¿Por qué es tan difícil cambiar de opinión? La política también crea fieles adeptos

Cabe hacerse esta pregunta en el panorama político en el que nos encontramos ahora.

He escuchado, no en pocas ocasiones, que el voto electoral a un partido u otro se hace por tradición, por costumbre, incluso por el gusto o afecto hacia un representante político en concreto (obviando el resto del envoltorio), «yo es que soy muy de Pedrito», «en mi familia siempre se ha votado al PP y yo hago igual», «he votado siempre al PSOE y pase lo que pase lo seguiré haciendo».

La política también nos fideliza y nos anula el pensamiento crítico, negamos nuestra capacidad para analizar y cambiar de opinión si es que algo de lo que estamos viendo en ‘nuestro partido político’ no nos gusta.

¿Qué nos ocurre? Ceder, negociar o incluso replantearte algo que consideras parte de tu esencia es traicionarte. La resistencia al cambio es una evidencia, y no es un hecho subjetivo, renunciar a una postura o asimilar una idea contraria es un proceso que resulta realmente agresivo para nuestro cerebro.

Cuando nuestros argumentos y pensamientos son confrontados (da igual que sea por hechos contrastados) la química de nuestro cerebro experimenta los mismos mecanismos que cuando nos sentimos amenazados o en peligro. En este momento el sistema límbico toma el control sobre la parte racional de nuestro cerebro, y no importa cuan valiosa sea la nueva idea que tengamos delante o lo evidente que pueda resultar, ya que nuestro cerebro se encuentra en modo defensivo.

Así, cambiar de opinión requiere de un esfuerzo de reflexión y en ocasiones, hasta supone un verdadero acto de voluntad. Interpretamos la realidad no como es, sino como nos conviene, así que no es de extrañar que insconscientemente, al igual que sentimos rechazo por ideas que no compartimos, busquemos refugio en opiniones parecidas a las nuestras, que refuercen lo que creemos. Es entonces cuando nos adentramos en el concepto de ‘sesgo de confirmación‘, es decir, tendemos a aceptar mucho más fácilmente las ideas que ya corresponden con nuestra visión de la realidad.

Al contrario que ocurre cuando nuestras ideas son cuestionadas, cuando nuestras opiniones son valoradas de forma positiva o coinciden con la de nuestros semejantes, en el cerebro se activan los sistemas de recompensa en los que la dopamina serotonina -dos neurotransmisores que regulan las sensaciones del placer, el bienestar y la felicidad- cumplen su función haciéndonos sentir más importantes y afectando positivamente a nuestra autoestima.

La conclusión inmediata parece desoladora. ¿Renunciamos a la información? ¿Desistimos de modificar una idea que ahora vemos equivocada para no desvincularnos de nuestra comunidad cognitiva? Como indica Sloman, no hay soluciones únicas y definitivas, pero eso no significa que no haya cosas que podamos hacer. Él sugiere obligarnos a explicar cómo funcionan las cosas en lugar de describir qué nos parecen. Eso nos haría ser más conscientes de la limitación de nuestro propio conocimiento y por lo tanto más abiertos a aceptar argumentos distintos.

 

 

*Fuente: National Geographic/Ciencia

5 comentarios

  1. La inmensa mayoría no tiene opinión propia y vota como si estuviesen robotizados o programados (A los simpatizantes me refiero) Los otros cumplen una obligación que se han impuesto… de ahí lo de borregos.

    10 enero 2020 | 10:32 am

  2. Las ideas nunca deberían ser contrarias a los intereses pero aquí se demuestra que sus economizas les importan poco. Si los votante se pusiese serios en ese aspecto los políticos se verían obligados a dar siempre el 10 o el 20 por ciento en lugar del 0,25 o el 0,9.

    10 enero 2020 | 10:40 am

  3. Dice ser Luisa

    Además de todos los elementos dados en el artículo, también influye bastante eso de que «el dinero público no es de nadie», porque si cada uno de nosotros sufriese un «reajuste» de la nómina cada vez que los políticos nos hacen un desfalco con sus sueldos o sus subvenciones…verás que prontito cambiábamos de opinion.

    10 enero 2020 | 12:07 pm

  4. Dice ser baston

    La gente no tiene pensamiento critico en su mayoria y los medios sois esclavos de los intereses del poder

    10 enero 2020 | 12:17 pm

  5. Amorci has dao en hueso. Nadie reconocerá que es un borrego ni un robot sin opinión propia.

    11 enero 2020 | 6:09 pm

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