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#Intersobres, Goldman Sachs y juegos activistas

Intersobres según 4Ojos.com

Imagen: Perteneciente a la entrada La terraza de la Puerta del Sol de 4Ojos.com

Juego, luego existo. El juego no es apenas diversión. Es civilización. La teoría no es de un perroflauta. Es del filósofo holandés Johan Huizinga, que abordó la antropología del juego en un libro visionario de 1938  Homo ludens. Algunos gurús del Silicon Valley pillaron al vuelo el ‘juego, luego existo’ y convirtieron la gamification en tendencia, en mercado y en estrategia de marketing. Sin embargo, los movimientos activistas de la era red están también convirtiendo lo lúdico en el suelo resbaladizo y colectivo de sus luchas. El juego #Intersobres, celebrado en la Puerta del Sol de Madrid el domingo 24 de marzo contra la posible privatización del espacio público, es un gran ejemplo de ello.

El 15M – ya sea un movimiento, un conjunto de vínculos o un estado de ánimo – usa como pocos el ludismo. Su guerrilla nómada convierte vagones de metro en fiestas de etiqueta (#MetrodeLujo), las torres de un banco en una película de terror (#OccupyMordor) y los bancos en cajeros electorales (#CajeroElectoral), basureros (#Tubasuralbanco) o salas de discoteca (#CierraBankia). Sin embargo, el pasado domingo ocurrió una mutación lúdico-activista llamada #Intersobres que merece especial mención. Diferentes asambleas se encontraron en la Puerta del Sol para jugar al clásico juego del pañuelito con un toque ácido-festivo.

Con el trasfondo de la corrupción (la alusión de los sobres de Bárcenas) y el músculo comunicacional del 15M, #Intersobres consiguió su propósito: denunciar públicamente el intento de abrir una macroterraza en la mismísima Puerta del Sol de Madrid y la consiguiente privatización del espacio público. Así de claro lo explicaba en televisión una participante del #Intersobres. Así de entrañable lo retrataba Enrique Flores en su blog 4Ojos. Así lo denunciaba la Asamblea Austrias: «Este modelo de transeúnte-consumista entra frontalmente en conflicto con un pueblo que atesora en el espacio común su gran potencial para el ágora de participación directa en política».

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Juego, luego existo. En el post Gaming the city repasé hace unos meses algunos proyectos lúdicos en espacios urbanos, como el City Fireflies del MediaLab Prado de Madrid, los juegos urbanos del colectivo neoyorquino Revolutionary Games o el Koppelkiek del estudio  holandés Whatsthehubbub. Pero de estos tiempos para acá están surgiendo iniciativas lúdico-activistas tan interesantes como el SFZero de San Francisco, un juego colectivo que incita al descubrimiento de la urbe desde lógicas no consumistas. SFZero conecta personas en el mundo digital y posibilita que se pongan a colaborar en conjunto para transformar la ciudad. Cualquiera puede organizar una misión (¿cerrar un McDonalds que explota a sus trabajadores? ¿bloquear el tráfico de la urbe con una cascada de bicicletas?), buscar compañeros y ejecutarla. Siempre con la lógica del juego.

La última campaña de la revista Adbusters contra Goldman Sachs, #Goldman, es otro clarísimo ejemplo del activismo lúdico. Así convocan la acción en su web: «Hey all you rebels, jammers and meme warriors out there. Let’s play a game«. Juguemos. Liémosla. La idea es simple: intentar cerrar las 73 oficinas que Goldman Sachs, una de las instituciones responsables de la crisis financiera, tiene por el mundo. #Goldman, según Adbusters, es un «juego no definitivo, en tiempo real y de acción que se llevará a cabo en cada uno de estos lugares. Los participantes conseguirán juegos por su velocidad, espectáculo, coraje o innovación. En Madrid, por cierto, hay dos oficinas.

Adbusters incentiva que se envíen las historias-acciones de #Golman,  fotos & vídeos a kono@adbusters.org. También a que se agite el meme #Goldman en facebooktwitter y tumblr.

¿Quién dijo que lucha por un mundo mejor era aburrida?