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Siete razones y un recordatorio para llamar por su nombre a la violencia contra la mujer

«Violencia en el entorno familiar». Con este eufemismo se refirió este lunes la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, al asesinato de una mujer en Roquetas de Mar (Almería) a manos de su pareja (un varón). Llamó «violencia en el entorno familiar» a lo que se denomina, incluso por ley, «violencia de género». Hace unas horas, la ministra quiso quitarle hierro al asunto: «Da igual el nombre, al final es un asesinato y nosotros queremos tolerancia cero en el ministerio frente a todo tipo de actuación contra cualquier mujer».

No sé si «violencia de género» es la mejor nomenclatura para los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas/maridos; tal vez sea más adecuado «violencia contra la mujer» -aunque a mí particularmente me parece más apropiado «violencia machista»-. Pero «violencia en el entorno familiar» elimina toda la carga de desprecio que estos individuos sienten por la mujer (por usted, ministra; por mí) y les permite arrebujarse cómodos y tranquilos en ese sentimiento de posesión material que manifiestan con esa brutalidad hacia sus esposas/compañeras.

Hace ya más de 60 años que el gran Miguel Mihura escribió la comedia El caso de la mujer asesinadita. Mihura se podía permitir el sarcasmo porque tras él escondía la crítica social más feroz. Pero usted, ministra, no se puede consentir a sí misma errar con el uso de las palabras, porque puede parecer que intenta maquillar una realidad que solo en los últimos doce meses ha costado la vida a 59 mujeres. Llamemos a las cosas por su nombre o terminaremos cayendo en el ridículo más teatral -como el título de la obra de Mihura-, solo que en el siglo XXI y con la memoria de las víctimas de esta lacra recordándonos que la sacarina, para el café.

Aquí tiene siete razones y un recordatorio para entender por qué esa «violencia en el entorno familiar» se llama en realidad «violencia de género»:

  1. Más de la mitad de las 545 mujeres asesinadas en España entre 2003 y 2010 murieron a manos de su pareja o expareja (varones), según el IV Informe Anual del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer*, publicado hace tan solo un mes (los últimos datos que contiene son de 2010).
  2. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó entre 2000 y 2010, dentro de sus Barómetros, un total de 280.622 encuestas para palpar la percepción social de la violencia contra la mujer. Del 2,8% que respondió «sí» a la pregunta «¿Constituye la violencia contra la mujer uno de los tres principales problemas de España?», el 71,2% eran mujeres y el 28,8% hombres.
  3. La violencia de género no se reduce a unos casos aislados, sino que se trata de un fenómeno bastante extendido en España para el 87% de los 3.000 entrevistados para una encuesta de la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género realizada entre 2009 y 2010 (y contenida en el IV Informe Anual mencionado anteriormente).
  4. Según esta misma encuesta, una cuantiosa minoría (35,8%) cree que la violencia de género es un problema compartido ya entre ambos sexos y la mayoría (62,7%) lo sigue viendo como algo que preocupa sobre todo a las mujeres. Además, una mayoría significativa (60,85%) exculpa a las víctimas de la violencia de género de su situación, pero casi la mitad de los varones (45,3%) y un 28,6% de las mujeres las consideran culpables del maltrato que sufren por seguir conviviendo con su agresor.
  5. El término que se utiliza mayoritariamente en los medios de comunicación para definir el maltrato de un hombre a su pareja o expareja es el de «violencia de género» (65%), seguido del de “violencia doméstica” (en torno al 30%), «violencia contra la mujer» y «violencia machista», según una encuesta realizada a través de Internet entre 2009 y 2010 por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género entre 900 profesionales de medios de comunicación y 3.009 personas no vinculadas con el periodismo.
  6. Dicha encuesta refleja que una considerable mayoría de la muestra de no profesionales (76,6%) descarta abiertamente el carácter doméstico del problema, pronunciándose en el sentido de que la violencia de género es un asunto de interés público. El 85,8% de los profesionales y el 84,1% de los no profesionales se manifiestan de acuerdo con que los casos de violencia de género deben ser explicados como un delito contra los derechos humanos.
  7. El 10% de los nuevos ingresados en prisión son maltratadores. Este delito es desde hace ya tiempo la tercera causa de ingresos en prisión, por detrás de los robos y del tráfico de drogas.

 

Recordatorio

El término «violencia de género» está recogido en el propio enunciado de la Ley que regula las medidas para atajar este tipo de violencia: Ley Orgánica 1/2004 de Protección Integral contra la Violencia de Género.

No hace falta bucear mucho en el texto legislativo para darse cuenta de por qué «violencia en el entorno familiar» no es la mejor manera de definir la violencia de género o contra la mujer. En la primera línea del preámbulo de la exposición de motivos de dicha Ley, puede leerse: «La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión».

Artículo 1. Objeto de la Ley:

1. La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.

3. La violencia de género a que se refiere la presente Ley comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad.

*El Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer es un organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

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