Entradas etiquetadas como ‘aplicaciones de grafología’

¿Qué podemos descubrir a través de la Grafología?

manuscript-1072355_960_720La Grafología es una materia controvertida, no dudo de su utilidad y de un futuro prometedor, pero aun queda mucha investigación científica por delante para poder extraer conclusiones válidas al respecto. No obstante es una conducta personal e irremediablemnte debe filtrar ciertos patrones estables o anímicos de la persona. Por ello resulta muy interesante y la tratamos aquí hoy de la mano de un experto grafólogo como es César Martín.

Si partimos de la premisa de que todo lo que hacemos es una proyección de nosotros mismos, nuestra forma de andar, vestir o cómo damos la mano dan pista de nuestro carácter o de nuestras emociones. También nuestro estilo de escritura revelará rasgos de personalidad, así como otros factores de distinta relevancia. Hay personas que comparan la escritura de una persona con su huella digital, consideran que no hay exactamente dos iguales, porque no hay dos personas que sean exactamente idénticas.

Aunque la grafología viene de lejos, no fue hasta el año 1871 cuando Hippolyte Michón publicó su libro “Sythema de Graphologie” empezando a considerar la grafología como objeto de estudio propiamente dicho. Por ello a Michón se le conoce como 'el padre de la Grafología'.

Aunque la grafología viene de lejos, no fue hasta el año 1871 cuando Hippolyte Michón publicó su libro ‘Systeme de Graphologie’ empezando a considerar la grafología como objeto de estudio propiamente dicho. Por ello a Michón se le conoce como ‘el padre de la Grafología‘.

La Grafología podría definirse como el estudio de los rasgos y trazos de la escritura con el objeto de determinar aspectos de la persona relacionados con los planos afectuosos, volitivos, sociales e intelectuales. A través de un análisis grafológico, la persona entrenada y experta en la materia será capaz de identificar en la escritura manuscrita características inherentes a la personalidad y el modo en que éstas interactúan.

El suizo Max Pulver fue un importante representante de la grafología moderna. Habló sobre el simbolismo del espacio de la escritura en relación al papel. Consideraba la hoja como el mundo donde las personas nos movemos escribiendo. La hoja la dividía en partes, la Zona superior que reflejaba la parte espiritual, las ideas, la nobleza; la zona inferior donde se encontraría todo lo material, lo práctico, la zona media en donde se localizaban los afectos, la zona derecha en donde se situaría el futuro, la extroversión, el progreso y finalmente la zona izquierda en donde encontraríamos el pasado, los orígenes, la introversión.

Dentro de la escritura hay dos zonas muy marcadas donde se debe enfocar el análisis grafológico, el texto y la firma. El texto representa nuestra expresión hacia los otros y la imagen que ofrecemos ante los demás. La firma es un signo muy identitario de la persona, no hay reglas ni normas de cómo debe realizarse. Es por ello el gran valor que tiene, porque refleja nuestro ‘Yo personal’, nos individualiza frente al resto.  Es un reflejo gráfico de nuestros rasgos más íntimos y personales que puede ir acompañado de la rúbrica, un dibujo inconsciente que simboliza los mecanismos psicológicos de defensa de ese ‘Yo personal’. Es sumamente interesante la comparación entre la firma y el texto, pues podemos apreciar si existen diferencias entre nuestro yo social y nuestro yo personal, es decir, si nos comportamos de una manera con los demás aunque  no seamos así.

Cuando se realiza un estudio grafológico se enfoca la atención en lo que se denominó ‘géneros gráficos‘:

  • Orden. Donde se observa el equilibrio interno de la persona, la visión que tenemos de nuestro mundo y como nos desenvolvemos en él.
  • Tamaño o dimensión. Se alude a la autoestima y el autoconcepto, a aspectos de la inteligencia, a nuestra capacidad de concentración.
  • Forma. Se puede determinar la manera de comportarnos socialmente o nuestro nivel cultural.
  • Dirección. Marca las fluctuaciones del estado de ánimo, del humor y de la voluntad, así como nuestro estado de estabilidad y constancia en el carácter.
  • Presión. Expresa la energía vital y la fuerza de nuestro carácter, sentimientos e instintos.
  • Velocidad. Se aprecia el tiempo habitual de reacción, muy ligado a la actividad y a la agilidad mental que tenemos.
  • Cohesión o continuidad. Como nos adaptamos al entorno, si somos más instintivos o lógicos, así como los vínculos que establecemos con los demás.
  • Inclinación. Se aprecia la tendencia de los sujetos en el ámbito más afectivo, sentimental y pasional. Se observa la importancia que la persona otorga a objetos externos y las relaciones con las personas.

El análisis grafológico tiene múltiples aplicaciones, pero siempre partiendo que se trata de una técnica o herramienta con ciertas limitaciones.  Es útil como herramienta de conocimiento personal, pero también en áreas de recursos humanos como selección de personal. Se puede aplicar en compatibilidad de parejas o para ver tus puntos fuertes en relación de una orientación profesional o vocacional. Existen otras áreas que empieza a tener relevancia como el campo de la criminología, en la docencia o en la salud mediante la utilización de la grafopatología o grafoterapia entre otras.

«La escritura es el espejo encantado donde se refleja la faz misteriosa del alma» Matilde Ras.