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¿Sabes cómo funciona tu cerebro con Tinder?

La revolución tecnológica tan vertiginosa que hemos vivido en la última década no solo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos y comunicarnos con los demás, también tiene efectos en nuestra propia neurobiología. Aplicaciones para ligar, como el conocido Tinderofrecen un ‘catalogo’ de hombres y mujeres dispuestos a encontrar el amor, o no tanto…

El funcionamiento es sencillo, a través de fotografías nosotros decidimos si nos gusta o no y, en el primer caso, entablamos una conversación. El problema es que nuestro cerebro no esta preparado para esto. Realmente estamos programados para juzgar a los demás en movimiento, necesitamos de gestos, sonrisa, forma de hablar, etc para establecer una asociación a largo plazo; estas aplicaciones, por contra, estimulan la búsqueda de aventuras amorosas cortoplacistas.

Esto no quiere decir que las aplicaciones de citas tengan la culpa de la fobia al compromiso, pero sí que facilita que este tipo de personalidades den rienda suelta a sus impulsos a través de estas ‘citas en línea’.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro? Según ha descrito Rob Henderson a partir de un estudio del Donders _Center for Cognitive Neuroimaging_ de Holanda:

«La región involucrada en el procesamiento de recompensas químicas es más activa cuando vemos caras atractivas. Esto, sumado al factor de impredecibilidad (no sabes cuando un supermatch te dará like ni cuando un match contestará a tu mensaje), aumenta todavía más el circuito de recompensas. La consecuencia de este chute químico es evidente: nos mantiene expectantes y enganchados irremediablemente. Completamente similar al funcionamiento de las adicciones.

Tinder modifica ciertas respuestas de nuestro cerebro. Inicialmente, la activación dopaminérgica —la misma que proporciona agradables sensaciones de recompensa—solo tendrá lugar si se recibe una respuesta de la persona seleccionada (en nuestro caso, un match a través de la app).

No obstante, conforme se haga mas frecuente la utilización de Tinder, el organismo acabará generando dopamina no sólo al recibir un match, sino también ante señales que predigan que la respuesta va a llegar.

Esta simplificación para recibir una recompensa química ante simples modificaciones que hagan sospechar la proximidad del match, traducido a un lenguaje más comprensible, será indicativa de que se ha instaurado una adicción. Por ello, el mejor modo de detección y prevención de esta situación, es ser consciente de ello y de las consecuencias negativas inherentes al abuso — y consecuente enganche — a cualquier red social.»

Utilizar estas apps, reduce las probabilidades de encontrar una relación estable y duradera. El deseo de establecer una relación no esporádica se desvaneceen parte debido a que en las aplicaciones, el usuario siempre encontrará nuevas y más atractivas opciones que le animarán a salir con alguien más y distinto a la persona anterior.

La consecuencias serán la predisposición a la adicción a las app y, paradójicamente, la disminución de las probabilidades de establecer una  relación sólida e intensa a la vez.

 

*Fuente de consulta: Rob Henderson – The Science Behind What Tinder Is Doing to Your Brain (2018)

Tácticas que aumentan las probabilidades de éxito en Tinder

Las estrategias para ligar han cambiado, las nuevas tecnologías han revolucionado la forma de comunicarnos y ahora la psicología social tiene un gran campo de estudio por delante. La comunicación no verbal es la protagonista en aplicaciones como la popular Tinder, ya que con escasa información: unas cuantas fotos, un nombre, la edad (verdaderos o no) se activa un proceso de toma de decisiones para evaluar si esa persona merece nuestro interés o un ‘descarte’ directo. Las primeras impresiones son un potencial fascinante para la investigación social.

Gareth Tyson y su equipo de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido) se han convertido en los primeros en investigar las estrategias de emparejamiento que se dan en Tinder y en profundizar sobre las diferencias de actuación de ellos y ellas en esta aplicación. Las conclusiones del estudio revelan datos interesantes sobre las diferentes estrategias que se utilizan según el género. Las mujeres son mucho más selectivas a la hora de iniciar los contactos. Los hombres lograban un ‘match‘ (coincidencia de ‘me gustas’) en un 0,6% de los casos y las mujeres en un 10,5%, por tanto, ellos son más proclives a iniciar contactos de un modo menos selectivo para compensar este porcentaje y aumentar sus probabilidades.

Sin embargo, tras el contacto inicial. Ellas participan mucho más activamente y tienen mayor probabilidad de enviar mensaje a su potencial pareja. «En general, el 21% de las mujeres que lograron emparejamientos le enviaron un mensaje, mientras que tan sólo el 7% de los hombres lo hicieron», según el equipo de Tyson. Los mensajes de los hombres suelen ser más rápidos y más breves, del tipo «¿qué tal?». Por contra, ellas se toman su tiempo en pensar qué van a escribir y la longitud del texto es mayor, ya que tienen 122 caracteres de media.

Como curiosidad añadida el grueso de emparejamientos procedía de hombres, tanto para los perfiles masculinos como para los femeninos. «Aunque el ratio de hombres: mujeres en nuestro conjunto de datos es aproximadamente de 1:1, el 86% de todos los emparejamientos que reciben nuestros perfiles masculinos provienen de otros hombres«, añade el equipo de Tyson. Este dato apunta a que los hombres homosexuales desempeñan un importante papel en Tinder. «Los hombres homosexuales son mucho más activos a la hora de seleccionar perfiles que las mujeres heterosexuales» asegura Tyson.

Tras los datos analizados, los investigadores sugieren tácticas que pueden cambiar las probabilidades de éxito de un usuario de Tinder. Una de las claves, principalmente para los hombres, es ofrecer un poco más de información sobre sí mismos. Cuando se incrementaba el número de fotos de perfil de las mujeres de una a tres, el número de “matches” aumentaba un 37%. En hombres, con una sola foto de perfil, después de cuatro horas solo se habían logrado 44 emparejamientos. Con tres, esa cifra se incrementaba a 238. Este hecho correlaciona con el resultado de otras investigaciones al respecto, cuanto más información tenemos sobre el otro disminuye la percepción de engaño y aumenta la confianza en la veracidad de ese perfil.

Esta característica también se observa en la importancia de las biografías para lograr “me gustas”. Ellas, que saben que hagan lo que hagan van a tener una gran cantidad de respuestas positivas, no tienen nada escrito en sus biografías en un 42% de los casos. La cifra desciende al 30% en los hombres. La decisión de estos últimos es errónea según los datos recogidos por Tyson. Sin biografía, ellos recibían 16 matches de media de las mujeres, una cantidad que se multiplicaba hasta los 69 cuando se ofrecía esa información.

 

 

*Fuente de consulta:  A First Look at User Activity on Tinder arxiv.org/abs/1607.01952