De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

Entradas etiquetadas como ‘procomún’

Declaración Universal de Derechos Urbanos

«Microentrevistas a ciudadanos sobre cómo es y podría ser la ciudad. Observamos, escuchamos y contamos, para que esa información esté disponible para los que reflexionamos y actuamos sobre ciudad». Directo, simple y contundente. Así es el proyecto Declaración Universal de los Derechos urbanos, el remix que el colectivo multidisciplinar Zuloark de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. La idea es redonda: abrir un espacio para que los ciudadanos compartan sus ideas sobre la ciudad. Los entrevistados tratan, según el propio site, de proponer un derecho urbano que habría que proteger, un derecho a conquistar  y qué se debería erradicar.

Vale la pena darse un paseo por todas las declaraciones. Quien lo prefiera puede navegar por etiquetas como Movilidad, Paisaje Urbano, Economía Urbana, entre muchas otras.  Lo que más me gusta del proyecto es que está gobernado por la inteligencia colectiva. Cualquier persona puede subir su microentrevista al site. La revolución de internet no es el download, como afirma el coro antipiratería, sino el upload, que cualquiera pueda subir cosas. Y este proyecto es la prueba perfecta. El resultado es un relato coral, distribuido y polifónico de derechos urbanos. Un relato que conforma una nueva piel de contenido de una ciudad imaginaria y compartida construida de retazos de urbes reales. La suma de microentrevistas es un abanico plural de propuestas concretas para nuestras ciudades.

Los posibles desdoblamientos o mutaciones del proyecto son casi infinitos. Se podría elaborar uma cartografía colocando cada vídeo en su lugar de realización. Se podrían colocar códigos QR en esos lugares (o en otros) para que la gente pudiera escanear los códigos con sus teléfonos móviles y escuchar las microentrevistas. Se podrían disponibilizar todos los códigos creados e incentivar que los ciudadanos se los bajen y los cuelguen en las paredes de las ciudades. Se podrían crear herramientas (o usar algunas ya existentes) para que los protagonistas de las microentrevistas hagan cosas juntos. Se podría dar la posibilidad de enviar el vídeo, tal como se envían peticiones en plataformas como Change.org o Oiga.me, a un político concreto…. El primer paso, este gran proyecto, ya está dado. Las remezclas están en el tejado de las multitudes conectadas.

He escogido la microentrevista del colectivo Leon11 por varios motivos. Primero, porque deciden colocar sillas en el espacio público para charlar. Segundo, porque la policía dijo lo siguiente: «NO es legal sacar sillas a la calle. ES OCUPACIÓN DE LA VIA PÚBLICA, es denunciable». Tercero, porque ya tenemos una ley a erradicar: no poder disfrutar del espacio público como lo hacían nuestros abuelos.

Si has llegado hasta aquí y te gustó este proyecto, te encantará Urban Leaks (también de Zuloark). 

Baila en tu plaza, pásalo

Una frase clásica: «Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa» (Emma Goldman). Una idea: salgamos en masa a las plazas, bailemos juntos. Un sueño: los ayuntamientos colocan un suelo especial que convierte el movimiento de las multitudes inteligentes (y bailongas) en energía. Cada paso, es una zancada de sostenibilidad. Cada danza coral, un baño de energía limpia.

Ahora, para llegar al párrafo-sueño, coloquemos algunos peldaños de esta escalera bailable. La tecnología para convertir pasos de persona en energía ya existe. La empresa Pavegen se ha especializado en ello. Y alguna marca ya ha sacado tajo de tan inspiradora idea. Johnny Walker convirtió gracias a su Keep on walking project  42.000 pasos colectivos en energía eléctrica. Y una excelente noticia para nuestra escalera al cielo bailable: ya existe una discoteca que transforma en energía los movimientos de sus clientes en la pista. La organización londinense Club4Climate  abrió un club en King´s Cross que convierte el baile en energía limpia. Y ya piensa abrir sucursales en Nueva York, Ciudad del Cabo y Rio de Janeiro.

La calle es nuestra. ¿O apenas pertenece a marcas de whysky que incentivan el pelotazo fácil? ¿Y si Rumba rave, el ya mítico flash mob que puso a bailar flamenco a varias activistas en un banco, se traslada a las plazas y encima produce energía limpia? ¿Y si el super concurrido y curioso Experimento MP3 que abre con un vídeo esta entrada generase electricidad?  Sigamos subiendo esta escalera-sueño. Es sólida, creéme: los visionarios de Pavegen, que están experimentando su tecnología en East London, no están solos. El estudio madrileño Ecosistema Urbano ha desarrollado un proyecto que convierte la energía el movimiento de un carrusel de feria. El Dordrecht Energy Carousel, llevado a cabo en Holanda, enreda con sutileza ludismo, espacio público y ecología. No te cortes: juega, comparte. Crea energía. Baila con otra persona.

Tras el espectacular éxito de Acampada Sol, que consiguió el premio especial del público en los Premios Europeos Espacio Urbano 2012, la mutación de las plazas ocupadas bien podría ser un baile. Si los gobiernos fuesen innovadores (y ahorradores) invertirían en el pavimento bailable-capta-energía. Incentivarían el mambo del procomún en cada plaza. El chachachá del copyleft en cada esquina. El tango del P2P. Las bulerías de la sostenibilidad. Sin embargo, creo que de momento, los Gobiernos están dejando de lado los bailes agarrados del colectivo. Prefieren el death metal de los mercados o el techno machacón y alucinado  de los recortes.

Imagen del proyecto Dordrecht Energy Carousel de Ecosistema Urbano. 

 

 

Glosario abierto para un nuevo milenio

 

 

 

He editado el wiki del Vivero de Iniciativas Ciudadanas. Se trata de un glosario colaborativo que recoge «los nuevos términos que definen los procesos de innovación social y sus transferencias al espacio público». De ‘bottom up design’ a ‘ciudad transmedia’, pasando por ‘comunidad’, ‘conectividad’, ‘espacio público’ o ‘heterotopia’. En mi caso, he añadido ‘adhocracia’. Mis lecturas e investigaciones sobre este término tomaron forma en mi artículo Adhócratas al poder. Ahora incorporo la definición del concepto. Comienza así: «sitema no jerárquico, horizontal, participativo y flexible donde todos los miembros tienen capacidad de tomar decisiones que afecten al conjunto».

El glosario abierto es un proyecto colaborativo entre Vic. Vivero de Iniciativas CiudadanasAMASTÉDiego Soroa de CuanticsLab, con la participación de @platoniq,@jfreire@radarqnetbetahouse@ehtel_baraona, @dpr_barcelona@elvirilay@culturpunk,@rubenmartinez@pacogonzalez@alafuente, Juan Carlos Pacheco, @andreswalliser,@jararocha ,@____thenomad,  @elsatch, @bernardosampa@srosillo@hackity,@placebodelbo 

Reproduzco aquí algunos de los términos que aparecen en el glosario.

Adhocracia, AdhocracySistema no jerárquico, horizontal, participativo y flexible donde todos los miembros tienen capacidad de tomar decisiones que afecten al conjunto. Es una palabra híbrida entre ad-hoc (aquí y ahora) y el sufijo cracia (poder) y suele entenderse como algo antagónico a burocracia. El término se usa en la teoría de gestión de organizaciones. La adhocracia, usada para describir la forma de gobierno de la novela de ciencia ficción Tocando fondo: en el reino mágico (Cory Doctorow), está inspirando nuevas formas de gestión ciudadana y política. Las organizaciones adhocráticas coordinan tareas a través de la adaptación mutua de sus integrantes, la rotatividad de los mismos, de la resiliencia y la colaboración. La multidisciplinariedad e interdisciplinariedad son la esencia de los equipos adhocráticos.

Ciudad Transmedia: La ciudad es un todo generado como un espa­cio-red. Los cambios en las metodologías de intervención cultural ciudadana promueven un espíritu transversal, flexible y abierto derivado de la evolución en la sociedad y la cultura con­temporánea en entornos urbanos transdiscipli­nares. @culturpunk

Emancipación social, social emancipation: Acción que permite a un grupo de personas acceder a un estado deautonomía por cese de la sujeción a alguna autoridad o potestad.

Empoderamiento urbano, urban empowerment: Proceso por el cual las personas aumentan su capacidad en la toma de decisión es de los planteamientos urbanos y el diseño de las ciudades para impulsar cambios positivos de los lugares que habitan.

FLOS(S): siglas para Free Libre Open Source (Software). Movimiento coincidente con aquel de la cultura libre, que incorpora el planteamiento prodecimental arrancado en las comunidades de desarrolladorxs de software libre y practicado en comunidades culturales de cualquier otro tipo que compartan la filosofía de aquellas: compartir el código de funcionamiento del artefacto, así como los resultados de su producción cultural. @jararocha

Masa Crítica, critical mass: Se refiere a cualquier grupo de personas capaz de lograr un cambio social. Las masas críticas carecen de entidades organizadoras, son independientes frente a intereses políticos o económicos.

Prosocialidad: concepto que describe comportamientos que sin motivación de recompensa material, busca favorecer metas sociales objetivamente positivas, partiendo desde el individuo hasta la sociedad en conjunto. La prosocialidad refuerza el fortalecimiento de una identidad creativa y la iniciativa de los individuos que conviven en un mismo lugar.

Red entre iguales, peer to peer (P2P). Relación entre personas provenientes de la red de computadoras en la que todos o algunos aspectos funcionan sin clientes ni servidores fijos, sino una serie de nodos que se comportan como iguales entre sí. Las redes P2P permiten el intercambio directo de información, en cualquier formato, entre los ordenadores interconectados.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

La revolución cabe en una #15Mpedia

Cuando supe que nacía 15M.cc, un proyecto transmedia y colaborativo para documentar lo que el movimiento 15M supone para España y el mundo, no lo dude un minuto: escribí a sus promotores para sumarme al proyecto. Tomé un café con Stéphane Grueso y Patricia Horrillo muy cerquita de la Puerta del Sol, en octubre de 2011. Todo lo que me explicaron entonces me entusiasmó: un proyecto colaborativo y distribuido de documental y libro, donde todo el material iba a tener licencia #copyleft y donde las aportaciones de cada persona se iban a remezclar después. Inteligencia colectiva remix, vaya. Creo que ni ellos sospechaban entonces que el proyecto 15M.cc iba a evolucionar tanto y a tener tantos forks (bifurcaciones en jerga de programadores de software libre).

El 15M.cc se ha convertido en un paraguas. Por un lado, se ha dividido en  proyectos hiperlocales, Madrid15M.cc, Málaga15M.cc y Sevilla15M.cc . Por otro, ha nacido Audio15M.cc, como un proyecto que recopilará podcast de las entrevistas del documental y otros paisajes sonoros. La estrategia elegida tiene mucho de diseño bottom up: ir completando partes que encajen en un sistema mayor. Y eso puzzle completo que incluye todas las partes no es otro que la 15Mpedia y el Wikilibro. La 15Mpedia, que ha sido desarrollado por Emilio J. Rodríguez-Posada (@emijrp) y Miguel Ángel Ramírez (@maggiko),  es un fantástico wiki en el que cualquier persona puede aportar su memoria, conocimiento e ideas sobre todo el entorno 15M. De momento, el enjambre ciudadano ya ha editado 629 artículos. De las plataformas que propiciaron la manifestación del 15 de mayo de 2011 a las acampadas, pasando por teoría política, hacktivismo, conceptos o medios de comunicación, todo cabe en la 15MPedia.

El Wikilibro es una mutación natural del libro colaborativo inicial que iba a ser escrito en red y remezclado por Patricia Horrillo. Pretende distanciarse un poco de la realidad de Madrid (epicentro de la revuelta-movimiento) para aportar un contexto y paisaje mayores. Arranca en el apartado Pasado con Historia y contexto de las revoluciones y movimientos sociales y llega hasta el Futuro con Desarrollo político. Yo estoy dentro del grupo de correo del Wikilibro y haré mis aportaciones en cuanto pueda. Cualquiera puede editar las plantillas y participar aquí.

El documental 15M.cc coordinado por Stéphane Grueso quizá sea el brazo del proyecto que más fiel se ha mantenido a su idea inicial.  Las entrevistas audiovisuales realizadas las van subiendo al apartado Conversaciones y a You Tube. Cualquier persona puede usarlas cómo y para lo que quiera, si se ajusta a la licencia Creative Commons del proyecto. Me parece interesante el concepto de proceso: habrá gente que esté viendo las conversaciones pero que nunca vea el resultado final. También me gusta el hecho de que Stéphane esté dialogando en la red para editar el documental. Y también que 15M.cc haya buscado a la clase política para entrevistar a algunas personas. Entre otras cosas porque las condiciones son claras: tú te sientas, nosotros preguntamos. Nada de preguntas pactadas, nada de control. El político que no acepte la invitación queda, además, perfectamente retratado como alguien que no se relaciona con los ciudadanos.

Por todo ello, 15M.cc merece nuestro aplauso y nuestra participación en esta recta final.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

¿Crowd funding para ciudades?

Imagina que los ciudadanos pueden proponer iniciativas para su ciudad en una página web. Que todos los ciudadanos pueden votar las propuestas tal como se hace en las redes sociales, apretando un icono de «Me gusta» y/o comentando. Que después, la institución que gobierna la ciudad estudia las propuestas con más adhesiones y las ejecuta. No se trata de un sueño lejano. El proyecto se llama Bristol Rising y está llevándose a cabo en Bristol (Estados Unidos). Los usuarios de Bristol Rising, por ejemplo, han sugerido propuestas tan dispares como un centro de performances, papeleras con paneles de energía solar o un restaurante mexicano. Evidentemente, aquellas propuestas que benefician al colectivo tienen un tirón infinitamente mayor (Centro de Artes Performáticas 334 «Me gusta», restaurante mexicano, 1). Además, existen herramientas en el site para crear grupos y trabajar colaborativamente en el territorio con otros usuarios.

El proyecto es una brillante vuelta de tuerca a lo que podríamos llamar crowdsourced placemaking (construir territorio en red). Personas relacionándose en el territorio gracias a plataformas digitales. Grupos co-creando, cooperando, alrededor de proyectos. The Civic Crowd, una mapa abierto de proyectos ciudadanos de todo el Reino Unido, podría encajar dentro de esta nueva tendencia que crea puentes entre redes y territorios. Portoalegre.cc sería la versión más activista y contestataria de este camino híbrido de redes-ciudades. Cualquier ciudadano puede crear una causa o petición – como se puede hacer en Change.org, por ejemplo – pero geolocalizada en la ciudad. Una plataforma activista, vaya, para resolver problemas urbanos. Y aquí llegamos al punto quizá, más visionario y polémico al mismo tiempo: el crowd funding urbano. ¿Recaudar fondos colectivamente para financiar proyectos urbanos en la ciudad? El proyecto Low Line, que consiguió en la plataforma de crowd funding Kickstarter 155.000 dólares para revitalizar una parte de la High Line de Nueva York, es el ejemplo más visible.

Sin embargo, existe una creciente corriente crítica haca este crowd funding urbanístico. Alexandra Lange publicó recientemente un demoledor artículo contra el Urbanismo Kickstarter. Por un lado, criticaba la mega envergadura del proyecto. Argumentaba que un proyecto para instalar una mesa de ping pong en el espacio público que recaudó apenas 4.200 dólares dinamiza más la ciudad que el Low Line (gran texto, The Power of a ping pong table). Por otro lado, la crítica viene contra el denominado urbanismo pop up o bottom up (procesos de abajo arriba, normalmente auto gestionados horizontalmente) y su incapacidad de crear intervenciones sólidas a medio plazo. Ricardo Amasté, de la red Colaborabora, comentando mi texto Adhócratas al poder, alerta sobre ello: «la adhocracia, su flexibilidad, provisionalidad y estructuras ligeras podrían terminar no siendo más que otro intento de redefinición del capitalismo en su faceta inmaterial. Una celebración carnavalesca del (neo)liberalismo perversamente disfrazado».

El riesgo existe. La sociedad P2P auto organizada en red y horizontalmente tiene cierta similitud con la idea de big society que el Partido Conservador del Reino Unido lanzó en 2010 antes de las elecciones para «empoderar a los ciudadanos». «El objetivo reconocido – recogía el documento oficial – es crear un clima que empodere a las comunidades, construyendo una «gran sociedad»  que cogerá poder de los políticos para dárselo a la gente». Que las instituciones puedan aprovecharse de las comunidades y dejar de cumplir algunas funciones correspondientes al poder público es, sin duda, un riesgo. Principalmente, si no abren mano de su poder, presupuestos y profesión política. Si se apartan del camino y ceden la gestión política al 100% bienvenida sea la big society.

¿Qué diferencia existe entre la sociedad P2P y la big society? Una principal: en el mundo P2P el intermediario sobra, los políticos serían verdaderamente innecesarios. Por eso, me parece interesante que algunas instituciones estén cediendo espacios y gestiones a colectivos y comunidades (El despertar del comunal urbano, un gran texto) para encontrar fórmulas intermedias. Que Bristol cree una plataforma de crowd sourced placemaking o el Ayuntamiento de Madrid ceda el Campo de la Cebada son una forma de convivencia de instituciones y ciudadanos. Aunque quizá, para espantar, todos los fantasmas neoliberales, el siguiente paso sea un verdadero crowd funding en el que los ciudadanos puedan escoger en qué gastar los presupuestos. Y no sólo en prácticas inmediatas pop up, sino en las intervenciones a medio y largo plazo. El Estado debería ser apenas un paraguas que garantice la igualdad de oportunidades y que cree un marco neutro de intercambios P2P entre sus ciudadanos. Un velador e incentivador del procomún.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

 

La ciudad vista como un flujo de llamadas móviles

La socióloga Mimi Sheller define la ciudad como un «flujo de personas, vehículos e información». El proyecto Ville Vivante (ciudad viva), que transforma las llamadas de los teléfonos móviles en una vibrante animación, encarna a la perfección este concepto de ciudad de flujo de datos. La espectacular animación, realizada entre el Ayuntamiento de Ginebra, Lift y el genial estudio Interactive Things, mapea las llamadas en Ginebra realizadas entre las 5 p.m y las 6 p.m del pasado 2 de diciembre de 2011. Swisscom, el mayor proveedor de servicios móviles de Suiza, facilitó la localización de catorce millones de llamadas anónimas. Tras conseguir los datos, el diseñador Benjamin Wielder investigó sobre el movimiento real de las personas que efectuaban las llamadas. Las diferentes intensidades de naranja revelan los diferentes grados de actividad.

El proyecto incluye, además de la animación, seis gráficos interactivos sobre diferentes aspectos del estudio (flujos durante la noche o entre diferentes barrios, por ejemplo). Benjamin Wielder asegura que «la mayoría de los datos de una ciudad normalmente no se usan, pero dicen mucho de nosotros». Cierto: los datos pueden ayudar a las urbanistas a mejorar la ciudad. Pero hay que tener cuidado con el control vertical y centralizado de datos de la línea Smarter City de IBM. Grupos de trabajo como el de Ciudades y procomún, del MediaLab Prado, trabajan por otro orden de datos distribuidos y abiertos. Y proyectos como Open Energy o Data Citizen Driven City prueban que los teléfonos móviles pueden transformar la ciudad, gracias a la plataforma de hardware libre Arduino, en un red distribuida de ciudadanos interconectados que generan e intercambian datos por el bien común. Una red abierta y participativa que genera nuevas inercias de mejora urbana.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

#Greenvia en ocho tuits

«¿Qué herramientas crees que tienes para ofrecer a la comunidad y cuáles otras necesitas? ¿Qué aspectos crees que sería necesario cambiar en el espacio público en el que vivimos? ¿Tendría sentido hacer un mapa de “prioridades ciudadanas”? ¿ ¿Y… cómo gestionaríamos después esos espacios vacíos?». Estas preguntas las he sacado de la convocatoria del taller #Greenvía de transferencias de innovación social al espacio público, coordinado por el Vivero de Iniciativas Ciudadanas. El taller se celebró los pasados días 26, 27 y 28 de abril en el Matadero de Madrid. Unos cuarenta colectivos – muchos amigos míos – debatieron sobre procomún, ciudad, herramientas digitales, procesos, urbanismo P2P y largo etc. Como no pude asistir físicamente al evento lo tuve que seguir por Twitter, con streamings puntuales. He seleccionado ochos tuits de #greenvía, (des)ordenados intencionalmente. De esta manera no lineal cumplo con un objetivo que no pude cumplir por problemas de agenda: hablar de #Greenvia en este blog. En los huecos de los tuits puede que encontremos esa pop up city espontánea, temporal e imprevisible que nos saque de la era del ladrillazo.

@acorsin No hay práctica cultural sin componente ritualístico.¿cuáles nuevos rituales de ciudad #greenvia #procomún@zuloark @basurama@desdevic

@TetuanMadrid Una iniciativa genial de @desdevic es su Glosario abierto y colaborativo: http://bit.ly/JFjIuL #greenvia

@comunes Un poco de sociología de los ausentes: La presentación que hicimos en el #greenvia http://bit.ly/JgxQHO por si os sirve…

@intermediae Trabaja como si no importara el dinero ama como si nunca te hubieran herido, baila como si nadie estuviera mirando @vjrj#greenvia @procomun

@jaronrowan no estaremos romantizando con el esquema de olson (recurso-comunidad-gobernanza)procesos que son más conflictivos?#greenvia #procomún

@vjrj Despertando después del #greenvia literalmente distinto. Soy un adicto a esta sensación. Gracias mil a tod*s @desdevic@intermediae

@jararocha @intermediae @desdevic @comunes @volantebb un gusto #greenvia¡Gracias! Next step: #dancecommons -> ¡comparte tu código coreográfico!

@urbanhumano #greenvia se va de fiesta cc @intermediae @desdevic [pic] —

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Gaming the city

Juega en la ciudad. Deconstrúyela. Vuelve a construirla. Juega con otros. Reinventa lúdicamente tu urbe. No estoy queriendo hablar de videojuegos clásicos como el Sim City (construir ciudades), de GeoCities (hospedaje de dominios en un mundo virtual con ciudades y barrios) o de Second Life (mundo virtual). Quiero hablar de la ciudad física. De cómo las calles / plazas / parques pueden convertirse en una interfaz social interactiva. De cómo el juego puede convertirse en el corazón de la vida urbana. Juego, luego existo. 

El filósofo holandés Johan Huizinga abordó la antropología del juego en un libro visionario de 1938  Homo ludens. El juego no es apenas diversión. Es civilización. El homo ludens (que juega) completa al sapiens, que piensa. Y hace que el homo faber, el hombre que construye-fabrica tan mencionado por Karl Marx, continúe fabricando. El hombre juega, como los animales, pero sabe que juega. Somos, como diría Huizinga, algo más “que seres de razón, puesto que el juego es irracional”. Juego, luego existo. Por eso voy a mencionar algunos juegos basados en el espacio público y la tecnología.

Snake the planet (ver vídeo). El estudio australiano  Mobile Projection Units ha adaptado un juego de teléfonos móviles clásico, el Snake, a la vida real. Las formas coloridas se adaptan a paredes, fachadas, puertas. Los jugadores del Snake the planet compiten entre sí en el espacio físico.

City Fireflies.  El MediaLab Prado de Madrid ha desarrollado un juego interactivo para varios jugadores diseñado para la fachada del edificio. Objetivo: «reivindicar la plaza como lugar de juego, para lo cual los ciudadanos deberán eliminar las amenazas que aparecen en el espacio urbano». Apenas hace falta un teléfono móvil.

Koppelkiek. De todo el historial del fantástico estudio  holandés Whatsthehubbub (especializado en juegos en el espacio físico) me quedó con Koppelkiek, un concurso-juego en el que los ciudadanos hacían fotografías de amigos y/o desconocidos y conseguían puntos tras subirlas a una web. El juego consiguió revitalizar el conflictivo barrio de Hoograven, en Utrecht.

Revolutionary Games. Este colectivo neoyorquino está especializado en inventar juegos colectivos, lúdicos y activistas en el espacio público. Se reúnen todos los viernes, a las 12.00 pm en el Yippie Museum Café de Nueva York.

Commons the game. Una App para teléfonos móviles para mejorar los problemas de los barrios de la ciudad de Nueva York. Un simple sistema de recompensas le da cierto dinamismo y genera nuevas interacciones.

Chromaroma. Un juego que convierte el sistema de transportes público de Londres en un gran reto colectivo. Los usuarios se convierten en jugadores que tienen que hacer eficiente uso del transporte y de sus trayectos. Pueden formar equipos con desconocidos. Y no hace falta teléfono móvil, apenas la tarjeta Oyster Card (ticket). Ha sido un gran éxito a la hora de incentivar el transporte público.

Para más información recomiendo la web del estudio barcelonés radarq, dirigido por (el gran) Paco González.También el libro del proyecto Over the game, del colectivo sevillano Zemos98.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

Comienza la #Guerranarrativa

Mira bien el mapa. Bingo: reconoces el río Hudson, la isla de Manhattan. Exacto: Nueva York se llama Now. Ahora entra en el proyecto A more perfect Union, de Luke Dubois. Escoge el mapa del Estado de California. No encuentras las ciudades que buscas. Ya sabes por qué: Acting (actuación) substituye en a Los Ángeles; San Francisco se llama Gay. La explicación es sencilla: Luke Dubois construyó los mapas analizando las palabras más repetidas en las redes sociales. Nueva Orleans, años después del huracán Katrina, continúa llamándose Flood (inundación). De nada serviría que una marca o un Gobierno intentasen imponer una esencia a una ciudad. Nueva York, en la democracia semántica y colectiva de la sociedad en red, no significa exactamente negocios. San Francisco es más que tecnología.

Esta Unión Perfecta de Luke Dubois – prototipo de un nuevo mundo- se rige por otras normas. No sirven los mensajes verticales. Tampoco la propaganda movida por intereses. La historia – este presente que se estudiará en el futuro – no será más un cuento distorsionado por los vencedores. El pasado dejará de ser esa ciencia ficción forjada por filólogos (tesis defendida por Ortega y Gasset en La rebelión de las masas). Y las metarrativas del poder, esas armas de construcción masiva, irán cayendo por el abismo. Todavía existen. Suenan, machaconamente, al otro lado del espejo. La paz en la tierra. Hay un dios verdadero. Hollywood es una gran familia feliz. Pienso luego existo. La historia es progreso. Coca Mola, la sensación de vivir. Las descargas son sinónimo de piratería. Spain is different. Resuenan, desafinadas, dentro del laberinto. Pero empiezan a desvanecerse.

Soy optimista. Cada día tendrán más difícil imponer discursos, eslóganes. Cualquier metanarrativa se desmantela colectivamente a un ritmo asombroso. Y puede hacerse en tiempo real. Internet despedazó en unas horas una trabajada campaña de Loewe. Y es que la vida – gracias a la tecnología, a las redes – empieza a parecerse más a una narración colectiva que a un monólogo. Un Trendsmap sobre las etiquetas de Twitter más usadas dice más de un país que la portada de sus periódicos. De aquí a poco, habrá tecnología para saber en tiempo real la cara semántica de una calle. O el mapa de emociones de cada edificio. Si la historia hubiera estado contada colectivamente en tiempo real, puede que Barcelona fuese sinónimo de anarquismo libertario y no de Gaudí. La Habana no estaría (quizás, quizás, quizás) asociada apenas a barbudos revolucionarios. Tal vez fuese un eco de capitalismo y perfumes caros como los que protagonizaban las páginas de la revista Bohemia en 1959.

Guerranarrativa, sí. Con almohadilla (#), elegancia y mucha paciencia. Estamos en el punto de inflexión. No es una simple batalla de eufemismos. Es una guerra superior. Cierto: el poder-sistema sigue usando la neolengua que denuncia Ignacio Escolar. El copago sanitario es un necesario “ticket moderador”. Abaratar el despido es“flexibilizar el mercado laboral. Pero la neolengua es parte de un entramado mayor. El cuento adulterado del 1% sigue mitificando la propiedad privada. La democracia representativa es un mal necesario. El neoliberalismo, la única opción para salir de la crisis. Descargas=piratería. Compito, luego existo.

El colectivo de escritores italianos Wu Ming aboga por usar las historias como hachas de guerra: «La única alternativa que cabe cuando te imponen una historia es contar mil historias alternativas (…) Si una contra-narración existe, la máquina mitológica nos ayudará a construirla». Sabemos que mienten. Sabemos que manipulan. Sabemos que traicionaron a sus pueblos. Que descuartizaron la esencia de las polis griegas. Que traicionaron la ordenanza de 1523 de su idolatrado emperador Carlos V que ensalza el procomún de las plazas públicas. Sabemos que despedazan los principios de las religiones que imponen. Sabemos que cuando los inversores de Wall Street dejaron de negociar alrededor de un árbol y construyeron un edificio para la Bolsa violaron el espíritu P2P (de tú a tú) del capitalismo. Sabemos que mienten. Que encienden farolas en los días de huelga para aumentar el consumo energético. Mienten. Descaradamente.

Pero son débiles. Sus verdades se desmoronan. El emperador está desnudo. Y nunca fue tan fácil desmantelar una versión oficial. Jaques Derrida, papá de la deconstrucción, sería un tuitero empedernido. Decostruiría, reconstruiría. Deconstruiría versiones oficiales, para luego distribuirlas. Después, un cerebro de neuronas/ciudadanos en red, construirían una narración colectiva indestructible. Se acabó la era de escuchar pasivamente. Narremos. Arranca la era de la #guerranarrativa. Deconstruyamos su imperio de sandeces. Su baraja trucada de sub-principios. Contemos entre todos este mundo en tiempo real que se les escapa. Inventemos microutopías factibles que desmoronen la ridícula ciencia ficción de pasado que intentan imponer al futuro. Las micronarrativas harán explotar sus macromentiras. Inventemos, soñemos. Porque el futuro influye en el presente más que el pasado (gran dicho ciberpunk). Narremos, sí. Pero no sólo con antagonismo.

Co-construyamos nuevos imaginarios para la sociedad en red. Sabemos que la cultura es acción, co-creación, relación, y no un vetusto tocho enciclopédico. Los perroflautas son tecnociudadanos universitarios que investigan la democracia distribuída. Compartir es una tendencia cool en Silicon Valley. Cooperar es la esencia de la nueva era del crowd sourcing. Los internautas ´amateurs´ están protagonizando una nueva revolución industrial más horizontal y participativa. Los hackers son los científicos de una nueva Ilustración.  El copyleft es la base de la cultura pop y hasta de la Biblia. El procomún,  propiedad colectiva de bienes intangibles y espacios compartidos, tiene una raíz centenaria. El poscapitalismo de las comunidades reales co-construyendo es una solución deseable.  La nueva pluriarquía entierra milenios de torpes e imperfectas oligarquías. Narremos. Comienza la #GuerraNarrativa.

Publicaré diferentes artículos con la etiqueta #guerranarrativa durante los próximos meses. La idea es recopilarlos, junto con otros escritos por otras personas, y publicarlos en formato libro, con licencia copyleft. 

Ciudadanos P2P contra la crisis

Uno de los conceptos que más me gustan de los últimos años es el de ciudades p2P (peer-to-peer, par-a-par). Pero creo que nada mejor para explicar / traducir qué es una ciudad p2P (una suma de urbanismo P2P, cultura p2P, gobierno P2P…) que algunos casos concretos. El vídeo que encabeza este post pertenece al proyecto Nockin, un servicio de búsqueda de servicios entre personas. Cualquier ciudadano puede darse de alta gratuitamente, ofrecer un servicio o buscarlo. Los ciudadanos, conectados directamente al margen del Estado u oficinas de empleo públicas, puede encontrar la solución a sus problemas. Un detalle: no es obligatorio que haya dinero por medio. El intercambio puede hacerse como un trueque de servicios.

En el Vivero de Iniciativas Ciudadanas (@desdevic) recuerdan que Nockin es un heredero del proyecto SOS City, del colectivo barcelonés Platoniq. Este vídeo de presentación de SOS City muestra el camino de los Ciudadanos P2P: «Pueblo2Pueblo, Puerta 2 Puerta, Plaza 2 Plaza». ¿Por qué los Gobiernos demoniza la tecnología y concepto P2P y lo estigmatiza como sinónimo de piratería? ¿Por qué no entienden que el aparato del Estado es incapaz de gestionar una crisis estructural de paro galopante como la española y que la sociedad en red ya está moviéndose horizontalmente?

Una de las iniciativas surgidas a la luz del movimiento 15M que más me gustan es el Proyecto No.Ma.Des, una red solidaria de empleo que incentiva el intercambio de servicios a través de cupones solidarios. Por otro lado, recomiendo encendidamente Our Project, desarrollado por el colectivo Comunes con software libre, «una herramienta que facilita el trabajo cooperativo entre personas de cualquier parte del mundo, clase y condición». La única condición para participar es que el resultado, la solución un problema concreto, sea compartida y pública. Otros proyectos de comunes son Plantaré (una moneda comunitaria para el intercambio de semillas), MassMob (un gadget para lanzar y organizar reuniones inteligentes para las multitudes inteligentes que definió Howard Rheingold), Troco (una moneda virtual P2P) o Kune (una plataforma colaborativa). El Laboratorio del Procomún, del MediaLab Prado, para quien no lo conozca, investiga sobre todo esto. 

Mientras España sigue siendo uno de los países del mundo donde más caro es convertirse en trabajador autónomo, (un mínimo de 254 euros al mes, frente a los 10 euros mínimos al mes del Reino Unido) la cifra del paro crece. Los políticos y expolíticos se forran en el mercado. Y los ciudadanos P2P empiezan a resolver sus problemas de tú a tú, de Plaza2Plaza, y a dar la espalda a sus gobernantes y al mismísimo sistema.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net. En Twitter soy @bernardosampa