¿Por qué nos gusta escuchar nuestros propios audios de Whatsapp?

Da igual el contenido, enviamos una nota de voz e inmediatamente nos surge la imperiosa necesidad de escucharnos a nosotros mismos. Pero, ¿este comportamiento tiene algo de malo?, ¿por qué lo hacemos?

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Muchos expertos ya lo califican de autoaudiomanía y puede haber varias razones que expliquen esta curiosa costumbre.

La primera explicación puede ser bien sencilla, y es la de chequear que todo esté correcto, que se escuche adecuadamente, sin ruido de fondo, que no nos hayamos equivocado en las palabras que escogimos o equis.

Es típico de personas que están acostumbradas a realizar comprobaciones varias también en otros ámbitos, como la de revisar si cerramos bien la puerta de casa.

Puede contener, en este sentido, cierto grado de obsesión, inseguridad y/o perfeccionismo, pero también la de asegurar que la imagen personal que proyectamos a través de ese audio sea la que queremos.

También podemos querer deleitarnos con nosotros mismos, y escucharnos puede relacionarse con un rasgo narcisista de la personalidad. Tranquilo, tampoco tiene nada malo.

El concepto narcisista no siempre se refiere a un trastorno, sin llevarlo al extremo, está bien que nos gustemos, que nos agrade nuestra voz y lo que contemos, que sonriamos escuchando la parte más graciosa de nuestro mensaje. Todo ello indica un buen autoconcepto y autoestima.

Podemos aprender mucho sobre nosotros escuchándonos, si ponemos el foco en el análisis de nuestra comunicación verbal y no verbal podemos detectar imperfecciones y puntos fuertes en nuestro estilo a la hora de relacionarnos con los demás y pulir aquello que no nos gusta tanto.

No solo en lo que decimos sino en el cómo lo decimos (paralenguaje). Por ejemplo, detectar que utilizamos un tono muy elevado o casi inaudible, que hablamos demasiado rápido, que no utilizamos silencios, que repetimos mucho una misma palabra o ciertas muletillas, etc.

Escuchar nuestros propios audios solo supondría un problema si nos obsesionamos con ello, si nos limita, si nos hace sentir mal, ridículos y además tenemos también comportamientos relacionados (como ansiedad social por ejemplo) que pueden revelar un grave problema de autoestima y debería ser tratado con un profesional.

En situación habitual, la autoaudiomanía no presenta ningún inconveniente y sí muchas ventajas para interesarnos por lo que proyectamos y mejorar nuestro estilo de comunicación.

 

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