James Cicon, profesor de finanzas de la University of Central Missouri, ha diseñado un software para analizar los rostros de 200 ejecutivos pertenecientes a la lista ‘Fortune 500′ en búsqueda de emociones primarias, como la alegría, la sorpresa, la ira o el asco que se relacionen con este éxito laboral.
La emoción resultante tenía una correlación significativa con ganancias, rendimiento de activo, movimientos de acciones y otros indicadores de desempeño de sus compañías respectivas. Y esta emoción era, sorprendentemente, la de miedo; y en menor medida, la ira y el asco.
Aunque el miedo, la rabia y la repugnancia son emociones negativas, el Dr. Cicon descubrió que se relacionaban con un desempeño financiero positivo. Quienes demostraban repugnancia o miedo en una entrevista, anticipaban un aumento en las ganancias de su organización de casi 9% en los meses siguientes, o saltos de 4% en las acciones a las pocas semanas.
La posible explicación es que el miedo es reconocido como un poderoso motivador, así que no es difícil creer que un director ejecutivo que demuestre esta emoción durante un interrogatorio, esté a su vez trabajando duro para incrementar el valor de su compañía.
*Fuente: lenguajecorporal.org
La ira puede ser un gran motivador, pero el miedo (al fracaso) puede ser aún mayor motivador para las personas que desean destacar en sus carreras profesionales. Y es esa «lucha» contra el fracaso lo que hace desparecer ese miedo, que volverá a aparecer ante los nuevos retos que se le planteen, girando de nuevo ese círculo vicioso
22 noviembre 2016 | 11:11 pm
La ciencia al servicio del mal es un peligro, menos mal que esto no perdurará, alguien viajará en el tiempo para eliminar a James Cicon.
24 noviembre 2016 | 12:47 am