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Cómo se liga desde la ciencia (y con lenguaje corporal)

(Fogografía: Pixabay)

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Sí, el flirteo puede ser un arte pero también una ciencia. Hay estudios sobre ello como de cualquier comportamiento humano, complejo, eso sí. Llámalo amor, llámalo atracción, llámalo ese no se qué que qué se yo…. pero lo cierto es que se dan ciertas circunstancias que hacen que salte la ‘chispa’ entre dos personas. La comunicación no verbal tiene mucho que decir al respecto, ya que revela nuestros sentimientos más íntimos e inconscientes.

Desde los experimentos sociobiológicos de la conducta se han determinado numerosas estrategias de atracción, como por ejemplo la autopromoción, siempre con la tendencia de estudiar cuál es la mejor ‘técnica’ para ligar, pero la realidad es que los resultados aún no se inclinan por ninguna en concreto, todas puedes ser válidas o no, dependiendo del contexto, la personalidad de los individuos, experiencias previas, etc.

Los autores Jeffrey A. Hall y Chong Xing, de la Universidad de Kansas, son pioneros en el desarrollo de este tipo de investigaciones y a través de sus resultados han creado un Inventario de Estilos de Flirteo para poder realizar comparaciones en las formas de afrontar el cortejo. Delimitan 5 estilos diferentes para transmitir la atracción:

  1. El físico: Implica una eleveda habilidad para detectar el interés de los demás y de comunicar el suyo.
  2. El tradicional: Incluye la creencia en que el hombre debe ser el que inicie los ‘primeros pasos’ y que la mujer no es la que debe ‘perseguir’ al hombre durante la fase de cortejo.
  3. El sincero: Contempla una conexión emocional e interés sincero en su potencial pareja.
  4. El cortés: Implica una cauta aproximación al flirteo, no sexual.
  5. El juguetón: Refleja un estilo divertido, con fines instrumentales, sin el foco en conseguir  una relación posterior.

Esta investigación trató de relacionar estos 5 estilos de cortejo con comportamientos verbales y no verbales asociados a la atracción física. Para ello, se eligieron a 102 personas solteras, dividiéndolas por parejas, a los que se pasó el cuestionario de Hall sobre el estilo de flirteo. Posteriormente, se les invitó a mantener una conversación en pareja, realizándose preguntas entre ellos. Finalmente, y una vez terminada esta conversación, de 12 minutos de duración, se les solicitó que rellenaran una escala de atracción física respecto a la pareja que les hubiera tocado. Las conclusiones fueron las siguientes:

  1. Las personas que puntuaban alto en el estilo físico experimentaban conversaciones más fluidas, lanzando menos cumplidos. Las mujeres hacían menos preguntas, realizando menos gestos automanipuladores (tocarse el pelo, sus manos, su ropa…). También asentían con la cabeza y afirmaban en mayor cantidad de ocasiones en los primeros 3 minutos. En la última mitad de la interacción, los hombres dijeron menos cumplidos y miraron de manera seductora mucho menos que en otros grupos.
  2. En el modo tradicional, se descubre que los individuos tenían una alta tendencia a asentir con la cabeza o decir «sí» durante los tres primeros minutos que otros grupos. Las mujeres tendían a mover las manos más veces durante la interacción y eran más proclives a bromear en los tres primeros minutos de la conversación. Los hombres se inclinaban más hacia su compañera y tenían un tono de voz superior en la primera mitad de la conversación. También cruzaban menos sus piernas durante la mayor parte de la conversación, y movieron sus cabezas más durante la mitad de la misma.
  3. En el grupo sincero, se encontró que los individuos realizaban menos automanipulaciones físicas que la media, particularmente los hombres. Además, tendían menos a bromear con su interlocutor que otros grupos en los primeros tres minutos. Las mujeres mostraban una mayor cantidad de miradas de flirteo, aunque los primeros tres minutos también los hombres lo hacían. Las mujeres movían más las manos que en otros grupos, y sonreían más durante la última mitad de la conversación. Los hombres además tenían un mayor tono de voz durante todo el encuentro. Además, apenas se cruzaban de piernas y brazos, ni se inclinaban hacia el otro.
  4. En el estilo cortés, hacían menos automanipulaciones durante toda la interacción, y tenían un tono de voz más bajo durante la misma. Además, eran los que menos preguntas realizaron, particularmente en el caso de las mujeres. Los hombres afirmaban y decían “sí” más veces  y apenas se movían para acercarse a su compañero. Por último, los hombres de este grupo mostraron una menor tendencia a bromear durante los últimos momentos de la conversación.
  5. Por último, los juguetones, procuraban extender o hinchar el pecho durante la mitad de la conversación y lanzaban más cumplidos durante los tres primeros minutos, especialmente el género masculino. También se automanipularon menos durante los 3 primeros minutos. Las mujeres realizaron menos preguntas durante la primera mitad de la interacción, tuvieron más miradas seductoras y se encogieron más de hombros hacia la mitad de la conversación. Los hombres cruzaron menos sus piernas durante los primeros tres minutos.

Como veis, esto es un experimento de laboratorio en el que se relacionan significativamente algunos patrones específicos del lenguaje corporal con la conducta del ‘tonteo’, aunque como decíamos al principio no hay ‘estrategias’ mejores ni peores no deja de ser interesante cómo se encuentran diferencias entre unos y otros. En mi opinión, me faltan variables (hablo siempre en términos de comunicación no verbal) que también intervienen en el proceso, como por ejemplo el contacto físico, la apariencia, la sincronía/imitación de los gestos, etc. ¿Y a vosotros qué os parece?

 

*Referencia: Hall, J. A., & Xing, C. The verbal and nonverbal correlates of the five flirting styles. Journal of NonVerbal Behavior.