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Las lágrimas de Ada Colau y el gesto de la mano en el pecho #AnálisisNoVerbal

Esta mañana, la todavía alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha admitido en un programa de radio que se ha planteado dejar la política durante las últimas semanas. La noticia continuaría con un: ‘y entonces, se ha emocionado‘. Pero realmente, si analizamos cuándo aparece la emoción, no se relaciona con ella, ni con su decisión sobre seguir o no en política, ni con las acusaciones o insultos que haya podido escuchar.

El estímulo que desencadena la reacción ha sido el pensar en sus hijos. En primer lugar Colau se encoge de hombros cuando le preguntan si ha valorado abandonar la política, es decir, expresa duda. Incluso al principio sonríe irónicamente, denotando la obviedad (para ella) de ese planteamiento. Después asiente con la cabeza reforzando que sí, que claro que se ha planteado dejarlo.

A continuación aprieta los labios fuertemente, en un intento de represión emocional (no quiere llorar, pero no puede frenar la conducta), en ese instante podemos ya entrever que su mente está en su familia, de hecho pierde la mirada, la desvía hacia arriba, su estímulo no está físicamente allí sino en su pensamiento. Cuando vuelve a mirar a su interlocutor ya está visiblemente emocionada, ojos vidriosos, mantiene la mandíbula apretada y los orificios de la nariz se ensanchan. Hay tensión y ansiedad visibles (necesita coger más aire).

Acaba la secuencia con el gesto de la mano en el pecho cuando por fin expresa lo que tiene en mente «pienso en mis hijos«, admite. Éste es un gesto muy antiguo que, además de simbolizar lealtad y sellar juramentos, es un emblema de emociones y sentimientos intensos. Poner (espontáneamente) una mano sobre el corazón se asocia con la sinceridad y honestidad, para ello siempre debe ser coherente con la expresión emocional en el rostro y el mensaje verbal. En este caso, podemos afirmar que sí, es sincero, ya que sus señales fisiológicas, rostro, gestos y mensaje verbal se activan en un mismo sentido .

Anteriormente en el este blog vimos el ejemplo contrario en Otegui. Para que comprobéis vosotros mismos las diferencias al ejecutar un mismo gesto 🙂

Otegi y el gesto de la mano en el pecho

Arnaldo Otegi en el debate sobre soberanismo impulsado por el Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y las Naciones (Ciemen) ante 1.200 personas en la Fábrica de Creación Fabra i Coats de Barcelona.

Arnaldo Otegi en el debate sobre soberanismo impulsado por el Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y las Naciones (Ciemen) ante 1.200 personas/EFE

Ha sido muy polémica la visita de Arnaldo Otegi al Parlamento catalán y Ayuntamiento de Barcelona, invitado por la CUP, participó en un debate sobre soberanismo en la Fábrica de Creación Fabra i Coats de Barcelona, cerca de donde se produjo el atentado de Hipercor. Las manifestaciones de Otegi en este foro versaron sobre la independencia de Cataluña, ETA, los atentados y las víctimas (todo junto).

Ya realizamos un profundo análisis de Otegi en su entrevista por Évole, y en este caso, el análisis de su intervención también daría para mucho respecto a su comunicación no verbal, pero también en el análisis de contenido del testimonio. Sin embargo, hoy nos centraremos en un gesto que destacó por su ejecución y continuidad a lo largo del discurso, en concreto cuando se pronunciaba sobre su dolor y responsabilidad en los crímenes terroristas, y es el gesto de la mano sobre el pecho. Este además es muy utilizado por personajes públicos de muchos países, especialmente por los norteamericanos. Es una acción muy antigua que, además de simbolizar lealtad, sella juramentos. Es también un gesto de obediencia y servilismo, emblema de emociones y sentimientos intensos.

Hay una investigación muy interesante que analiza la influencia que el gesto simbólico de poner una mano sobre el corazón tiene en la percepción de sinceridad y honestidad. Tal y como los evaluadores esperaban, las personas que hablaban con la mano en el pecho eran considerados por los observadores como significativamente más íntegros, reales y sinceros. En conclusión, los autores demostraban que la honestidad podía ser manipulada a través de la inclusión de claves asociativas no emotivas, tales como los gestos y la comunicación no verbal y, más concretamente, por el gesto simbólico de poner una mano sobre el corazón.

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