Archivo de mayo, 2017

¿Por qué a los extrovertidos les gustan las fiestas y los introvertidos las evitan?

He leído auténticas barbaridades sobre la extroversión y la introversión, bueno, más bien sobre la segunda, ya que normalmente está asociada al polo más negativo y pesimista de la personalidad cuando esto no es así. Se ha desvirtuado popularmente el término introversión, relacionándose únicamente con el aislamiento social, la apatía y el malhumor, algún día (no muy lejano) os contaré (con mayor profundidad) las ventajas de ser introvertido, qué es realmente y cómo se manifiesta.

Hoy nos centraremos en un solo comportamiento: el contacto social con la multitud. Era asumido por la comunidad científica que el cerebro del extrovertido y del introvertido funcionaban de un modo muy diferente. Recientemente, un estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience descubrió que los extrovertidos son más propensos a asociar una sustancia química (dopamina), relacionada con la sensación de bienestar, con el medio ambiente en el que se encuentran en en ese momento.

Estos hallazgos podrían ayudar a explicar por qué los extrovertidos buscan el contacto social de las multitudes, mientras que los introvertidos prefieren permanecer tranquilamente en casa. Los investigadores encontraron que los extrovertidos prefieren la gratificación inmediata y se centran más en los rostros. En el otro extremo, los introvertidos tienden a sentirse abrumados por el exceso de estimulación y prestan más atención a los detalles, lo que se refleja en un aumento de la actividad cerebral al procesar la información visual.

Para desenterrar las raíces de la extraversión, Yu Fu y Richard Depue, neurobiólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, realizaron test de personalidad a estudiantes de primer año seleccionando una muestra aleatoria de 70 personas con una mezcla de introvertidos y extrovertidos. Les fue administrada una sustancia generadora de dopamina y fueron posteriormente puestos a prueba en un entorno de laboratorio.
Las conclusiones del estudio fueron claras: Los extrovertidos asocian fuertemente su entorno y contexto con recompensa, mientras que los introvertidos mostraron poca o ninguna asociación entre el contexto y la estimulación.
Los resultados sugieren que los efectos de la dopamina no se tradujeron en recompensa o motivación para los introvertidos. La diferencia fundamental en la intensidad con que los introvertidos procesan las recompensas de su entorno tiene que ver con un mayor peso de la estimulación interna frente a las señales externas de motivación y recompensa.
Los resultados son un gran paso hacia adelante ya que permiten vincular un rasgo básico de la personalidad como la extraversión con un determinado conjunto de procesos del sistema nervioso, circunstancia que no se había producido anteriormente.

 

 

*Fuente: Livescience

 

Catalá negando su apoyo a Ignacio González o cómo parecer sinceros

El ministro de Justicia, Rafael Catalá. Catalá niega que su mensaje de apoyo a Ignacio González se refiriese a sus causas judiciales

El ministro de Justicia, Rafael Catalá niega que su mensaje de apoyo a Ignacio González se refiriese a sus causas judiciales

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, negó que en el mensaje que envió a Ignacio González en noviembre deseándole que «se cierren pronto los líos» se refiriese a las investigaciones que afectaban al expresidente de la Comunidad de Madrid por su ático en Marbella y el desfalco del Canal de Isabel II -una operación entonces secreta-.

Su declaración dura apenas unos segundos pero pueden identificarse algunos de los indicadores estratégicos de refuerzo de la credibilidad más recurrentes. Esto es, intentar ‘parecer’ sinceros a través de nuestras palabras y nuestro lenguaje corporal, algo que es necesario cuando no decimos del todo la verdad o hay algún tipo de impacto emocional más allá de lo que expresamos con nuestras palabras.

En primer lugar recurre a desechar la importancia de ese mensaje concreto, manifestando que ese día recibió «cientos de mensajes de felicitación». Esa justificación no aporta ningún argumento válido que explique su respuesta, no es más que un ‘generalizador‘ que enmascara y trata de eludir el protagonismo/importancia del hecho central.

«El sms que se ha conocido por una violación flagrante del secreto de sumario, aunque eso parece que no es importante en este momento», con la última parte intenta desviar la atención planteando la irregularidad por la que se obtiene la información y manifiesta su molestia por la filtración de esta conversación que crea la controversia, se puede registrar en este momento una sutil expresión de desprecio, que se contrapone a la indiferencia que pretende demostrar.

Indiferencia que intenta expresar con su expresión facial y gestos, poniendo caras de ‘no entiendo nada’, expresiones intencionadas de sorpresa (con una duración muy superior a las espontáneas) y encogiéndose constantemente de hombros. Aunque este comportamiento no sugiere más que duda, incertidumbre y falta de convicción en lo que uno dice.

Pensad, ¿cómo os sentiríais vosotros si se os acusa de algo que no habéis hecho? La emoción esperada es la ira, una declaración firme y contundente sobre vuestra posición al respecto. Lo que menos se espera son expresiones de duda, risas socarronas, evasivas y un discurso en tercera persona (se refiere a él mismo como al ministerio de justicia) en un intento por alejarse del hecho central y eludir la responsabilidad o la implicación directa en el hecho.