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El nadador Santo Condorelli y su gesto de peineta (de la buena suerte) en los JJOO

Vimos anteriormente un gesto de peineta ‘inconsciente’ realizada por el actor Leonardo Di Caprio en su recogida del galardón en la gala de los Óscars. En esta ocasión, el dedo corazón vuelve a adquirir un gran protagonismo, aunque parece que ahora este gesto se realiza de un modo más consciente y con un significado nada ofensivo.

Santo-Condorelli-nadador-siempre-peineta_942517038_111050800_667x375El caso es que ciertos gestos también pueden llegan a convertirse en todo un acto de superstición. Si no que se lo digan al nadador canadiense, Santo Condorelli, que debutó ayer mismo en la competición (en la prueba de 100 metros libres masculinos) de los Juegos Olímplicos de Río. Antes de saltar a la piscina acostumbra a realizar un gesto de peineta a su padre, ritual que ha utilizado en todas sus pruebas hasta el momento y no porque esté enfadado con él, sino porque el atleta asegura que le trae buena suerte.

Pero, ¿qué significa y de dónde proviene este gesto? El gesto de peineta, o higa, se describe con el puño cerrado elevando el dedo corazón con el dorso de la mano hacia fuera. Se trata de uno de los gestos insultantes más populares, en lo que a comunicación no verbal se refiere, dio mucho que hablar en la Guerra de los Cien Años, que enfrentó a Inglaterra y Francia entre 1337 y 1453. Muchos atribuyen el origen del gesto a este pasaje histórico. Cuenta la leyenda que en la batalla de Agincourt los franceses se habían propuesto cortar el dedo corazón a todo arquero inglés que lograsen capturar, así los arqueros mutilados de poco servirían en la batalla. Cuando la batalla comenzó a decantarse a favor de los ingleses, los arqueros comenzaron a enseñar su dedo corazón a los franceses como burla.

Pero también existen otras muchas fuentes que apuntan a que los orígenes del gesto se remontan a la antigua Roma y Grecia. En la obra ‘Las nubes’ de Aristófanes, en el 423 a.C, el dramaturgo manifestó su antipatía hacia Sócrates. En esta comedia, un personaje rústico, un labriego poco instruido, queda sorprendido al conocer la existencia de los ‘versos dáctilos’ que explica el poeta. El labriego piensa que al hablar de dáctilo Sócrates se refería a dedo, así que levanta el dedo corazón y pregunta: «¿éste tal vez?». El gesto se extendió rápido como sinónimo de zafiedad.

De Grecia a Roma. La peineta fue el gesto obsceno que Calígula ejecutó cuando ofreció su mano al tribuno Casio Querea (a quien solía tratar de afeminado) para que se la besara. Se dice que Calígula tenía predilección por este gesto como modo de humillar a sus súbditos.

Además, en la Antigüedad la peineta tenía otro uso que no se había mantenido en el tiempo (hasta ahora): se utilizaba para alejar el mal de ojo. La explicación está en la imitación que el gesto hace del órgano sexual masculino, al que se le atribuía poder para alejar esta especie de maldiciones. Los amuletos en forma de falo eran de lo más frecuente. Pero los poderes mágicos del gesto no han llegado hasta nuestros días… bueno, más bien hasta que ha llegado el nadador Santo Condorelli, que recupera esta connotación del gesto hasta ahora olvidada.