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¿A mal tiempo, buena cara? No, no siempre es posible

La psicología positiva es una realidad. Poner el foco en las habilidades, virtudes y, en definitiva, preocuparnos igualmente por las fortalezas que por las debilidades, funciona. Pero no hay que confundir la psicología positiva con pensamientos/actitudes positivas.

¿Estamos obligados a sentirnos felices todo el tiempo? Obviamente no. No podemos negarnos la libertad de estar tristes o enfadados, tener un mal día, o pasar por una ‘mala racha’. La psicología positiva también considera que las emociones desagradables son necesarias para aprender, crecer y que son fundamentales para nuestra salud mental.

¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de: A mal tiempo buena cara?

La sabiduría popular siempre tiene algo de razón o de realidad, en este caso, la ciencia nos dice que efectivamente la sonrisa, aunque sea fingida o forzada, nos produce felicidad. Y es que los fieles seguidores de este blog ya sabrán que no solo nuestras emociones se reflejan en nuestro cuerpo, sino que también nuestros gestos, posturas y expresiones faciales producen efectos en nuestro cerebro.

Sin embargo, si analizamos con objetividad este mensaje, sabremos que no siempre es fácil cumplirlo, porque a veces los malos tiempos no permiten expresiones alegres. Sin duda, habrá quien pueda lograrlo. Abundan los perfiles resilientes, que son este tipo de personas que se reponen rápidamente con acierto y habilidad a cada revés del destino. Pero la cruda realidad al completo es que no todos disponemos de ese ‘pulsador mental’ que activa la resiliencia, la fortaleza psicológica.

La psicología positiva también nos enseña y nos guía a transitar por esos días no tan claros o incluso muy oscuros. Porque al final, frases como estas, solo generan frustración en aquel que no consigue sonreír en días grises y esto no es solo normal, sino también permisible y recomendable, no mostrar al mundo siempre una buena cara también es aceptable, a pesar de que nos hayan educado para hacerlo, para mantenernos siempre erguidos en la ventana al mundo.

En el libro Segunda ola de la Psicología positiva: abrazando el lado oscuro de la vida, los doctores Tim Lomas e Itai Ivtzan, nos señalan que ha llegado el momento de cambiar el enfoque. Nos hemos pasado demasiado tiempo enseñando a las persona a ser felices. Tal vez sea el momento de mostrar cómo lidiar con la infelicidad. Saber manejar las situaciones complicadas es quizá lo que más necesitamos a día de hoy.

Saber comunicar lo que nos ocurre, ser valientes para pedir ayuda, darnos tiempo para sanar, gestionar emociones o cuidar de la calidad de nuestros pensamientos son siempre buenos «paraguas» que tener a mano. Porque es posible que tras el mal tiempo vuelva a brillar el arco iris, pero hasta ese día, hay que lidiar con la tormenta. El modo en que lo hagamos nos determinará. Tengámoslo en cuenta.

 

 

*Fuentes:

Lomas, Kate, Ivtzan. Itai (2014) Applied Positive Psychology: Integrated Positive Practice. Boston. SAGE

La mente es maravillosa

 

¿El amor es ciego? #Ciencia

Amor: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser (RAE). En mi opinión, el amor es algo mucho más sencillo (aunque menos poético): Una adicción química entre dos personas.

La ciencia lleva años confirmando, a través de diversas investigaciones, que sí, que el amor es realmente ciego y que los ‘flechazos‘, el amor a primera vista, también son reales. En tan solo un segundo nuestro cerebro ya puede vincularnos a otra persona y liberar al torrente sanguíneo sustancias que impactan a todo nuestro organismo (dopamina, serotonina, adrenalina, oxitocina…)

Este cóctel químico provocará que nuestro corazón vaya más rápido (adrenalina) al pensar o ver a la persona amada, que nos sintamos eufóricos, que toda nuestra atención se centre en ella (dopamina) y que ocupe todos nuestros pensamientos de forma obsesiva (serotonina) en la tormenta emocional que llamamos enamoramiento.

La dopamina es la responsable de que durante esta fase sólo tengamos ojos para esa persona. Su liberación en el núcleo accumbens, una estructura que forma parte del sistema de recompensa del cerebro, estrecha los lazos entre la pareja y limita el interés por otras personas.

Además reduce el sentido crítico, «desactiva» la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de las personas, tal y como apuntan los últimos estudios, literalmente somos incapaces de ver sus defectos, lo cuál confirma aquel refrán que asegura que “el amor es ciego”.

¿Por qué nuestro cerebro nos hace esto? ¿Por qué nos ciega? Se trata de un rasgo evolutivo, que contribuye a preservar la especie aumentando las posibilidades de procreación. Pura supervivencia.

Recordad que podemos sentir atracción por los demás de forma más o menos habitual sin mayores consecuencias, pero es importante tener claro que el enamoramiento tiene que ser recíproco para que nos brinde felicidad.

En las relaciones sanas se ama a quien nos ama, las relaciones equilibradas, estables, y maduras mantienen una intención recíproca, donde ambos se respetan y se preocupan por igual uno del otro. Si no es así, todo este estado hedonista de obnubilación y deleite se transformará en una amarga frustración, estrés, ansiedad, tristeza, o lo que es peor, desesperación si no somos correspondidos.

 

 

La primera reacción de Albert Rivera tras publicarse las fotos con Malú

Tras varios meses de rumorología sobre el romance entre el líder de Ciudadanos Albert Rivera y la cantante Malú, se publicaron las fotografías que podrían confirmar esta relación, ya que la actitud cariñosa entre ambos es palpable.

Al día siguiente de la revelación de estas imágenes, Rivera acudió al Programa de Ana Rosa (vídeo) para analizar el panorama político actual y la periodista no dejó pasar la ocasión; al finalizar la entrevista trató el tema afirmando primero que le vio muy feliz en las fotografías junto a Malú, para después preguntarle directamente a él «¿eres feliz?» Su respuesta: «Juzga tú misma».

No le hacía contestar verbalmente, su rostro lo decía todo. Asiente con la cabeza y la sonrisa es el auténtico reflejo de la felicidad en el rostro, tal y como aparece en el fotograma adjunto. Sonrisa sincera (intensa acción del musculo orbicular del ojo) y aún contenida, es decir, si fuera por él aún sonreiría más, se aprecian visos incluso de la emoción de vergüenza (aprieta la boca y desciende y aparta la mirada en varias ocasiones).

No sé a vosotros pero me recuerda a un adolescente enamorado 🙂

 

¿Eres adicto a la infelicidad?

Piénsalo. Te cuesta ser feliz, o lo que es peor, a todos nos cuesta reconocer que somos felices. Sí, la felicidad es muy subjetiva, realmente podría existir una definición de felicidad por ser humano sobre la tierra, pero tenemos que revisar nuestras expectativas.

En el libro titulado «Adictos a la infelicidad«, sus autores, investigadores de la Universidad de Chicago, Martha Heineman Pieper y William J. Pieper, exponen el criterio de que los seres humanos tenemos una serie de hábitos y conductas que nos impiden disfrutar de la vida que uno desea.

El origen de esta ‘carga emocional’ puede desarrollarse en la niñez. En la etapa infantil asimilamos los patrones de comportamiento afectivo que nos acompañan en la adultez y que son muy difíciles de modificar, pero no imposible. A lo largo de nuestro crecimiento incorporamos una serie de creencias, hábitos, costumbres y actitudes, que entorpecen la búsqueda de la felicidad. Ésta es una característica del comportamiento adictivo (de ahí el título).

Pero ¿por qué? Según el psiquiatra  Jaime Adán Manes (y creo que no le falta razón): «En la actualidad, estamos acostumbrados a obtener una satisfacción inmediata de todos los caprichos, con lo que desarrollamos una tolerancia muy baja a la frustración.

Esto también fomenta que busquemos una solución rápida a los problemas optando, por ejemplo, por tomar una pastilla para que nos ‘anestesie’, sin solventar realmente la razón por la que nos encontramos mal».

Muchas personas aprenden a ser felices con el pasar de los años.

A esta conclusión llegaron los investigadores de la Universidad de Stanford, California, en la que utilizaron una muestra de individuos entre 18 a 90 años, mostrando que los ancianos son menos propensos a tener mal humor persistente, que sabían escuchar las críticas de otros y controlar mejor sus emociones y se llegó a la conclusión de que los ancianos aprenden a tener una mejor calidad de vida porque son conscientes de que el tiempo que les queda es menor y evitan las situaciones que puedan desestabilizarles y hacerles sentir mal.

Aún estamos a tiempo de encontrar nuestra felicidad, nuestro bienestar, antes de que sea tarde, sin esperar al final de nuestras vidas. Como si tu día de hoy, tengas 20, 36 o 78 años, fuera el último.

 

¿Cómo definirías el amor en una sola palabra? La ciencia responde

Explicar el amor con una sola palabra… ¿complicado verdad? Cómo definir aquello que experimentamos a modo de explosión de emociones, caóticas, intensas, únicas, pero universales. Todas las culturas en el mundo sienten este estado evolucionado del primitivo instinto de supervivencia que mantenía a los seres humanos unidos y heroicos ante las amenazas y facilitaba la continuación de la especie mediante la reproducción.

«El amor es sinónimo de felicidad» A esta conclusión ha llegado una de las últimas investigaciones al respecto de la Universidad de Palermo (Argentina). A una conclusión similar llega el estudio realizado por el Instituto Millward Brown en una muestra española, que afirma: “El amor desbanca a la salud y se coloca, con una gran diferencia, como la prioridad de los españoles para ser felices“.

Estos hallazgos demuestran que ambos conceptos se retroalimentan e interrelacionan entre sí. Sin embargo ‘felicidad’ es la segunda palabra más utilizada para explicar el enamoramiento, entonces, ¿cuál es la primera? El ‘compañerismo’ es la palabra más mencionada para definir al amor con el 26% de las menciones totales; seguida por ‘felicidad’ con el 16%; el ‘afecto’ con el 7%; comprensión con el 6% y sinceridad con el 5%, entre otras.

¡Ah! Y lo más importante… ¿sabéis cuál es la principal barrera para el amor? El mayor obstáculo, según el estudio, es la ‘falta de comunicación’, seguido por el egoísmo, la mentira o la infidelidad. Una vez más, se hace constancia de la importancia de las habilidades de comunicación para gestionar adecuadamente cualquier tipo de relación humana, es la clave para conectar, para transmitir y para corresponder a los demás.

 

 

*Referencia: http://www.palermo.edu/

 

#BlueMonday Hoy es el día más triste del año ¿soluciones (no verbales)?

Hoy 16 de enero es el día más triste del año según una fórmula matemática elaborada en el año 2005 por Cliff Arnal, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido).

El frío y las precipitaciones, así como la necesidad de pagar impuestos y el deterioro del estado de ánimo después de las vacaciones navideñas son los aspectos principales que contribuyen a la mala fama del ‘Blue Monday’, calculado a través de la fórmula [W+(D-d)]xTQ/MxNA, que se basa en factores como el tiempo atmosférico (W), la deuda (D), el sueldo mensual (d), el tiempo transcurrido desde Navidad (T), el tiempo transcurrido desde que alguien trata de abandonar un mal hábito (Q), los bajos niveles de motivación (M) y la necesidad de actuar (NA).

Además, a diferencia de años anteriores, el ‘Blue Monday’ de 2017 será «aún más deprimente», advierte el autor de la teoría.

«Los factores de la depresión estacional convergen el ‘Blue Monday’ y las preocupaciones adicionales hacen que el de 2017 sea aún más deprimente que en los años anteriores», sostiene Arnal, citado por ‘The Telegraph’. Los factores extra se deben a la incertidumbre y los temores sobre Donald Trump y el ‘Brexit’, explica Arnal, que también ha señalado que la gente está preocupada por la muerte de muchas personas famosas, lo que «les recuerda sobre su propia mortalidad».

A pesar de la ciencia real o no que haya en el diseño de esta controvertida fórmula, lo cierto es que al final se convierte en profecía autoincumplida al centrar nuestro pensamiento en la negatividad de estos factores que hemos comentado.

Para darle la vuelta a este día juega un papel decisivo todo lo que transmitimos sin palabras, a los demás y a nosotros mismos. Practicar un lenguaje corporal positivo y empático aumenta automáticamente nuestro bienestar interior y actúa como facilitador de todo tipo de relaciones.

Sonríe aunque no te apetezca. Se ha demostrado científicamente que sonreír, aunque tu estado afectivo o sentimientos no sean de alegría, ayuda a cambiar dicho estado emocional. Un estudio de Strack, Martin y Stepper concluyó que la pose facial determina la intensidad del estado afectivo. Es decir, aunque finjas una sonrisa, poniendo un lápiz entre tus dientes tu cerebro interpretará una expresión facial positiva y producirá las hormonas y neurotransmisores que correspondan con ese estado placentero.

La técnica del lápiz tiene una explicación sencilla: cuando se sujeta el lápiz con los dientes se favorece la activación de los dos músculos faciales llamados cigomáticos de la cara (que son los implicados en la sonrisa). En cambio, cuando se sujeta con los labios se impide su activación, y se activa un músculo contrario, el orbicular de la boca, las comisuras caen y favorecería la tristeza.

No olvidemos tampoco nuestro cuerpo, ¿recordáis las posturas de poder? Ya vimos cómo estos podían aplicarse a una entrevista de trabajo para transmitir más seguridad, o a la docencia para comunicar autoridad. Hoy también, ayúdate cambiando tu corporalidad. ¿Cómo? Levanta, abre, y mueve los brazos, camina erguido/a (a lo John Wayne) , ponte tu canción favorita y baila, o incluso salta durante unos segundos,  Y si, además de todo esto, practicas ejercicio aeróbico conseguirás liberar las ansiadas hormonas de la felicidad. ¿No es precisamente lo que necesitas hoy más que nunca?

El olor y el sabor dulce. Lo confirmó un estudio llevado a cabo por el Rensselaer Polytechnic Institute de Troy (Nueva York): el olor a dulce te pone de buen humor (lo comprobaron con personas que estaban cerca de bollos de canela y otros dulces). Y tal y como pensábamos, los expertos explican que hay alimentos que inciden directamente sobre la serotonina en el organismo.

Este neurotransmisor afecta zonas del cerebro relacionadas con la sensación de confortabilidad, de tranquilidad, de relajación, o de todo lo contrario. Cuando está baja en sangre, lo habitual es buscar cualquier alimento dulce, con harina, azúcar, chocolate o dulce de leche. Este mecanismo natural se da porque los hidratos de carbono ayudan a subir el nivel de serotonina. Por eso dicen que el chocolate da placer y funciona como un antidepresivo.

Para acabar, os dejo una reflexión de Teresa Baró, experta en lenguaje corporal, y aunque no comulgo con mucho de lo que enseña sobre esta materia, debo reconocer que esta clave sobre comunicación es fundamental para un día como hoy:

La comunicación de calidad se basa en la generosidad. Cuando ponemos el acento en el otro y no en nosotros mismos, cambia todo. En el momento en que los pensamientos, las ideas, las emociones o el ser completo del otro me interesan más que los míos propios dejo de pensar egoístamente en mi y esto es percibido por el otro, que estará más predispuesto a imitar mi actitud que a levantar barreras.

¡Sean felices! 🙂

‘Unboxing’ ¿Qué sentimos viendo el desempaque de un producto?

556914212_1280x720Y yo que creía que había analizado ya de todo… Me encuentro con este término anglosajón, el unboxing, que se utiliza para designar un fenómeno revolucionario y que no es más que la acción de desempaquetar cualquier producto grabando el proceso y subirlo a la red. Para conocer qué es y qué hay detrás de este concepto os invito a leer el artículo de mi compañero Daniel González. Nos centraremos aquí en analizar las claves no verbales, concretamente, emocionales, que pueden explicar el éxito de esta extraña moda.

Uno de los factores fundamentales es la de generar expectativa, inducir en el público la emoción de sorpresa: esta emoción, en principio, es la única que no tiene un valor positivo ni negativo por sí misma, es neutra, no será buena ni mala y según las experiencias previas (si hemos tenido más sorpresas positivas que negativas) adquirirá un valor para nosotros u otro. Pero, ya sabemos, que todo lo concerniente a emociones hay siempre que contextualizarlo y ¿qué ocurre en esta situación? que ya conocemos que es un regalo, un objeto deseado, exótico o novedoso, y por tanto se potencia la emoción por la anticipación que hacemos de la posterior felicidad que se va a producir. Es más, la emoción de sorpresa amplifica nuestra relación afectiva a los eventos, cuando recibimos una sorpresa agradable nos sentiremos incluso más felices que aquellos que están en una situación similar a la nuestra pero no han sido sorprendidos con anterioridad. Esta potencia, esta fuerza con la que sentimos felicidad tras la sorpresa nos ‘engancha’ a buscar constantemente este previo para reforzar ese gozo mayor.

Expresión facial de sorpresa.

Expresión facial de sorpresa.

Además, el método que se utiliza y enganchar con la emoción específica de ‘sorpresa’ es una estrategia de marketing y publicidad brutal, el motivo es el efecto que produce la sorpresa en nuestro cerebro, una especie de ‘mente en blanco‘ y efecto túnel de la visión. Mientras experimentamos esta fase de sorpresa o expectativa nuestro foco de interés estará completamente fijado en el objeto que tenemos delante, todos nuestros sentidos se clavan al evento sin prestar atención a nada más y por tanto el producto quedará fijado en nuestra memoria fuertemente, solo recordamos a lo que prestamos mucha atención, nos importa y nos emociona (sorpresa-felicidad).

Por lo tanto, la sorpresa cumple aquí un doble efecto: potencia el sentimiento de felicidad posterior y hace que recordemos el objeto por largo tiempo.

La segunda clave es el contagio emocional de la ilusión, la empatía: Los seres humanos disfrutan viendo disfrutar, esto se le debemos a nuestras neuronas espejo o neuronas de la empatía. Se ha descubierto que algunas zonas del cerebro vinculadas a las emociones se activan ‘exactamente igual’ si somos nosotros quienes las experimentamos que si vemos a otras personas vivenciándolas. Las neuronas espejo nos permiten ser empáticos, ponernos en el lugar del otro y sentir lo que el otro siente. Si vemos a alguien con ilusión y felicidad al obtener un objeto, nosotros lo sentiremos de igual forma al observarlo, experimentando sensaciones como: vigorosidad, competencia, transcendencia y libertad. La experiencia subjetiva que se siente en este proceso de empatía es un estado placentero, deseable, sensación de bienestar y sensación de autoestima y autoconfianza. Por ello, igualmente, lo buscamos y queremos repetir la experiencia.

Por último, otro factor interesante que explica la asiduidad a este tipo de recursos es la tipología de personalidad, y es que hay tipos de personalidad con unos rasgos específicos que pueden encajar en este uso habitual del fenómeno unboxing. Son personas con alto nivel de introversión, alto neuroticismo y alta racionalidad (estabilidad emocional). Esto se traduce en individuos muy exigentes, perfeccionistas, éticos, formales, correctos, cumplidores, responsables, a los que le gusta que todo a su alrededor funcione, haya orden, no admiten fallos, errores o imperfecciones y además se preocupan mucho por todo, son personas tensas y nerviosas respecto a esta estabilidad y control en todo lo que viven y adquieren. Por ello, su toma de decisiones a la hora de conseguir un producto, sobre todo si es una compra importante, pasa por fases de todo tipo: webs comparativas de precios, foros de opinión, datos técnicos del producto, y cómo no, vídeos de unboxing, para comprobar que todo se encuentre en perfectas condiciones, y corroborar ellos mismos (a través del recibo de otras personas) que no se llevarán una sorpresa desagradable, así ya saben con antelación exactamente cómo se encontraran el producto, y esto para una tipología de personalidad así, no tiene precio…