Archivo de diciembre, 2018

La ira en el dolor

El dolor está estrechamente relacionado con las siete emociones básicas. En este sentido, se exploraron las conexiones existentes entre el dolor y la ira en un revolucionario estudio de 2008 publicado en el Journal of Behavioral Medicine. En ese estudio, la Dra. Jennifer Graham y un equipo de investigadores analizaron el papel de las intervenciones de control de la ira para ayudar a quienes sufren de dolor crónico. Esto implicó un análisis experimental de más de cien pacientes con dolor que trataron de lidiar con la lucha de una enfermedad crónica.

Su hipótesis principal: el manejo de la ira puede contribuir al manejo emocional y también al dolor, tiene sentido dados los efectos comunes de la enfermedad crónica. Aquellos golpeados con una condición tan dolorosa a menudo enfrentan la posibilidad de perder su trabajo e incluso sus sistemas de apoyo social. Esto puede causar y perpetuar un sentimiento de ira e injusticia.

Además, la búsqueda de intervenciones efectivas para el dolor crónico es un objetivo necesario. Muchas personas que se enfrentan al dolor crónico luchan por encontrar la atención pertinente entre los profesionales de la medicina, y las investigaciones anteriores indican un marcado aumento de la depresión y la ira después del dolor, lo cual no es particularmente sorprendente.

A partir de esta investigación, la Dra. Graham y su equipo estudiaron a un grupo de 102 voluntarios, los cuales habían asistido recientemente a un centro de dolor y habían experimentado dolor durante al menos los últimos seis meses, aunque en promedio habían sentido dolor durante aproximadamente 3 años . Después de una serie de evaluaciones y entrevistas de admisión, cada paciente fue asignado al azar al tratamiento o al grupo de control.

En este contexto, se pidió al grupo de tratamiento que completara un par de tareas de escritura dedicadas a expresar y lidiar con los sentimientos de enfado, mientras que al grupo de control se le asignaron más tareas de escritura emocionalmente neutrales. Después de completar estas tareas durante 2,5 semanas, los sujetos fueron entrevistados nuevamente.

Luego se compararon estas entrevistas para ver si los voluntarios informaron diferentes niveles de dolor, control personal y depresión. Se encontró que el grupo de tratamiento había reducido significativamente los niveles de depresión y los sentimientos de pérdida del control personal después de someterse al proceso de escritura.

Aunque lamentablemente estos esfuerzos no redujeron el dolor, pero la conexión entre las expresiones de ira y la mejora de la salud mental de los involucrados resultó sorprendente. Esto sugiere no solo el beneficio de expresar las emociones de uno, sino que también ayuda a dilucidar los vínculos complejos entre los sentimientos de depresión, ira y dolor.

Al comprender mejor las emociones de las personas , ya sea el enfado, la tristeza o el dolor, podemos actuar con más compasión hacia quienes en sus vidas padecen de dolor crónico.

 

*Referencias:

https://www.humintell.com/news/davids-blog/

Effects of written anger expression in chronic pain patients: making meaning from pain. January 28, 2008 / Published online: 6 March 2008 Springer Science+Business Media, LLC 2008

Claves para hablar en público: el sonido también importa

La mayoría de consultas privadas que me hacéis tienen que ver con cómo mejorar nuestra comunicación verbal y no verbal cuando hablamos en público. Nos inquieta porque no nos han entrenado para ello y cada vez más tenemos que utilizar este recurso en el trabajo a modo de formaciones, conferencias o reuniones con clientes. Anteriormente en este blog hemos dado ya algunos tips para que no cunda el pánico y desarrollar las habilidades necesarias para brillar en cualquier tipo de exposición (os dejo el recopilatorio al final de este artículo).

Fotografía de Wikipedia

Hoy os traigo una clave más de la mano de una magnífica psicóloga, experta en comunicación no verbal y logopedia, Carmen Acosta, fundadora de OHLAVOZ, nos recuerda que el sonido también es importante a la hora de proyectar y transmitir nuestro mensaje:

Una voz en mal estado, débil, apretada, estridente, sin la agilidad para modular de manera rica el habla, o unos órganos articulatorios que se mueven imprecisa o arrebatadamente, pueden mermar el valor de cualquier discurso. De la misma manera que un atuendo arrugado o lleno de manchas no es la opción más adecuada para presentarse en público, tampoco lo es, aunque sea menos evidente, hacerlo con una voz monótona, rota o con un habla imprecisa.

Cuando hablamos en público elegimos el vestuario y los complementos que consideramos producirán una imagen de nosotros acorde con nuestros deseos. Habitualmente también preparamos el contenido de nuestra intervención, es decir, vestimos a nuestras ideas con las palabras que consideramos las van a favorecer más. Sin embargo, con mucha frecuencia, el proceso de acicalado se queda ahí, descuidando un aspecto decisivo: el sonido con en el que vamos a decir esas palabras.

Si bien las palabras son las encargadas de transmitir las ideas, los conceptos, los argumentos… en el momento en que esas palabras escritas o pensadas cobran relieve sonoro, ya no solo van a denotar el contenido, sino que van a comenzar a delatar al emisor. Y es que, aún cuando no se realice un análisis consciente, la voz dispara automáticamente en el cerebro de nuestros interlocutores todo un conjunto de atribuciones sobre nuestros rasgos de personalidad, intenciones y emociones , que van a modular el sentido de las palabras que estamos diciendo, incluso a determinar si resultamos o no creíbles.

Mantener la voz y el habla en buenas condiciones es imprescindible para que ambas colaboren en la transmisión de nuestras ideas y no es más complicado que mantenerse en forma, de hecho la voz y la pronunciación son el resultado de una actividad muscular, igual que lo es andar o correr. Estas son 3 claves fundamentales:

  1. Hidrata: bebe 2 litros de agua al día y respira aire húmedo cada vez que puedas: vaporizadores, peceras, paseos a la orilla del mar…
  2. Logra que tu musculatura esté elástica y flexible: canta, baila, imita voces, cuenta cuentos…¡juega con la voz!
  3. Logra que tu musculatura se mantenga tonificada: habla al menos 4 horas diarias. Sí, así es, igual que tus piernas se fortalecen al caminar, también tu voz se fortalece al usarla.

De la misma manera que el entrenamiento físico no está reservado a los deportistas, tampoco el entrenamiento vocal está reservado a los cantantes o actores. Si mejoraras el atractivo de tu voz lograrás mejorar tu comunicación ¡vale la pena!

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La comunicación no verbal también golpea en la violencia de género

No solo los golpes duelen. A veces, las palabras o los gestos pueden provocar un daño profundo, irreparable. No es una agresión visible ni parece que esté tan condenada socialmente, es una conducta menos punitiva, pero sus consecuencias pueden ser nefastas. El lenguaje verbal y no verbal violento hiere y deteriora las relaciones, una vez que se pronuncian o se hacen, una relación ya no volverá a ser la misma. Cuando se traspasa la barrera del respeto ya podemos hablar de violencia.

Las víctimas, normalmente, sí que son conscientes de la agresión física, sin embargo, no lo son tanto de los tonos de voz, las expresiones y gestos de desdén y desprecio, la limitación del espacio, el control de su vida social, las miradas, la indiferencia, los silencios…

La expresión verbal del que agrede está hiperbolizada, es decir, comunican sus sentimientos de forma poco realista, teatralizada. No sienten la emoción primaria de ira, experimentan furia y rabia, llevan las emociones negativas a la máxima potencia, puro instinto animal, no hay racionalización de las emociones. No saben gestionarlas y al no tener esta capacidad también tienen problemas para entenderlas en los demás. Por eso, tienen tantas dificultades para empatizar. Si no son capaces de detectar las emociones en sí mismos, no llegarán a entender el impacto que tienen sobre los demás.

Eligen el modo más extremo de manifestar lo que sienten, pero su objetivo no es transmitir sus emociones, sino violentar al otro. Sin embargo, nunca consiguen el efecto deseado, ya que estas hipérboles generan lo opuesto a lo que buscan y en lugar de llamar la atención o impresionar (al principio sí que lo consiguen), los demás, al final, terminan por insesibilizarse, lo que genera aún más frustración en ellos y van aumentado su escala de violencia.

Los agresores utilizan además un discurso reiterativo, repiten hasta la saciedad las mismas frases para estigmatizar al otro y marcar ‘su realidad’ («es que ya no me quieres como antes y por eso no haces lo que te pido», «si me dejas no quiero vivir», «lo hago porque te quiero»). Es una forma de manipulación que traspasa la responsabilidad y la culpa al otro, este intento se realiza por la vía más primaria: inocular las palabras en la conciencia del otro; y por eso precisamente anula al interelocutor.

Suelen ser personas con muy baja autoestima e intentan por todos los medios disminuir la de su pareja, de aislarla, para retenerla. A través de su forma de hablar, suelen hacer uso de la ironía para dar pie a la ambigüedad a lo que hacen o dicen. Con su lenguaje corporal intimidan a la víctima a través de los gestos y apoyándose en amenazas verbales acompañadas por gritos que responden al perfil del estilo comunicativo de una persona agresiva. Pero tan pronto abofetean e insultan como abrazan, lloran e imploran perdón. Y eso es lo peor, el refuerzo intermitente, ya que combinan estás agresiones con gestos de amor, regalos, caricias, piropos… mantienendo así la relación en el tiempo.

Por último, quería destacar una forma de manipulación muy típica y silenciosa de este tipo de agresores, y es la de ‘hacer luz de gas‘. Esta estrategia consisiste en provocar que alguien dude de sus propios sentidos, de su razón, e incluso de la realidad. El agresor hace que su víctima dude de sí misma, a través de la asunción de información falsa como verdadera, de la negación de la realidad «yo nunca te empujé, solo te estaba sujetando para que te calmaras», «jamás he dicho eso», «¿de verdad no recuerdas que todo esto lo empezaste tú?».

En mi opinión, es una de las formas más peligrosas y sibilinas de anulación, la víctima realmente siente que está perdiendo la cordura y es capaz de cuestionar su culpabilidad y responsabilidad en las agresiones que recibe. Quien hace luz de gas es capaz de afirmar que ocurrieron cosas o no con una seguridad y una firmeza tal que resultan creíbles y la víctima comienza a pensar que «igual soy yo que exagero», «puede que no tenga razón», «quizá no recuerdo bien lo que pasó». El agresor quiere inocular en el otro la sensación de histerismo, puede conseguir anular la voluntad del otro y distorsionar la realidad sin que su víctima se de cuenta.

Es muy difícil ser consciente de que podemos ser víctimas de esta manipulación tan sutil. En la terapia con las víctimas se les sugiere anotar todos los detalles de lo que ocurrió, palabras, expresiones, gestos, acciones, sentimientos, etc, antes y después de la agresión, elaborar una especie de diario que les haga registrar la secuencia conflictiva de un modo fiel a la realidad y tendrá argumentos para defenderse con firmeza de que los hechos ocurrieron de una determinada manera aunque la otra persona insista.

El amor no duele, no te humilla, no provoca ansiedad, histeria, no hace que pierdas la cordura. El amor debe ser calma, libertad, equilibrio, un refugio seguro…

 

 

 

Pablo Iglesias se disculpa con Mariló Montero ¿es sincero?

El principal representante de Podemos, Pablo Iglesias, reconoció hace unos días que se arrepentía de sus apreciaciones en el pasado sobre la situación en Venzuela porque sí, ahora reconoce, «la situación allí es nefasta». Además, se disculpaba con Mariló Montero ya que hace años se filtraron unos comentarios de él hacia ella que no fueron nada afortunados («la azotaría hasta que sangrara»).

Sus palabras exactas fueron: «Siento mucha vergüenza de haber hecho en un mensaje de Telegram privado una broma machista imperdonable. A veces he hecho comentarios que cuando lees después dices: es impresentable. Ahí lo que uno puede hacer es pedir disculpas y decir: Lo siento mucho y esto lo hice mal«.

A nivel de análisis textual, existe una evidente evasiva, se distancia del hecho hablando de forma indeterminada, distanciandose de su acción, eludiendo su responsabilidad, utiliza generalizadores y evita decir un ‘yo’ y comprometerse (‘lo que uno puede hacer’, ‘esto lo hice mal’). Este criterio determinaría que siente más culpa y vergüenza por las repercusiones (sociales y/o personales) que arrepentimiento sentido.

Analizando su expresión facial, sí que apreciamos un rechazo manifiesto hacia el error cometido. Sus expresiones al pronunciar las palabras anteriores son de ira y de asco (tal y como se aprecia en el fotograma). Tal y como comentaba mi colega de profesión José Luis Martín Ovejero en su análisis: «Se detectan miradas bajas y perdidas propias de la vergüenza«. Se implica a nivel personal, no con sus palabras pero sí con sus gestos, señalándose a sí mismo.

En mi opinión, las disculpas son sinceras pero hay un punto evasivo en su lenguaje que le distancia del hecho, no admitiendo del todo su responsabilidad, este patrón puede ser coherente también con un estilo de personalidad dominante, racional y con predominancia del orgullo propio.

¡Me gustaría conocer vuestras opiniones!

 

¿Tienes inteligencia emocional?

Es un concepto muy de moda, aunque lo cierto es que ya el psicólogo Edward Thorndike, en el año 1920 y con el término de inteligencia social, estableció las bases»para comprender y dirigir a las personas y actuar sabiamente en las relaciones humanas«. Si bien, el mayor precursor es el psicólogo estadounidense Daniel Goleman quien en 1995 publicó el libro ‘Emotional Intelligence’.

Fotografía Pixabay

Todos creemos tener este tipo de inteligencia, pero no es tan habitual como pensamos. Lo bueno es que se puede trabajar y desarrollar si no somos emocionalmente inteligentes de un modo innato. La Inteligencia Emocional (IE) es una habilidad, una capacidad que todos podemos ‘activar’ para identificar, entender y gestionar las emociones correctamente. Las personas con alta IE no se asocian con una ausencia de emociones negativas, siempre decimos que éstas también son útiles y necesarias, sin embargo, son capaces de manejarlas de un modo constructivo para superar las adversidades.

La IE es importante para el desarrollo vital en diferentes áreas, los resultados de la investigación en la materia son sorprendentes, ya que correlacionan la IE con el mejor desempeño escolar, laboral, y por supuesto con una red de relaciones sanas y exitosas. Vamos a ver si te sientes identificado con los rasgos que caracterizan a las personas con alto índice de IE:

  • Actitud empática: Entender la postura de los demás y vivir como propios sus sentimientos.
  • Los valores y emociones que dirigen sus vidas son positivos y negativos a partes iguales: Utilizan lo positivo para no caer en la crítica improductiva y lo negativo para aceptar la realidad y detectar dificultades objetivas cuando las haya. Por esto, prácticamente su autoestima nunca se daña.
  • Expresan sus emociones: Tanto verbal como corporalmente tienen la capacidad de transmitir sus sentimientos a los demás para pedir ayuda o para reforzar y compartir sus estados más pletóricos.
  • Toleran mejor la frustración y aceptan el cambio: Son personas persistentes y concienzudas con lo que se propongan, canalizan muy bien el miedo al cambio y no permiten que éste les paralice.
  • Saben decir ‘sí’ o ‘no’ firmemente: El autocontrol y la asertividad les caracteriza. Son concretos en sus decisiones, reduciendo así el estrés que produce la incertidumbre.
  • No solo pretenden conseguir recompensas inmediatas: No se dejan llevar por el refuerzo a corto plazo si son conscientes que a la larga la decisión no resultará fructuosa.

Y tú… ¿tienes inteligencia emocional?

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‘Todo el bien y todo el mal’: una novela con el lenguaje corporal como protagonista

«¿Cree que habría llegado hasta aquí si tuviera que plantearme todas y cada una de las decisiones que tomo?» -piernas cruzadas, manos juntas sobre las rodillas, ausencia casi absoluta de gesticulación- 

(…) Nunca se debe interrumpir al candidato cuando habla, hay que dejar que se explique, pero es importante apuntar las incoherencias que detectemos en su discurso.

 

En el último post os recomendé un documental sobre el lenguaje del cuerpo, hoy os traigo una joya en forma de historia: Todo el bien y todo el mal, de la autora Care Santos.

La protagonista de la novela, Reina, sabe leer a las personas, está entrenada para ello y las empresas más importantes del mundo se sirven de sus habilidades para seleccionar al candidato ideal. Es toda una delicia aprender sobre comunicación no verbal recreando situaciones tan cotidianas como una entrevista de trabajo, tal y como podemos apreciar en el párrafo que introduce este artículo.

A pesar de la capacidad de la protagonista y el manejo exitoso de situaciones y negociaciones críticas en su trabajo, también se desmorona cuando debe afrontar un grave acontecimiento familiar que le demostrará de la peor manera posible hasta qué punto es vulnerable. La trama se desarrolla en una atmósfera de verdades y mentiras, de decisiones que marcaron un camino difícil de reconducir y de secretos que salen a la luz tambaleando los cimientos del hogar.

Os confieso que es uno de los proyectos más enriquecedores en los que he participado, el interés de la autora por el asesoramiento en psicología emocional, la comunicación no verbal y la detección de la mentira ha dado como fruto un relato muy didáctico integrado en una trama fascinante que te atrapa desde el principio. Ha sido todo un honor aportar un pedacito de mí a este magnífico trabajo.

Epero que lo disfrutéis y me contéis vuestras impresiones.

 

‘El lenguaje del cuerpo’, un documental que no te puedes perder

Este fin de semana por fin pude ver un documental sobre comunicación no verbal que puedo recomendar 100%; se emitió en la dos, en el programa de ‘La Noche Temática’. No es fácil encontrar un material televisivo instructivo y real, normalmente no cuentan con los expertos y científicos adecuados, sino que recurren a la sinergología o pseudociencias varias para explicar los entresijos del lenguaje corporal.

En este documental se hace un recorrido por las pautas más esenciales sobre expresión emocional en el rostro, gestos y detección de la mentira de una manera muy amena y práctica, de la mano de los grandes investigadores en la materia, Matsumoto, Amy Cuddy, Stephen Porter y Joe Navarro, entre otros. A los seguidores del blog no les resultarán desconocidos. 😉

Espero que lo disfrutéis, tiene una duración de aproximandamente una hora pero merece la pena verlo tranquilamente y disfrutar de la ciencia del lenguaje del cuerpo. ¡Ya me contaréis impresiones!

El robot que transmite sentimientos acaba de ‘nacer’

La Universidad de Osaka se encuentra a la vanguardia de los avances en robótica. Los investigadores son muy conscientes de la importancia del comportamiento no verbal a la hora de recrear la comunicación humana, esto se ha convertido en su mayor reto. Ya en el año 2011 realizaron la primera publicación sobre unos modelos de cabezas robótizadas capaces de simular las expresiones emocionales básicas en el rostro (alegría, miedo, ira, tristeza, sorpresa y asco). Ahora en 2018 vuelven a realizar una revisión de la primera versión y el resultado es sorprendente (pincha aquí para acceder al estudio completo).

La reciente actualización hace que sus expresiones sean más infantiles y puedan transmitir sentimientos de manera efectiva. Por lo tanto, tienen una gama más alta y más profunda de emociones que pueden conducir a una mejor interacción con los humanos.

Los estudios fueron exhaustivos en la investigación de las expresiones faciales de Affeto (así se llama el ‘muñeco’ en cuestión). Para marcar las expresiones tomaron como referencia hasta 116 puntos faciales diferentes de un modo tridimensional, estudiando la deformación y contorsión facial para que el movimiento fuera más preciso. Finalmente, midieron estos movimientos a través de un modelo matemático para cuantificar los datos en patrones de movimiento.

La versión actual de esta cara de robot infantil se crea con el objetivo de mostrar las expresiones de un niño de uno a dos años. Se está utilizando para estudiar las primeras etapas del desarrollo humano en el contexto social.

Como comentamos, la recreación de este rostro se reveló por primera vez en 2011. Sin embargo, éstos no tenían una apariencia realista de la cara de un niño, por lo que afectó enormemente a la interacción. En muchos casos, las personas no podían hablar naturalmente con los robots como lo harían con los humanos. Ahora, con esta nueva cabeza androide infantil, los investigadores esperan superar este desafío y avanzar en la relación humano-robot.

No os perdáis el vídeo porque es impresionante. ¿Qué os parece? Da bastante miedito, ¿no?

 

 

*Fuente:

Universidad de Osaka

The article, “Identification and Evaluation of the Face System of a Child Android Robot Affetto for Surface Motion Design” was published in Frontiers in Robotics and AI at DOI: https://doi.org/10.3389/frobt.2018.00119.

Tu bebé sabe cuándo mientes

Si crees que puedes fingir emociones con tu bebé estás equivocado. Investigadores de la Universidad de Concordia descubrieron en el año 2013 que los bebés de 18 meses ya pueden darse cuenta de que algo no encaja cuando  los sentimientos y las reacciones no se alinean.

Las implicaciones de este estudio son significativas, especialmente para los cuidadores. «Nuestra investigación muestra que no se puede engañar a los bebés para que crean que, por ejemplo, algo que causa dolor resulta en placer. Los adultos a menudo tratan de proteger a los bebés de la angustia poniendo una cara feliz después de una experiencia negativa. Pero los bebés saben la verdad: desde los 18 meses, pueden entender implícitamente qué emociones van asociados con qué eventos «, declaró el profesor de psicología Poulin-Dubois.

Fotografía Pixabay

Para realizar el experimento, ella y su candidata al doctorado Sabrina Chiarella reclutaron a 92 bebés con 15 y 18 meses de edad. En un entorno de laboratorio, los bebés observaron cómo un actor pasaba por varios escenarios en los que las reacciones emocionales iban con o en contra de las experiencias. En un caso, el investigador expresó una emoción que no coincidía, estar triste cuando se le presenta un juguete deseado. En otra, ella expresó una emoción que acompañaba a la experiencia, reaccionando con dolor al fingir lastimarse el dedo.

A los 15 meses, los bebés no mostraron una diferencia significativa en las reacciones a estos eventos, mostrando empatía a través de sus expresiones faciales a todos los rostros tristes/de dolor. Esto indica que la comprensión del vínculo entre una expresión facial después de una experiencia emocional es una habilidad que aún no se ha desarrollado en esa etapa.

A los 18 meses, sin embargo, los bebés detectaron claramente cuando las expresiones faciales no coincidían con la experiencia. Pasaron más tiempo mirando la cara del investigador y se reunieron con el cuidador en la sala para que pudieran evaluar la reacción de una fuente confiable. También mostraron empatía hacia la persona solo cuando su rostro compungido estaba justificado.

Chiarella explica que la indiscriminada muestra de preocupación por los rostros tristes en los bebés más pequeños es un comportamiento adaptativo. «La capacidad de detectar la tristeza y luego reaccionar de inmediato tiene una implicación evolutiva. Sin embargo, para funcionar de manera efectiva en el mundo social, los niños necesitan desarrollar la capacidad de comprender los comportamientos de los demás al inferir lo que está sucediendo internamente para quienes los rodean».

Adorables… ¡Aquí tenéis la muestra! 🙂

 

*Fuentes de consulta:

Universidad de Concordia. «Los bebés saben cuando estás fingiendo, según muestran los investigadores de psicología». Ciencia diaria. ScienceDaily, 16 de octubre de 2013. <www.sciencedaily.com/releases/2013/10/131016145638.htm>.

https://www.sciencedaily.com/