De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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140 caracteres para Ulises

 

Este texto es un extracto de mi libro #24H,  que tiene forma de blog y está licenciado con Creative Commons. Ya está disponible a 1,99 euros en formato PDF interactivo, Epub, mobi (para Kindle) y en papel. En Amazon también está a la venta. La copia está liberada. Existe una sala de remezclas. Cualquier puede enriquecer (con links, textos, vídeos) #24H o este fragmento.  

Tras abandonar Troya, Ulises comenzó su viaje de regreso a Itaca. En el país de los Cíclopes, Polifemo se comió a algunos de sus compañeros. En el país de los Cimerios consiguió hablar con los muertos, con su madre Anticlea o con el mismísimo Aquiles. Antes de llegar a su añorada Itaca, el hogar que había dejado hacía veinte años, Ulises tuvo que sortear el peligroso estrecho entre Escila y Caribdis. Cuando por fin regresa a Itaca, descubre que su palacio está en ruinas, invadido por un grupo de latin lovers que quieren cepillarse a su esposa Penélope mientras desvalijan los víveres y los cuadros. Ulises se da cuenta – después de muerto – que lo mejor de su viaje a Itaca no había sido su destino, sino el mismo viaje, el transcurso, el recorrido.

Ulises, el 16 de junio de 1904, emprende otro viaje. James Joyce barrunta ideas y crea una novela pretenciosa que quiere reflejar una época. El viaje ya no dura veinta años, y sí veinticuatro horas. El trayecto ya no es el mundo, sino Dublín, una sola ciudad. El pequeño burgués Leopold Bloom podría ser el Ulises de Homero, claro. Quizá Ulises cambie de máscaras. Tal vez sea el escritorcillo Stephen Dedalus o el ambicioso Buck Mulligan. Da igual, al final del viaje, de la ciudad, descubre que lo más interesante no era el destino, sino el trayecto. Descubre que la historia es una pesadilla de la que intentamos despertar.

El 16 de mayo de 2011, Ulises pasea por este blog, por este laberinto de citas, máscaras, hashtags y espejos. Alguien, hace unos comentarios, le ataca: «Ulises, pelotudo, estás igual de perdido que hace dos mil años, hijo de las mil putas». Sigue caminando, viajando, cada vez más extraviado. Otro comentario despedaza incluso al propio James Joyce: «Tu maldito monólogo interior, ese bosque-adorno que los críticos han endiosado durante un siglo, es una bazofia, un torpe mecanismo del pasado. El 16 de mayo de 2011, el monólogo interior es exterior. Se llama Twitter. Ulises no entiende que ya no es una versión Alfa, exacta en su forma y límite, sino una eterna versión Beta, en pruebas, manoseada colectivamente, casi-perfecta en su búsqueda.

Quizá por Ulises eso acaba claudicando cuando alguien le encierra en 140 caracteres: «Ulises, según la Frikipedia, es el pseudónimo de Eric Clapton, dios del Pentagrama. Su máxima era: para qué viajar si puedo quedarme en el sofá». James Joyce, que vislumbró la época de la inmediatez, tampoco sobrevive tras los barrotes del hashtag #elautorhamuerto . «El escritor maldito se ha extinguido, #elautorhamuerto, nosotros te escribimos».

Ulises, Joyce, como Dios, están muertos porque no entendieron que un dia tiene 50.900 horas de You Tube. Que una hora es un flujo tranversal, desordenado, rizomático y personal donde caben los veinte años de Ulises y las 24 horas de Leopold Bloom. El universo entero, con la url repeinada, cabe en un tuit. Pero están muertos, sobre todo, porque no entendieron la inteligencia de la multitud. Porque no comprendieron que los relatos colectivos que escuchaba Homero para escribir La Odisea están de vuelta. «Nosotras parimos, nosotras te escribimos», dice alguien en la calle «#elautorhamuerto». Para qué volver a Itaca, dice otro, si en el mundo posideológico, como preconizaba el entrañable techno-pirata Hakim Bey, «algunos viajan en Internet sin salir del cuarto».

Pero no te desesperes, Ulises-James, quizá estés vivo en el libro Yellow Chair que los vecinos de Anab Jain, una india residente en Londres, escribieron gracias a un experimento genial. Cuando Anab supo que alguien usaba su señal Wireless se dio cuenta que no conocía a sus vecinos. No conocía a casi nadie en el Planeta Que Había Substituido las Plazas por Shopping. Por eso colocó un puesto de acceso a Internet gratuito en la puerta de su casa. Un ordenador, una cámara. Barra libre de bits. Su Yellow Chair rompió con el aislamiento crónico de los vecinos. Disparó el sentido comunitario del barrio. Hizo posible la construcción colectiva de una historia. Por eso, no temas, James-Ulises, si un lector de este blog que no soporta el tostón de libro que dejaste a la historia te vuelve a aniquilar. Seguirás, de alguna manera, vivo en el río común de las historias. Cuidado, te atacan.

No pierdas la calma. Relájate. «Querido Joyce, eres un pedante. El autor ha muerto. Ciao, escritor de salón. Las historias son colectivas. Nosotros te escribimos. Hace exactamente tres minutos que he metido las mil páginas de tu librejo en la licuadora. He puesto un poquito de sal, un quilo de tomates, un cd (el plástico) de Metálica, cebollas, un dvd con porno casero, un diente de ajo, una cinta de Los Chunguitos, pimientos, El manifiesto comunista de Marx, un pepino, aceite, vinagre, El manifiesto cyborg de Donna Haraway, pan rallado, una peli (pirata y chunga) de Chuck Norris, un poquito de hielo… Y el libro ha desaparecido!!! Tranquilo Ulises, estás vivo dentro del nuevo super refrescante Gazpacho Cósmico Irregular».

Busco Djs de palabras para despedazar mi libro

 

Busco Djs de palabras. Busco remezcladores de metáforas. Busco lectores proactivos que quieran despedazar mi libro #24H. Todo vale: cortar, pegar, reescribir, completar, modificar, clonar. O remezclar con otras obras. ¿Por qué no? Un pedacito de Rayuela, de Julio Cortázar, tras la batidora remix, puede solaparse a #24H de forma natural. O un cuento de J.G. Ballard. O las instrucciones de uso de un medicamento contra la taquicardia. El resultado puede ser sorprendente. Mejor que el original, incluso. Mi sueño es ser un autor diluido: pasar a la historia como el que escribió la primera línea del código de un software libre y compartido al que algunos siguen llamando libro. Que el autor sean los otros, ellos, vosotras. Que se olviden de mí. #24H fue apenas el inicio de algo mayor. De algo que no controlo. Por eso la sala de remezclas está lista, esperándote, en la plataforma herramienta Booki.cc, que permite incluso dialogar con otras personas que estén remezclando el texto. Yo mismo ya he  hecho dos remezclas, extrayendo partes ya existentes y creando los nuevos capítulos, ‘Mientras ellos bloguean’ y ‘Mientras duermen’. Aplicando la terminología del software libre ambos capítulos sería ‘forks’ (bifurcaciones).

#24H nació con vocación experimental. Tiene formato blog. Recrea 24 horas en un planeta llamado Internet. Y su trama se desdibuja en el subconjunto de microhistorias, comentarios y diálogos incompletos del día 16 de mayo de 2011. Reconocerás el paisaje: la España que está a punto de ver la Puerta del Sol llena de ‘indignados’. Pero #24H no nació con voluntad descriptiva. Sus líneas son más arqueología que foto fija. Más restos fósiles de una época que testimonios certeros. Por eso, sea cual sea tu mirada hacia este nuevo milenio convulso, encontrarás en #24H algo que te golpeé. Anonymous. Crowd funding. La sociedad en red capeando la crisis. Democracia Real Ya. La lucha contra el copyright. El dinosaurio SGAE. El desamor. Europa que se desmorona.

Pero #24H nació sabiéndose un relato incompleto. Sus párrafos, siempre, serán insuficientes. Forman parte de algo mayor. De un relato colectivo que irá creciendo, fragmentándose, recomponiéndose, perdiéndose. Tal vez alguien, de aquí a un siglo, transforme un pedazo de #24H en una reverenciada obra de arte. Como hacía Marcel Duchamp convirtiendo un paraguas inservible en un aclamado ready made. O como hacía Andy Warhol, refritando iconos publicitarios y mitificándolos. Un párrafo inservible de #24H, de aquí a dos años, podría ser aclamado como una insuperable creación artística. O como el hilo lírico de una posópera electrónica compuesta en red.

Pero para ello #24H te necesita. En #24H faltas tú. No tengas miedo. La licencia Creative Commons escogida libera la copia y la obra derivada. #24H es una obra copyleft. Cualquier modificación será considerada creación, no robo. Cualquier cambio será mirado con respeto. La copia, para la editorial DPR-Barcelona y para mí, no tiene ningún significado negativo. Copia era la diosa romana de la abundancia. La copia es el mecanismo base de las neuronas espejo del ser humano. La copia nos hace humanos. Genera empatía, solidaridad, comunidad. La copia es la base de la inspiración. La copia es una prueba de amor, de admiración. Sin copia/inspiración, sin series de Flash Gordon y películas de Akiro Kurosawa, no existiría la saga de La Guerra de las Galaxias. Sin el blues de Howlin´Wolf Led Zeppelin no sería nadie. Sin copia no hay creación.

#24H te necesita. Entre otras cosas, para dejar en ridículo a una industria editorial obsoleta y al sistema de copyright talibán que hizo retirar un remake de El Hacedor de Jorge Luis Borges cocinado con amor/admiración por Agustín Fernández Mallo. La sala de remezclas de #24H pretende transportar a la demasiado solemne literatura al rincón remix al que ya han llegado la música o incluso la pintura después de los colages. Pero no me conformaría con una remezcla-maquillaje. Quiero Djs mash up – salvajes, irreverentes, desequilibrados – que mezclen sin complejos. Porque la escritura del futuro, como vaticina Kennet Goldsmith “tendrá más que ver con cambiar cosas de sitio que con crear nuevos contenidos”.

El libro #24H está disponible en formato PDF interactivo, Epub, mobi (para Kindle) y en papel en DPR-Barcelona. También disponible en Bubok (comprando el papel se consigue automáticamente la obra en formato PDF) y Lulu

 

Consejos de un pirata para que compréis un libro (Linked)

Hace poco más de un mes publiqué una entrada titulada Soy un pirata involuntario. Intenté denunciar algunas contradicciones: ¿por qué cuando compramos un libro en formato papel no tenemos acceso a una edición digital? ¿Por qué el precio de los eBook es tan elevado? Tras haber perdido el libro Linked, de Albert-László Barabási, en formato papel, intenté comprarlo en formato digital. Me eché para atrás: no estaba ni en formato ePub (para leerlo en tabletas) ni en Pdf. Apenas en el lector de Amazon, Kindle,  estaba disponible, por 9,65 dólares, frente a los 10,16 de la versión papel. Decidí convertirme en una cobaya pirata. No estaba dispuesto a pagar dos veces por un mismo producto. Me bajé una edición no legal de Linked en 4shared.

Y aquí estoy, pirata confeso, tocanarices e involuntario, para recomendar encendidamente que compréis este magistral libro de Albert-László Barabási (aquí una reciente entrevista en castellano con el autor). De paso, quiero probar que la circulación de una obra al margen del mercado puede repercutir positivamente en las ventas. Linked es un maravilloso ensayo transdisciplinar y multiangular. Cruzando matemáticas con filosofía, biología con informática, Albert consigue dibujar un certero retrato mestizo de las redes. Leyendo sobre topologías de redes, células o la estructura de Al Qaeda el lector entenderá atmosféricamente, mejor que nunca, qué es Internet y por qué ha supuesto el mayor cambio en la humanidad desde la noche de los tiempos. Por todo ello, recomiendo con entusiasmo que compréis este libro, por ejemplo, en Amazon. La editorial, eso sí, bien podría lanzar una versión en eBook más accesible, licenciarlo con Creative Commons o dominio público y liberar la copia. Traducirlo a otras lenguas al margen del inglés, no estaría mal. Y si tuviera una licencia abierta la comunidad ya lo habría hecho.

Os dejo con un párrafo maravilloso de Linked.

«¿Hacia dónde vamos desde aquí? La respuesta es simple. Debemos deshacer el envoltorio. El objetivo es entender la complejidad.  Debemos ir más allá de la estructura y la topología y empezar a focalizar en las dinámicas que tienen lugar a lo largo de los vínculos. Las redes son apenas el esqueleto de la complejidad, las autopistas para los varios procesos que hacen bullir el mundo. Para describir la sociedad debemos vestir los links de las redes sociales con verdaderas interacciones dinámicas entre personas. Para entender la vida debemos empezar a mirar a las dinámicas reaccionales a lo largo de los vínculos de la red metabólica. Para entender la desaparición de algunas especies en el ecosistema, tenemos que reconocer que algunas son más fáciles de cazar que otras».

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Mi libro #24H es un virus troyano

La imagen es de  Starfive y tiene licencia Creative Commons.

Hace un par de semanas hice una entrada en este blog diciendo que #24H – una obra que me ha publicado la editorial DPR-Barcelona – no era un libro. Escribí que #24H era una trampa. Que podría ser un blog off line. Un edificio deconstruíble. Un palco. Una caja de herramientas. Un laboratorio de mercado. Después seguí dando pistas en otro texto titulado Mi libro copyleft vale un tweet, en el que explicaba por qué regalábamos el libro por el precio de un tweet, por qué nos interesa que la obra circule y por qué la copia está liberada.  Tenía guardado un ciberas bajo la manga: una definición más explosiva para este #24H que hoy presento en Barcelona (ZZZINC, 19.00 horas).

#24H no es un libro: es un virus troyano. Me explico. Utilizo la segunda definición de virus de la Real Academia de la Lengua: » programa introducido subrepticiamente en la memoria de un ordenador que, al activarse, destruye total o parcialmente la información almacenada». Y la remezclo con una parte de la entrada de Wikipedia. Me interesan dos de los objetivos de un virus troyano según dicha enciclopedia:

-Ejecutar o terminar procesos.

-Apagar o reiniciar el equipo.

#24H no es un libro, pues. Es un virus troyano. Los griegos, escondidos en un caballo,  conquistaron la fortificada ciudad de Troya. Un virus (troyano) se presenta al usuario «como un programa aparentemente legítimo e inofensivo pero al ejecutarlo ocasiona daños». #24H aspira a ser un troyano en el mundo editorial. Queremos que entre en la fortaleza del copyright, en el modelo de negocio del siglo XX.  Y que ejecute un proceso: reivindicar las licencias libres, el valor de lo compartido, las narraciones colectivas, el diálogo con los lectores, los remakes libres de las obras, los precios razonables para los formatos digitales…  Y pretende apagar o reiniciar el equipo de la industria editorial que no está entendiendo las reglas de la nueva era. Por lo menos una parte del sistema.

#24H es una excusa troyana, vaya, para hablar de algunos asuntos presentes en el escrito y para abordar estos tiempos convulsos en los que vivimos:  el copyleft, la participación ciudadana, 15M, Anonymous,  urbanismo P2P, crisis de la democracia participativa, la Europa que se desmorona, el procomún, la corrupción, la sociedad en red, la remezcla o la cultura digital…  #24H, además, es un intento de viabilizar otro modelo de gestión cultural sin tantos intermediarios. #24H -virus, libro, trampa o prototipo futurible-  está aquí para quedarse. Para quedarse mutando, fragmentándose, desvaneciéndose. Cualquier lector podrá despedazarlo, remezclarlo o continuarlo en la sala de remezclas que hemos preparado. Larga vida a la nueva Troya, como tal vez hubiera o hubiese escrito Homero en su Odisea, el libro que remezcló narraciones colectivas, ese poema milenario copyleft.

#24H está disponible a 1,99 euros en formato eBook para Kindle, ePub para tabletas y Pdf interactivo. En papel, está disponible en Lulu y Bubok.


#24H, mi nuevo libro remix


#24H, mi última creación, ya está para todos aquellos que quieran usar el  sistema Pay with a tweet. Basta tuitear desde este link para conseguir la primera parte de #24H en formato PDF interactivo. Mañana, pondremos todo el libro entero a golpe de tweet.  Paulatinamente iremos ocupando formatos, plataformas digitales, papel. Hemos llamado a la estrategia ‘occupy plataformas’.

Presento #24H el día 16 de mayo en Madrid (Matadero,Paseo de la Chopera, 14, en la Offficina, 19.30 horas) con una conversación entre Virginia Pérez Alonso (directora de 20 Minutos.es), Pepe Cervera (periodista), Stéphane Grueso (cineasta, activista), el colectivo Zuloark y yo. En Barcelona, lo presento el día 23 de mayo (ZZZINC, Sant Vicenç 33, 19.00 horas) en una conversación entre José Luis de Vicente (investigador cultural, net-thinker) y yo. A todo esto, creo que #24H no es un libro. Como no sé exactamente lo que es, insinúo algunas posibilidades (así es la nota de prensa que he enviado a los medios).

#24H es un blog off line. El (casi) autor comenzó a garabatear lo que hoy llamamos #24H en el año 2007 en un documento de texto.  El formato emulaba un blog: una entrada, comentarios ordenados linealmente. El (casi) autor, entonces, estaba interesado en la realidad virtual, en Second Life, en las narraciones distribuidas de la red, en la ciberpolítica. Durante la Primavera Árabe retomó la escritura frenéticamente. Algunos de los garabatos de 2007 estaban sucediendo. Tras la explosión del 15M español, el (casi) autor continuó escribiendo el blog off line hasta completar 24 horas de linealidad. El blog-libro-relato recrea 24 horas, entre el 16 y 17 de mayo de 2011, en un planeta llamado Internet, justo antes de que la Puerta del Sol de Madrid se llenase de “Indignados”.

#24H es una trampa. Recrear linealmente un día en el siglo XXI es una osadía (una trampa). El tiempo es una sustancia fragmentada, deterrioralizada, cóncava, convexa. Un día en You tube tiene 50.400 horas de vídeo. 2.100 días caben en un día. 70 meses, en 24 horas. #24H tiene links, ecos del pasado, tweets que circulan, salidas, túneles, lectores que se refugian en chats paralelos. El flujo del blog es una trampa.

#24H es un edificio deconstruible. Cualquier lector puede deconstruir #24H. Puede leerlo de principio a fin. Pero también de forma oblicua. Puede eliminar una parte. Puede imprimir partes del libro gracias a un sistema de etiquetas. Existen tantos libros como lectores.

#24H es un relato coral. Las musas no han escrito #24H. La inspiración no es exclusivamente el alimento creativo de su (tal vez) autor. La escritura se basa en otros relatos, en otras inspiraciones. #24H forma parte del torrente de la historia.  Aunque buena parte es un libro de ficción, en sus líneas hay referencias, citas, realidades, tweets reales, pedazos de blogs. #24H es más un collage que un cuadro. Además, el autor colgó pedazos de #24H en su blog Alfacentauro.info e incorporó comentarios de sus usuarios en el río / relato.

#24H es un palco. Cualquier puede subirse a #24H, gritar, llorar o reir. También, cualquiera puede subir y limitarse a escuchar al público sin pronunciar una palabra.

#24H es remezclable. Cualquier lector puede descuartizar #24H, podarlo, rescribirlo. La licencia Creative Commons lo permite. El autor y la editorial creen en la creación colectiva. El remix es deseable. #24H es un código fuente. Cualquier puede mejorarlo igual que hacen los programadores de software libre o los Djs. Por eso existirá (en breve) una sala de remezclas para los DJ de palabras.

#24H es una caja de herramientas. Cada palabra puede ser un tornillo o una tuerca que encaje en otros lugares. Cada párrafo puede ser un alicate que transforme otra pieza en algo diferente. Cada página  puede ser un clavo que sostenga una estructura mayor.

#24H es un laboratorio de mercado. #24H es una cobaya voluntaria del mundo editorial. Pretende iluminar un camino. Vendiendo #24H a 1,99 euros en formato digital, el autor y editorial desean probar que hay otras fórmulas editoriales al margen de las fábricas de best seller. También quieren probar que liberar la copia sin fines lucrativos incide positivamente en el autor, editorial y obra.  Y que Internet es el mejor aliado (no enemigo) de la cultura.

#24H es un cajón de sastre. Los lectores de #24H (el blog) meditan sobre la crisis, las hipotecas, el capitalismo que “proyecta logos sobre la luna”, las ciudades patrocinadas, la corrupción, Internet y una clase política desprestigiada. En #24H conviven el movimiento hacktivista Anonymous con el subcomandante Marcos; Italo Calvino con la Bruja Avería; pensadores como Félix Guattari, Manuel Castells o Hakim Bey con Mortadelo y Filemón; Democracia Real Ya con Pancho Villa; Naomi Klein con Leo Bassi; el Manifiesto Cyborg de Donna Haraway con Karl Marx; Einstein y los sonidos bastardos de las favelas de Río de Janeiro. Desamor, frustración, copyleft, utopías, cibermovimientos, contrapublicidad, Djs mash up, sueños, especulación, cartografías subjetivas, Twitter, neo-realismo mágico, wikiplazas, ciberpunk, volcanes en erupción. Y una Europa que se desmorona.

#24H es el inicio de una era. Más que un día en la tierra, con Madrid y la incipiente Spanishrevolution al otro lado de la ventana/frame, #24H es un espejo tuerto, empañado y crítico en el que se refleja el mundo, toda una época. #24H es apenas la primera línea de una nueva era que se precipita hacia un futuro misterioso, vibrante e imprevisible.

 

Decálogo de prácticas culturales de código abierto

Comunidad Autoorganizada y autoregulada. Imagen del primer capítulo de #10penkult10penkult.cc

Recomiendo con entusiasmo el libro Decálogo de Prácticas Culturales de código abierto v 1.0. Podéis descargarlo gratuitamente en 10Opencult.cc. El libro fue escrito colectivamente hace unas semanas bajo la modalidad de un booksprint (una actividad en la que se reúnen un grupo de personas durante 3-5 días para producir un libro de manera colaborativa a través de un proceso facilitado y dinamizado) en un rincón de el País Vasco con la herramienta colaborativa booki.cc

El libro fue escrito por algunas de las personas más activas en España de la denominada cultura libre. Acá el listado completo con sus cuentas de Twitter:  Maria Ptqk (@ptqk), Marga Padilla (@cien_margaritas), Txelu Balboa (@volantebb)Sofía Coca (@preescolar)Jose Luis de Vicente (@jldevicente),  Jaron Rowan (@sirjaron), Marta G. Franco (@teclista)Jara Rocha (@jararocha), Kamen Nedev (@kamen)Pedro Soler (@pedrosoler)Susana Serrano (@_russiandolls),  Maite Fernández (@cacharritox)Josean Llorente (@josianito), Eva Calavia y David Orriols.

He recopilado pequeños fragmentos de este libro. Cada pedazo pertenece a uno de los capítulos del mismo. Espero que os gusten. El decálogo puede continuar siendo rescrito por todo el mundo.

Comunidad. No basta con quererla hay que comprenderla. 

¿Qué es la comunidad 2.0? Una red de cooperación mediada por una *interfaz. La interfaz pone las reglas del juego, “escucha” el rumor de la red y atiende sus demandas. La interfaz es permeable a la participación. No pisotea la red de cooperación, la respeta y la valora, porque el valor está en la red. La comunidad de código abierto, y lo que esta produce, es sentida por todos sus miembros como propio. Aunque lo que se produce puede tener una autoría personal clara y reconocida, la resultante de la cooperación multiplica la potencia productiva y esa potencia no es exactamente de nadie en particular.

Participación: del botón de «me gusta» a fotmas de autogobierno. 

«No concebimos la participación como el acceso a instituciones o plataformas cerradas sino que al contrario la pensamos como la habilitación a procesos de toma de decisión colectivas marcadas por la temporalidad, la mutabilidad y la reflexividad. La participación se sostiene sobre procesos constantes de feedback entre los recursos, plataformas o instituciones y las comunidades que las explotan y construyen. La participación necesita de autonomía y conduce hacia formas de autogobierno».

Mediaciones. Dispositivos culturales para el encuentro.

«Es clave entender las mediaciones como los órganos de aprendizaje de un proyecto o institución cultural. No se puede aprender de un ecosistema mirándolo siempre desde un dentro: es fundamental construir y mantener dispositivos de escucha activa que se encarguen de aprender de otros espacios, de otras comunidades, de otros modelos culturales, para volver con ideas nuevas que testear en su propia estructura. Para que no se cierre la comunidad, para evitar (si se quiere) situaciones de endogamia, para proveer de conflictos a un proyecto (y no ser un mecanismo de autocomplacencia), las mediaciones son también dispositivos de encuentro con su afuera».

Transparencia hoy: un valor central en la cultura democrática contemporánea

«Dotar al proceso de transparencia significa habilitar el acceso a cada una de estas etapas, y si podemos acceder a ellas, es posible hacerlas más útiles y provechosas. (…) De todas las fases que componen el desarrollo de un proyecto creativo, tradicionalmente hemos tenido acceso sólo al resultado final. Si todas o algunas de las fases anteriores que antes eran opacas se vuelven transparentes, la relación de las usuarias con el proyecto y su autoría (sea individual o colectiva) cambia, pero además, es posible que se incorporen nuevas usuarias».

Sostenibilidad. De lo ético a lo estratégico

«Antes de diseñar los parques públicos, las urbanistas soviéticas esperan a que caiga la nieve. ¿Por qué? Porque así son las personas que transitan diariamente por ese espacio quienes trazan de manera natural los recorridos que les resultan más convenientes. Sobre el rastro de esos pasos espontáneos, se diseña la estructura de los parques. Los llaman caminos del deseo. En el lenguaje común, los caminos del deseo son los atajos, los recorridos alternativos construidos a partir del uso que suelen aparecer en las zonas verdes de las ciudades. Son una forma de diseño bottom-up, de abajo hacia arriba. En un texto escrito para una serie de fotografías de Ismael Teira, Marisa Gómez los considera como “indicios de un espacio vivo, constantemente creado y destruido por quienes lo habitan” y como “el rastro visible de un acto político”. Citando a Gorgie R. Felix Perez-Hita nos dice: “La clave del caminito de deseo no es sólo que sea un sendero que haya hecho una persona o un grupo, sino que esté hecho contra la voluntad de alguna autoridad que querría que fuéramos por otro camino menos conveniente”.

P2P

«Las prácticas p2p se han extendido más allá de compartir archivos, fomentadas por soportes tecnológicos y por un marco institucional y normativo emergente (licencias libres como las *Creative Commons, entidades que promueven la cultura libre, etc), y permiten aflorar nuevas formas de pensamiento y de conciencia compartida. En palabras de George Siemens (2010), “la gente no piensa junta para llegar a determinadas conclusiones, sino que más bien cada uno de nosotros piensa por su cuenta y obtiene valor colaborativo de la conexión y la combinación de ideas”.

Afectos Ética de los cuidados. Poner la vida en el centro

«La relación de estas prácticas con la autogestión y los centros sociales es, en ocasiones, muy estrecha. Es el caso de los Ladyfest, festivales que se organizan bajo una ética que ha pasado del DIY (hazlo tú misma) al DIWO (hazlo con otras). El caso de Ladyfest, representa, además, un ejemplo de organización descentralizada y autónoma, generando nodos replicables que no dependen de ninguna estructura central. Este movimiento surge como respuesta a los circuitos de música hardcore estadounidenses de finales de los 80, espacios hipermasculinizados y machistas, que propiciará la aparición de las Riot grrrl, movimiento musical feminista cercano al punk y a todo su arco de influencia. Entre sus manifestaciones más populares están los Ladyfests que se han desarrollado en ciudades tan dispares como Olympia, Madrid, Sevilla, Berlín, Londres y un largo etcétera. El festival no tiene porque ser grande, ni pequeño, ni estrictamente musical: Ladyfest se construye a partir del colectivo que lo sustenta y le da forma, a nivel local e independiente de otros Ladyfests»

The work of art in the age of Re

«Re-, en primer lugar, apunta a otro concepto del tiempo, el circular, al que alude Nietzche en su concepto del eterno retorno en contra de la linealidad del cristianismo. La idea de tiempo circular es, además, contraria a la linealidad del ideal de progreso que plantea el capitalismo en su sinfín de nuevos productos, de desarrollo y avance, de *obsolescencia programada. (…) Ahora el pasado es siempre presente, la cultura del link ya teje una red de conocimiento que desborda la linealidad y crea un eterno presente. Un fondo que permite un sinfín de recombinaciones y reutilizaciones».

Ensayo y error. Equivócate mejor. estética de la caída

«Como decía Francis Alÿs,»…. realmente el espacio que me interesa está en el proceso, o en el intento, en este avance sin fin que yo veo como el espacio real de producción» (…) Este enfoque – el de usar cierto software no para lo que se ha diseñado, sino de manera inapropiada – entronca con una rica tradición que se remonta a los inicios de la cultura en red. Estamos hablando de la *cultura hacker, cuyo principal rasgo distintivo es precisamente, esa actitud lúdica de trastear e intentar llevar más allá de su uso normativo las herramientas. El espíritu, o actitud hacker, nutrida en los entornos académicos de finales de los 50 del siglo pasado, ha resultado una de las principales fuerzas motrices de desarrollo e innovación tecnológica».

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

«La editorial del futuro será una App móvil»

 

Crisis de valores. Crisis de modelo mediático. Crisis de sistema. Bruno Galindo recrea en su novela El Público (Lengua de Trapo) los años previos a la crisis en una España anestesiada por suplementos de moda y la burbuja inmobiliaria. Como punto de partida elige una reunión entre una consultora y un periódico de izquierdas que ha perdido sus lectores de entre 25 y 40 años.  A partir de ahí, el protagonista,  Nuestro Hombre, una especie de anarquista que acabó vendido al sistema, inicia un viaje personal que resume un país, un continente y una clase media superficial. El Público concluye con una «explosión colectiva» en un final abierto. Entrevisto a Bruno Galingo en mi blog personal Desde Alfa Centauro. Para Código Abierto he seleccionado las preguntas que más tienen que ver con tecnología, nuevos paradigmas de la cultura y redes.

Nuestro Hombre, el protagonista de El Público, crítico con el sistema, acabó engullido por el mismo: siendo redactor de moda, tendencias para ricos, rodeado de marcas. ¿Hasta qué punto resume a la clase media española, europea, antes de la crisis?

Sólo en cierto modo. El personaje pasa de una aparente autenticidad a una curiosa capacidad de tragar con todo es una especie de anarquista frustrado que vive esperando una señal para salir a luchar- a. Quizás la clase media a la que mencionas ha, hemos hecho el camino inverso: antes estábamos bien y sólo a partir de la crisis estamos tomando cierta conciencia. Desde mi punto de vista, también hay una parte de nuestra clase media que creyó en la riqueza fácil y tuvo una conducta auto indulgente. Por ejemplo: ¿cuánta gente de clase media se metió a comprar casas para hacer negocio, contribuyendo a la desestabilización del precio del suelo? Habría que hacer un examen de conciencia y admitir que, durante años, parte de la ciudadanía vio normal comprar por tres y vender por diez (que es lo que hacen los bancos). Nuestro Hombre es autoreferencial y se corrompe por cuatro perras sin dudarlo demasiado, pero él ha hecho el camino inverso. Hay otros puntos discrepantes. Por ejemplo, la clase media española es (o era, según cuando se lea esto) fundamentalmente asalariada. Nuestro Hombre es un freelance. Y en España los freelances ni representan a nadie ni son representados por nadie.

¿Por qué el mundo cultural – y el editorial concretamente – siguen basando sus campañas en inversiones publicitarias, marketing clásico, agenda de grandes medios, ruedas de prensa, entrevistas con periodistas etc?

Por costumbre. Por falta de curiosidad. Por inercia. Ojo, también hay editores que han entendido que el negocio es un experimento, y como tal debe estar abierto porque de otro modo su existencia peligra. Dentro de muy poco habrá buenas aplicaciones que editen de modo automático; lo hemos visto en los ámbitos del texto corto o medio, la foto, el vídeo. La editorial del futuro será una app. La agente literaria, un community manager que conozca el medio. Y los autores, quizás el mismo público.

Presentaste El Público mezclando spoken word con rueda de prensa. ¿Son importantes los nuevos formatos de presentación? ¿Y las campañas en redes, diálogo con twitteros o lectores?

Las presentaciones tradicionales de novelas son absurdas: le sirven más a los editores y a los autores -que se sientan a hablar de lo suyo- que al público (que aún no tiene elementos para comprender lo que se dice porque no han leido el libro). A mí me parece interesante leer un fragmento, y que la gente vea si le gusta lo que oye o no le interesa. O crear nuevos formatos de presentación. Por otro lado entendamos que la piratería empieza a ser un problema para muchos autores, que además están cobrando anticipos sustancialmente menores. Desaparece el dinero, y es legítimo que los escritores hagamos como los músicos, ganarnos la vida contando nuestras historias frente al público. Supongo que hoy los escritores debemos tener una estrategia digital (blogs, redes, vídeos, archivos sonoros) y otra presencial: lecturas, mesas redondas, presentaciones. Ojo: hablo de un perfil que me interesa a mí, no seré yo quien diga lo que nadie debe hacer. Muchos autores no tendrán la edad, la personalidad idónea o simplemente las ganas de explotar su presencia en modo perfoliterario.

El libro aborda la crisis de la prensa, del modelo mediático. En la pre crisis tener páginas llenas de publicidad era síntoma de éxito. Sin embargo, los lectores de entre 25 y 40 desaparecieron. ¿Por qué los medios no han entendido las redes, el mundo horizontal, conceptos como co-creación, interacción?

En la novela se parte de la desaparición de los lectores de 25 a 40, pero en el mundo real han desaparecido lectores de casi todas las edades. Acoto esos años para abarcar una horquilla generacional de la que me interesa hablar. Los grandes medios no han entendido las redes hasta hace poco -acaso por características precisamente generacionales- porque subestimaron internet desde unprincipio. No tienen excusa: han estado años mirando la revolución tecnológica de soslayo en vez de transformar sus productos al nuevo mundo. Aún hoy se ven actitudes empresariales que pretenden que sea el mundo tecnológico el que se adapte al de la prensa vieja escuela. Lo han hecho tarde y mal.

Pienso que el periodismo en España sigue funcionando bajo las órdenes de un viejo sistema de red vertical. Partidos políticos, gobierno, instituciones y marcas dictando agenda, ruedas de prensa sin preguntas, los mismos temas en las portadas…. ¿Estás de acuerdo con ello? ¿Será que ahí reside parte del problema de la crisis de los medios?

Quizás sí. Pero para no culpar de todo a los medios, hay que decir que la sociedad entera está enfocada a ese culto desde los partidos, las instituciones, las marcas. Estamos en un momento de tránsito del viejo al nuevo mundo, y es evidente que no todos tienen interés en que se produzca un cambio que quitará poderes aquí y los redistribuirá allá. De ahí las colisiones sociales que se están produciendo en todo el mundo. Volviendo a la prensa, gracias a twitter, la horizontalidad ya está bastante asumida. Los medios se están inspirando claramente en el timeline de twitter: mira el “está pasando” que ha implementado elpais.com, por ejemplo. Está claro que el verdadero temario de noticias en una comunidad, sea esta regional o internacional, es la lista de trend topics (obviando los que están patrocinados). La tecnología ha dado la oportunidad al público de decidir qué le interesa, rompiendo el monopolio de los medios. Pero en fin, todos sabemos estas cosas a estas alturas.

¿Consideras que el formato de la cultura, el considerar las obras «productos cerrados y definitivos» está sobrepasado?

Sí. Pero no todos los ámbitos están en igual de desfasados. Por ejemplo, la música ya ha entendido el fenómeno de la remezcla; lleva años de experiencia y se puede decir que más o menos han aceptado la incorporación del usuario en el proceso. También en
periodismo se sabe que un artículo no está completo sin los comentarios de quien lo ha leido, así que queda permanentemente abierto, pues puede recuperar vigencia en función de la actualidad. El cine -donde aún hay barreras muy claras entre espectador y autor- está en búsqueda de su futuro en esta era. El teatro y el arte plástico, uno por su formato enteramente presencial y el otro por su relación con el mundo físico, van un poco más por libre y están más bien fuera de esta charla. La literatura -que es lo que nos ocupa si hablamos de una novela- es la última de las artes en incorporarse al proceso, creo yo. El mundo editorial da la impresión de no haberse dado por aludido en las debacles de otros ámbitos dedicados al contenido -música, cine, periodismo-, o de haberlo hecho muy recientemente. A mí me llama la atención la falta de curiosidad del mundo del libro, que no se haya sentado con gente del mundo del disco y le haya preguntado: oye, ¿a ti qué te pasó?

¿Cómo debería adaptarse el mundo editorial a la era de la transparencia de los procesos? ¿Un libro o película no podrían comenzar  antes de su parto, en su proceso? ¿Acaba una obra literaria cuando la concluye un autor o continúa después?

El libro es un experimento abierto, lo que permite todos esos procesos de intervención que tú sugieres, y otros que aún no imaginamos, tanto on line como off line. Pero eso ocurrirá en el libro electrónico más que en el libro tradicional. La tarea principal de las editoriales -que han de defender puestos de trabajo y también lo valioso de su experiencia desde Gutemberg hasta hoy- estará en conciliar lo viejo y lo nuevo. Hay mucho por hacer. La literatura entra, con todas esas adiciones a la periferia de las obras, en una era fascinante.

¿Hasta qué punto el copyright está impidiendo la continuación de las obras tras su comercialización?

El desafortunado episodio entre Maria Kodama y Agustín Fernández Mallo pone de manifiesto el desencuentro entre el viejo y el nuevo mundo. Recordemos que la viuda y albacea de Borges ha obligado a Alfaguara a retirar del mercado “El hacedor (remake)”, donde el escritor mallorquín trabajaba en una interpretación personal y contemporánea de materiales del clásico borgiano. Lo de Kodama es penoso. Seguramente no tiene a nadie cerca que le haya explicado que una remezcla es, en primer lugar, una declaración de admiración.

El libro acaba con una interrupción, con una eclosión social, un despertar colectivo. El espíritu del 15M se cuela (eso creo) en un final abierto. ¿Cómo te influyó el 15M a la hora de redimensionar o retocar el libro?

Me dio cierto quebradero de cabeza, porque la novela estaba terminada en 2009 y yo no quería quedar como un oportunista que traía “una novela sobre el 15M”. Pero decidí no intervenir sobre lo ya escrito. La cosa estaba en el aire, como se suele decir.

Soy un pirata involuntario

 

Acabo de descargar en mi ordenador una versión digital del libro Linked, de Albert-László Barabási, desde el sitio 4Shared. No he pagado nada. Antes de que Mr.Wert, el ministro español del macarrismo ilustrado, me acuse de piratería, os confieso un detalle: yo compré este libro en formato papel, vía Amazon, hace unos meses. Pagué 16 dólares, más gastos de envío. Consideré su contenido lo suficientemente interesante para desembolsar esa cantidad. El libro llegó pocos días después a mi casa. ¿A cuento de qué viene este post, entonces?

Sencillo: he perdido el libro. Tras varios días de búsqueda por estanterías y rincones, desistí. Como el interés por leerlo era verdadero decidí comprar una versión digital para mi Ipad, pensando que sería barata. Problema: no existe. Ni en formato PDF ni en formato Epub. Apenas está disponible para Kindle (el lector de libros electrónicos de Amazon). Además, el precio es poco alentador: 9,65 dólares frente a los 10,16 de la nueva oferta del libro físico. Apenas me quedaba una opción legal: volver a comprar el título en formato papel, con el consiguiente derroche de celulosa y gasolina (transporte). Mi mosqueó formuló para mí algunas preguntas: ¿Por qué cuando compramos un título no adquirimos el derecho a tenerlo en varios formatos? ¿Por qué al comprar un libro físico no se nos proporciona una edición en formato ebook? ¿Por qué cuesta prácticamente lo mismo una versión en papel que una digital, cuando ya no hay bien físico ni gastos de distribución? Mi conclusión: No tenía sentido pagar dos veces por el mismo producto. Mis dudas se resolvieron rápidamente en el sitio de intercambio de arquivos 4Shared, tan elogiado por medios como Business Insider.

¿Soy un pirata? ¿Un pirata involuntario? Cuando los agentes de policía lleguen a mi casa les mostraré la factura de compra de mi versión papel de Linked. También, les pasaré el link del Software libre para una sociedad libre, el libro de Richard Stallman. Por si tienen pereza lectora explicaré a los agentes algunas ideas de Stallman. «Compartir es ayudar a tu vecino», por ejemplo. Mi vecino se llama 4Shared y me ha ayudado a encontrar mi libro perdido. Entonces, decimos Stallman y yo al poli copyright, «¿a qué se refieren cuando dicen pirata? ¿que ayudar al prójimo es el equivalente moral de abordar un barco?»

Detalle final: recomiendo a todo el mundo comprar el libro. Vale la pena pagar por él (y después dejárselo a tu vecino).

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

#Cómetelacultura en una jornada colectiva

 

¡Marchando una de arroz con procomún! Cómete la Cultura, el primer encuentro sobre cultura libre y colaborativa de la Asamblea Popular del Barrio de los Austrias del movimiento 15M de Madrid, propone para el próximo domingo 18 de marzo una suculenta paella de software y cultura libres. Ellos ponen el arroz. Cualquier persona puede aparecer con ingredientes en el Colectivo La Latina para cocinar una receta libre, colectiva y remezclada. La paella remix es una bella excusa: los visitantes podrán llevarse en sus pendrives y/ aparatejos portátiles una buena dosis de música, libros y películas con licencias abiertas. Y por si fuera poco, podrán asistir a un jugoso menú de charlas, debates y presentaciones.

Esta peculiar jornada de co-degustación colectiva, que será retransmitida on line por Doménico di Siena (Mr.Streaming) en Thinkcommons, arrancará a las 11 horas con un debate entre  Amador Fernández Savater (¿Qué es el procomún? y  Silvia Nanclares (La autoedición), una de las fundadoras de la biblioteca colaborativa Bookcamping.cc. El picoteo continuará con el programador P2P Pablo Soto hablando de Copyleft y otros conceptos básicos y alguien del proyecto de cine colaborativo El Cosmonauta. A partir de las 13 horas, los entrantes correrán por parte de tres personas de Guinea, una de Madrid y otra de Murcia, que comentarán una receta propia y elaborarán una ‘receta procomún’ conjuntamente.

Y después, los suculentos segundos platos: Radio Sol Ágora – la radio colaborativa del 15M – realizará un programa al vivo. El colectivo Zuloark y participantes del espacio Cambo de la Cebada soñarán con «la ciudad como un espacio para todos». María del Pilar López ‘Mapi’ hablará de la Economía de la cultura. El grupo Los Sundayers nos explicarán por qué apuestan por la  música sin copyright.  El cineasta Stéphane Grueso, que se autodefine con ironía como «ciudadano problemático», repetirá y llenará el plato de una ración de Cultura, internet y libertad. El colectivo, distribuidora y editorial Traficantes de sueños y el proyecto transmedia 15M.cc relamerá el plato de la software paella libre. Esta vez me ha tocado repartir el postre: a partir de las 20 horas hablaré de casos de cultura libre relevantes de América Latina.

Cómete la cultura no nace por casualidad. La @AsambleaAustria es una de las más activas hablando de cultura libre. De esta asamblea han nacido la Jornada sobre decrecimiento y otras economías, el popular Piscinazo (tremendo vídeo) que reivindicaba una piscina pública para el barrio o las Plazas de  las Culturas del 15M. En sus asambleas participan personas de todas las edades, nacionalidades y condiciones. En el Campo de la Cebada, un espacio modélico de innovación social,  conviven vecinos de toda la vida, niños, arquitectos como Zuloark, Todo por la Praxis, Doménico di Siena, Sara Alvarellos, pensadores como Juan Freire, culturetas libres como Rubén Caravaca (de la productora Fabricantes de Ideas) o los miembros del Colectivo la Latina que alberga la jornada del domingo.

Para concluir os dejo con unas declaraciones colectivas de @AsambleaAustria: «Consideramos que la cultura, el arte, la comunicación son imprescindibles para cambiar una realidad que todos los días comprobamos está contra las personas y lxs ciudadanx. Cualquier acción es un hecho cultural. La cultura siempre ha sido libre y se privatizará al reproducirse de manera industrial, masiva. Como ciudadanxs activxs no podemos permitir la privatización del conocimiento, el aprendizaje, la educación. La diversidad y el compartir es nuestra respuesta a la globalización y el pensamiento único».

Los hashtags utilizados serán #cometelacultura y #procomunaustrias

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net. En Twitter soy @bernardosampa

 

Fundación Robo: Asalto número dos

La Fundación Robo, dando tumbos y pellizcos, hizo que yo perdonase a los artistas de España. Mientras el pueblo tomaba la calle, los músicos callaron. La mayoría. El 15 (casi) no tuvo banda sonora. La Fundación Robo me demostró que no es lo mismo  Nacho Vegas que Ramoncín. Su propuesta era simple: crear al margen del copyright, crear con ojo comprometido. Aquel grupete de músicos indignados que se propuso crear imaginarios para dinamitar las reglas del juego (político y cultural) ahora han ocupado la literatura. ¿Qué esa el proyecto Asalto? «Con esta crisis, la misma de cada veinte años, muchas personas han hecho crac por dentro. Es hora de poner en común la frustración y convertirla en energía política». O sea: creación colectiva comprometida, al margen del ego de los creadores individuales. Después llegó su Asalto número 1, su aterrizaje en la creación literaria colectiva sin copyright: «Invitamos a participar a quienes se cuestionan si es posible una escritura colectiva que actúe como punto de apoyo o palanca en la organización del descontento». La firma de los autores no aparecía. Formaba parte de algo mayor, común y misterioso. Parrafitos, definiciones, que no dejaban indiferente a nadie.

Y llegó el Asalto número dos, en el que han  «incluido no solo objetos, pensamientos y sensaciones, sino también estructuras semánticas que se usan sin pensar o, peor, pensando, que confunden y pueden dañar». Para quien todavía tenga dudas sobre qué es Asalto: «Imaginamos Asalto, facción literaria de Robo, textos breves a los que acudir, tristezas no completas y angustias sofocadas». En cuanto supe del primer Asalto les envié unas pildoritas. Asalto no garantizaba su publicación. Os dejo aquí con dos definiciones del Asalto número dos.  Una, tal vez sea mía. Otra, tal vez no. Eso es lo de menos.

ELECCIONES (LAS NUESTRAS)

Opción 1

Existir: sobrevivir, sostenerse, subsistir.
Resistir: soportar, sufrir, tolerar, admitir, digerir, tragar.

Opción 2

Existir: ser real, tener vida, vivir.
Resistir: enfrentarse, rebelarse, oponerse, hacer frente, plantar cara, enseñar los dientes.

 

PLAZA

La plaza hay que usarla como una bufanda. Enróscatela al cuello, vamos. Deja que acaricie tu pecho. Abandónate a su bofetada de felpa dulce. Siempre tienes la opción, eso sí, de usar la plaza como un sombrero, como un puente entre el suelo y el cielo. Utilizar la plaza como una escalera también es muy recomendable: sube peldaño a peldaño, sube hasta que vislumbres la otra plaza, hasta que veas otros rostros escalerantes que te saludan. Aunque quizá lo más divertido sea usar la plaza como un muro y llenarla de grafitis, palabras o bosques. Si sigues pensando que la plaza es un cuadro estático, no tienes más que rasgarlo. Te darás cuenta que el cuadro empieza al otro lado, debajo del lienzo, y que se desdobla en un caleidoscopio que te incluye.