Archivo de noviembre, 2016

#creepyclowns ¿Te dan miedo los payasos? Tiene explicación

itHace unos meses apareció una insólita moda en EE.UU conocida como el movimiento creepy clowns (payasos terroríficos), cuyos participantes se dedican a vestirse de payaso y a quedarse parados en las calles para asustar a la gente. Esta práctica se ha extendido ya a otros países, incluso a España, aunque realmente no hay evidencia alguna de un vínculo directo entre el crimen y el avistamiento de estas personas disfrazadas de payasos, más que algún susto, amenazas y bromas de mal gusto, desde luego, lo que sí que puede provocar esta ‘gracia’ es una situación de peligro, las consecuencias conductuales del miedo son la huida, el ataque o la inmovilización, por tanto podemos imaginar que este tipo de bromas podrían no acabar del todo bien.

La fobia a los payasos tiene nombre: coulrofobia. Normalmente es un miedo que se origina en la infancia pero, en muchos casos, se mantiene hasta la edad adulta. Tiene un componente genético pero también social, curiosamente, se suele señalar a la novela It’ (Eso) de Stephen King, llevada posteriormente a la gran pantalla, como el origen y refuerzo sociológico de la figura del payaso malvado. Esta afirmación está avalada por estudios científicos realizados entre los años 70 y 90, aunque al parecer suspendieron este tipo de investigaciones por los perturbadores resultados obtenidos.

Paul Salkovskis, del Centro de Trastornos de Ansiedad y Traumas del Hospital de Maudsley, en Londres, afirma que “es habitual que cause temor aquello que es diferente de algún modo, que nos resulte desconocido e inquietante”. Efectivamente, un estudio realizado por la Universidad de Sheffield en 2008, que incluyó a 250 niños de 4 a 16 años de edad, con el objetivo de saber si decorar las paredes de una habitación de hospital con payasos resultaría inquietante, concluyó que todos los grupos de edad sentían antipatía por los payasos, y que la sensación de miedo e inquietud surgía de una ‘familiaridad indefinida’.

Existe bastante consenso en la comunidad científica a la hora de explicar este fenómeno, la coulrofobia surge porque no es posible conocer exactamente qué esconde el colorido maquillaje y los desproporcionados rasgos faciales de los payasos que pueden despertar en las personas un estado de alerta que atrapa emocionalmente antes que racionalmente. «Es lo que actualmente hace que algo se convierta en viral», explica Steve Scholdman, psiquiatra infantil y profesor en Harvard de un curso sobre la psicología en el cine de terror, «hacer que alguien reaccione emocionalmente antes de que lo procese intelectualmente».

Estas características permiten a los payasos adoptar una nueva identidad y no cumplir con ciertos patrones sociales que no sería posible de otra forma en la vida ‘normal’. Sigmund Freud ya escribió sobre el efecto de ‘valle inquietante’, un concepto que plantea que algo muy conocido pero al mismo tiempo extrañamente inusual causa rechazo y produce una sensación inquietante y contradictoria: la disonancia cognitiva. Este concepto puede aplicarse a los payasos.

Según el psiquiatra Steven Schlozman, de la Facultad de Medicina de Harvard, la sonrisa permanente y horripilante puede producir disonancia cognitiva en nuestro cerebro: “Nuestra mente interpreta que las sonrisas en general son positivas; no obstante, no es posible sonreír todo el tiempo, porque de ser así, algo fallaría. Gracias al comportamiento de las personas podemos interpretarlas, pero si el aspecto de las personas o su comportamiento no varían, se convierten en terroríficas”.

 

*Fuentes: Tendencias Sociales y New York Times.

La falta de sueño reduce la capacidad de reconocer rostros

police-img_4105Si bien estudios anteriores ya habían demostrado que la falta de sueño conlleva un deterioro en el recuerdo de las caras, no se había probado hasta ahora si dormir poco perjudica de igual modo el rendimiento en las tareas de identificación de rostros, capacidad en la que no interviene la memoria de reconocimiento. Estos hallazgos pueden tener importantes implicaciones para el personal de seguridad y la policía, cuyos miembros se ven a menudo sujetos al trabajo por turnos, afirman los autores del nuevo estudio.

En ciertos empleos, la identificación de rostros desconocidos, ya sea a través de una imagen por el circuito cerrado de televisión, de una ficha policial o de una fotografía del pasaporte de un viajero, forma parte de la rutina. Pero esta tarea no siempre resulta exitosa.

Investigadores de las universidades de Nueva Gales y Glasgow han revelado que la falta de sueño reduce la capacidad de comparar rostros que se nos muestran por primera vez y de forma simultánea. No solo eso, quien duerme mal se cree más seguro de su decisión, aunque sea errónea.

El experimento: Los autores del estudio pidieron a una serie de sujetos con trastornos del sueño (insomnio, entre ellos) y a individuos sin problemas para dormir (grupo de control) que respondieran el test de reconocimiento facial de Glasgow; este consiste en identificar dos caras que se muestran a la vez. Los participantes compararon un total de 40 pares de rostros que aparecían en una pantalla de ordenador. La mitad de las parejas de imágenes presentaban a la misma persona en dos fotografías con una perspectiva algo diferente; las otras 20 correspondían a pares de caras muy parecidas, aunque de personas distintas.

Tal y como hipotetizaban los investigadores, los sujetos con problemas de sueño puntuaron de media peor que los miembros del grupo de control. Además constataron un dato curioso: en las decisiones acertadas los participantes de ambos grupos se mostraban igual de seguros, pero en las respuestas erróneas los insomnes insistían más en que su contestación era correcta.

En un segundo experimento, los participantes debían llevar un diario personal del sueño y volver al laboratorio al cabo de tres noches. Esta vez se distribuyó a los sujetos en dos grupos: los que habían dormido como máximo 6,5 horas en las últimas tres noches y aquellos que habían descansado durante más horas. Los investigadores constataron de nuevo que las personas que habían dormido menos obtenían peores resultados en la prueba de comparación de rostros, a pesar de que podían tomarse todo el tiempo que quisieran para responder. También se mostraron igual de convencidos de sus decisiones que los sujetos de control.

«Resulta desconcertante que personas que duermen mal no se muestren menos seguras de sus decisiones, a pesar de que un peor descanso se asocia con una menor tasa de aciertos», afirma David White, uno de los autores del proyecto.

[P.D. Mañana sábado estaré en el programa de televisión ‘Audiencia Abierta‘ de tve, a las 13.30 horas, analizando la evolución del lenguaje corporal del Rey Felipe VI desde el 20-D hasta la formación de gobierno. Gracias a tod@s]

Fuente: InvestigaciónyCiencia.

Analizamos la supuesta ‘cobra’ de Bisbal a Chenoa

thumbEl reencuentro en concierto de todos los ex concursantes de la primera edición del programa ‘Operación Triunfo’ ha quedado relegado a un segundo plano. El momento más esperado de la noche era la llegada de la canción romántica interpretada por David Bisbal y Chenoa, ‘Escondidos’, que tanta repercusión tuvo hace 15 años al ‘revelar’ que había algo más que una simple amistad entre ellos, así se confirmó después, aunque poco duró la relación.

Ahora esta canción suscita de nuevo todo el interés, no la actuación en sí, realmente lo que la gente aguardaba era poder ‘entrever’ el verdadero estado emocional de ambos. De nuevo la comunicación no verbal era fundamental para interpretar cada gesto, cada mirada y la conexión entre los dos cantantes y exnovios.

Conexión que no se produjo. La asincronía corporal entre ambos cantantes fue muy significativa, sus movimientos no encajaban, no lograron encontrar la coherencia ni la compatibilidad en el escenario. David Bisbal iba a lo suyo, adquirió el rol dominante, tomó la iniciativa de movimiento por el escenario y ambos ‘bailaban’ a su son, Bisbal guiaba el paso, dirigía el tempo de la canción, los silencios, la interacción con el público y, por supuesto, cada una de las acciones que se llevaban a cabo entre los dos.

Chenoa estaba emocionalmente más entregada a la causa, más cálida, abierta, muy pendiente en todo momento de su compañero, sus miradas eran constantes, estaba nerviosa y algo avergonzada (como ella misma reconocía al público). Bisbal se mostró más frío, distante y profesional, no se aprecia un impacto emocional especial o diferente a cualquier otra actuación con cualquier otro artista.

¿La cobra? Asunto complicado. Para mí no fue otra cosa que una consecuencia de todo lo expuesto anteriormente, no se entendieron corporalmente y es otra muestra más de la descoordinación que manifestaron en toda la actuación. El instante es captado desde dos perspectivas diferentes, en una de ellas solo se ve la reacción de Bisbal retirándose, en el otro ángulo se ve cómo Chenoa le da un beso y parece que va a darle otro (en la otra mejilla) pero Bisbal ya ha iniciado el movimiento de retirada y por esto parece un desprecio.

En definitiva, no creo que sea una ‘cobra’ a conciencia, simplemente no hubo rapport, ni unidad entre ambos, pesarían más los nervios, la tensión del momento, o lo que sea. Lo que está claro es que no lograron conseguir esa conexión que sí se apreció años atrás sobre el escenario.

 

#Halloween: ¿Por qué nos gusta el miedo?

halloween-illustrationLa emoción primaria de miedo es una reacción afectiva innata y universal, es decir, nacemos con ella (no es aprendida) y está presente en todos los seres humanos del mundo independientemente de la cultura a la que pertenezcan. El miedo y la ansiedad quizá sean las emociones que han generado mayor cantidad de investigación y, curiosamente, nos encontramos ante una de las emociones que produce mayor cantidad de trastornos mentales.

La distinción entre ansiedad y miedo podría concretarse en que la reacción de miedo se produce ante un peligro real y la reacción es proporcionada a éste, mientras que la ansiedad es desproporcionadamente intensa ante la supuesta peligrosidad del estímulo. El miedo es una de las emociones más intensas y desagradables, genera aprensión, desasosiego y malestar; preocupación, recelo por la propia seguridad o por la salud y sensación de pérdida de control. Entonces… ¿por qué nos atrae tanto?

La expresión y la reacción corporal del miedo, recogida en martinovejero.com

La expresión y la reacción corporal del miedo, recogida en martinovejero.com

Buscamos actividades que nos despierten esa sensación de terror/ansiedad: novelas y películas de miedo, la creación de personajes espeluznantes, atracciones del pánico, videojuegos que quitan la respiración, interés por sucesos escabrosos, la práctica de deportes de alto riesgo… Una de las explicaciones más citadas tiene que ver con la hiperactivación física. Aludiendo a que quienes disfrutan de tales sensaciones solo experimentan una descarga de adrenalina, no un miedo de verdad. Esta reacción conlleva una liberación de adrenalina y dopamina, responsables de la sensación de euforia que experimentamos tras pasar un mal rato.

En este sentido, algunos investigadores han sugerido que las historias vistas y leídas favorecen la empatía, el ponerse en la piel del otro, y así, actuarían como un simulador del mundo real donde las personas aprenden comportamientos que nunca han vivido, pero eso sí, sin sufrir las consecuencias físicas o emocionales que tendrían en la realidad. Por tanto, la ficción sería como un campo de juego donde explorar los miedos propios.

En palabras de la socióloga, experta en la emoción de miedo, Margee Kerr, «Los humanos se han estado asustando a sí mismos desde el nacimiento de la especie, a través de todo tipo de métodos, como contar historias, saltar desde acantilados, o saliendo de lugares oscuros para asustar a otros. Hemos hecho esto durante todo este tiempo por diferentes razones: como darle unidad a los grupos, preparar a los niños para la vida en el peligroso mundo y, por supuesto, para controlar nuestro comportamiento. Pero realmente solo ha sido en los últimos siglos cuando hemos empezado a asustarnos a nosotros mismos por diversión (y beneficio), y esto se ha convertido en una experiencia tan cotizada».

Cuando sí que lo experimentamos en una situación vívida o real, también nos quedará posteriormente una sensación positiva intensa que contrarrestará a la anterior. Superar una situación estresante nos deja una sensación de autoconfianza (¡Yo sobreviví!) que nunca viene mal.

Así que si eres adicto al terror no te preocupes, eres evolutivamente muy normal… 🙂