962.htmlUn saludo
26 diciembre 2008 | 11:58
Muchas gracias Dcampo por la información. Una noticia muy curiosa la que me cuentas, un bosque que talan a pesar de la determinación de su dueño de conservarlo íntegro. Pobres árboles!!
26 diciembre 2008 | 17:59
Pues yo estoy deacuerdo con BELLOTA DE ORO con respecto a que hay que dejar hacer a la naturaleza, la barras de acero quita todo el encanto y misterio de esta encina milenaria,la naturaleza es sabia y si decide que ha llegado el fin de la encina,pues a llegado, y no hay mas vueltas que darle….lo que se debe de hacer es aunar esfuerzos y proteger todas aquellas que estan en peligro (que son muchas) para que lleguen a la edad de esta.
26 diciembre 2008 | 18:14
Que precioso monumento y precioso documento el que aqui nos pones, es bastante raror que ha dia de hoy se animen a conservar arboles, cuando lo mas normal es tirarlos y edificar …A ver si un fin de semana me puedo acercar por alli a verlo.
27 diciembre 2008 | 01:21
En Donosti (donde no es un arbol habitual) también tenemos una encina centenaria con muletas http://ketari.nirudia.com/39 en este caso por que un camión se llevó una rama de un lado y quedó descompensado.Más árboles singulares http://ketari.nirudia.com/tag/arbol+singular
27 diciembre 2008 | 23:46
Quiero decir que para mi todos los árboles son singulares al igual que nosotr@s mism@s.Creo que la Terrona es una catedral viva que simbolizaba a la naturaleza a la cual respeto muchísimo pues yo también soy ella. Pienso que interferir en el destino que le esperaba, de vida o muerte, a tan bello ejemplar es antinatural y rompe con la esencia de la naturaleza(el ciclo de vida y muerte para todo ser natural; y a ser ella misma en su intercción con el medio,sea cual sea la causa que la haga seguir luchando por vivir). Lo que se ha hecho es modificar y transformar un suceso natural quitando toda la dignidad que se merece cuanquier árbol que haya llegado donde ha llegado éste. Creo que amar la naturaleza es dejar a los seres que la conforman a ser ellos mismos hasta «el final» y así dejar espacio a otras expresiones de su misma naturaleza. Hoy estoy triste pues no se respeta ni la vida ni la muerte. Una cosa es reverenciar al árbol y otra muy distinta es reverenciar además a lo que éste realmente simboliza.Opino que deberían haberla dejado afrontar su propio destino como hasta ahora había hecho. Creo que sería más acertado que los que aman a los árboles velarán porque las bellotas de éste bello y anciano árbol y las de los demás árboles, (de este municipio en particular y las de los del resto del planeta en general) germinasen en los huecos que dejan sus padres pues la muerte trae vida si se deja de interaccionar a la ligera y usando la dehesa de forma más respetuosa.Con la marcha actual que llevamos en un futuro a medio plazo solo quedarán los árboles singulares protegidos por nuestros valores socioeconómicos. Por favor no hablemos de la naturaleza desde la visión desintegrada de la misma en la que vive nuestra sociedad.Un saludo y perdón por extenderme tanto.Espero no ofender a nadie pues no es mi propósito.
29 diciembre 2008 | 01:52
Los árboles son de esos pocos seres vivos que embellecen con la edad. Maquillar un rostro con profundas arrugas, es una medida estética provisional, posiblemente hasta una obra de arte en la que se invierten unos profundos conocimientos técnicos, un tiempo precioso y unas cantidades económicas impresionantes que también deberían darse a conocer al mismo tiempo que la acción en sí.Aunque evidentemente tratamos de un árbol único, un titán vegetal, una catedral verde, nuestro derredor es mucho más. Nunca dejemos que la espectacularidad de los medios (políticos, técnicos, económincos) enmascaren los mensajes (conocer, conservar, amar).Un ARBAzo amigo para tod@s los amantes de lo vivo, desde un lugar del corazón.
31 diciembre 2008 | 17:43
Perfecto de pricipio a fin el comentario de Jorge; recomiendo su lectura, y así no hay necesidad de argumentar de nuevo.Pero quiero añadir una anégdota, con un poso de tristeza:Entre el año 2000 y el 2004, visité La Terrona y afortunadamente me quedan las fotos familiares junto a su tronco. Hasta hoy no supe nada de sus «muletas», y el pasado abril, pretendí sin éxito mostrársela a unos amigos. Me perdí y no la encontraba. Ante mi torpeza, me volví a Zarza y pregúnté a varias personas. Lo cierto es que tras cruzar el puentecillo, en la primera alternativa de senderos, volví a errar, se nos hizo la hora de comer y se quedaron sin ver la encina.Ni que decir tiene que nos disgustamos, entonces; ya que no sabíamos nada de la ortopedia; pues nadie en el pueblo tuvo a bien decirnos nada sobre tales apoyos.Ahora que lo sé y veo estas fotos, me alegro de mi «no visita» de abril, ya que mis amigos no hubieran podido ver lo que yo traté de enseñarles. Ya es otra cosa.
22 noviembre 2009 | 20:04
A todos aquellos que dicen que hay que dejar que la naturaleza siga su curso lo que deberian hacer es dar ejemplo y cuando enfermeis no acudais al medico ni nada, o si os rompeis un hueso dejadlo estar que la naturaleza siga su curso.Soy de zarza y el hecho de pensar que la terrona desapareciera como el eucalipto me joderia bastante.Un saludo a todos.
17 diciembre 2009 | 08:42