Reniego del chaleco para periodistas que la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, quiere promover entre los profesionales del sector. Lo tunearé. Lo convertiré en un #chalecoparatuiteros. Se lo daré a un parado para que cubra en primera línea la creciente represión policial de España. Se lo regalaré a un estudiante valenciano para que informe desde su teléfono móvil sobre la #primaveravalenciana. Donaré mi chaleco pomposo a un ciudadano que esté reivindicando sus derechos en una plaza pública. Lo revenderé para registrar el dominio Chalecoparatuiteros.es. Ahora, una ronda de argumentos.
Soy periodista. Hace muchos años que soy miembro de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y de la International Federation of Journalism (IFJ) de Bruselas. Las asociaciones de periodistas son útiles, siempre que luchen por la libertad de expresión, la defensa de la profesión y las condiciones laborales. Defiendo la libre circulación de periodistas por el mundo. Su papel (nuestro papel) todavía es importante. Condeno frontalmente los ataques a periodistas y fotógrafos que se han producido reincidentemente desde el 15 mayo de 2010 en España.
Soy periodista, sí. Pero hace un tiempo que en mi perfil de Twitter he colocado la palabra «posperiodista». El ecosistema informativo ha cambiado radicalmente: la información ya no es monopolio de los medios. Los ciudadanos informan. Muchos compañeros tuiteros cubren mejor las plazas / calles que algunos compañeros periodistas. Y, sobre todo, llegan antes. Sí, señora Cristina Cifuentes, el tuitero @fanetin es más grande que @el_pais en algunos mapas informativos. Incentivar el uso de chalecos para periodistas es una estrategia tosca. Cifuentes quiere convertir Madrid en Bagdag. Quiere transformar las plazas públicas en un territorio en guerra. Distribuir #chalecosparaperiodistas no es un guiño a la prensa. Es un clave para que la policía reprima su porra fácil frente a los achalecados. Es un guiño para que la policía apenas atice a ciudadanos No Periodistas. La señora Cifuentes ignora la ordenanza de Carlos V de 1523 que define a la plaza como un «lugar de encuentro para todas las funciones sociales, oficiales o de diversión y esparcimiento». Y los chalecos para periodistas son un paso más en la estrategia de criminalización de los movimientos ciudadanos altamente digitalizados que han roto el monopolio informativo de la prensa. El chalequito facilón es otro intento de deslegitimar ese movimiento pacífico (15M) que el PP elogió tanto en su informe para conseguir los Juegos Olímpicos de 2020. El próximo paso será empotrar periodistas en las fuerzas policiales, como hacen los marines estadounidenses en sus guerras. Los beduínos del Sahara o los samis nómadas del Ártico han visto las tétricas escenas de la represión policial en Valencia. Pero Ellos Allá Arriba siguen manipulando, ayudados por los guiñoles de cierta anti-prensa chalecable: los manifestantes son violentos.
Cifuentes, señora de la guerra, becaria de emperatriz: no queremos chalecos para periodistas. No queremos que Madrid sea Bagdag. Queremos las plazas con las que soñó Carlos V, el emperador perroflauta. Queremos que ningún ciudadano sea vapuleado por las fuerzas policiales. Queremos que los periodistas informen. Queremos que los ciudadanos retuiten las plazas en tiempo real. Queremos una #twitternación sin represión. Y si ustedes – FAPE y Delegación del Gobierno – insisten en que me coloque un #chalecoparaperiodistas empezará la batalla del #chalecosparatuiteros. Además, la FAPE perderá un asociado. Y Cifuentes ganará un enemigo (ya que para algunos todos somos enemigos del poder).
No a la guerra. #chalecosparatuiteros ya.
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