De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

Entradas etiquetadas como ‘código abierto’

La Wikipedia de las cosas

The Free Universal Construction Kit, un proyecto emblemático de la impresión 3D

El texto de esta entrada lo escribió Josianito Llorente (@josianito), para la última edición del Free Libre Culture Forum. Lo colgó en la nube en un Google Doc abierto. Y lo leí entusiasmado. Simplemente espectacular. Le pregunté vía Twitter sí podía publicarlo en este blog. Dio su consentimiento, después de que lo publicara en su blog Josi.ani.to (bonito Tumblr). Josianito lleva muchos años alrededor dela cultura libre y el mundo hacker. Impulsa laboratorios de creación digital dentro del proyecto Tabakalera (San Sebastián) y el sistema de trabajo Hirikia/Puerto Abierto. El vídeo que abre esta entra sobre, los links de este párrafo y el titular (inspirado en el proyecto Thingdiversees mi aportación en este proceso. 

Josianito Llorente

“¿Para qué regalar un juguete a un niño cuando puedes regalarle todos?”
Publicidad de Origo, Impresora 3D orientada al público infantil

Imagina que tuvieras en tu casa una herramienta que te permitiera construir cosas. Casi cualquier cosa. En el momento. A medida. Cuando la necesitas. Se acaba de romper una pieza de la aspiradora. ¡Menuda faena! Hasta hace poco tiempo tenías dos opciones, o llevarla a reparar o comprar una nueva. Pero desde que tienes una impresora 3D en casa, eso ha cambiado: Accedes a internet, buscas la pieza rota en la Wikipedia de cosas,  descargas un fichero, lo adaptas a las medidas de tu modelo, eliges el color y presionas “imprimir”.

Luego en tu pequeña impresora 3D añades plástico u otro material del color y dureza deseadas. Éste se va calentando y depositando capa a capa, como cuando decoramos una tarta con nata usando  una manga pastelera, hasta crear el objeto final. El plástico posteriormente se enfría y adquiere la rigidez necesaria para poder utilizar esa pieza en el día a día.

¡Voilá!… parece una cosa sencilla¿verdad?. Pues con este pequeño gesto que en menos de una década será habitual, se alterarán muchas de las reglas que mueven el mundo tal como lo conocemos: las de la producción en masa y seriada de productos, las de la logística y el sistema de distribución mundial,  las de la lógica de consumo y obsolescencia programada, las de las patentes, marcas y propiedad industrial … Se acabará por dar sentido, pero de verdad al concepto Prosumer (productor-consumidor) de una manera radical: eres un consumidor que cuando necesita algo, no lo compra, lo produce.

Al proceso de diseñar digitalmente una pieza y realizarla físicamente después con máquinas controladas por un ordenador, tal como lo acabamos de explicar en el ejemplo de la aspiradora, lo llamamos Fabricación Digital. Existen multitud de máquinas en la actualidad que se utilizan en la fabricación digital, siendo las más comunes las fresadoras, cortadoras láser e impresoras 3D. La popularización de éstas los últimos 5 años hacen sea muy fácil para cualquier persona tener en su casa un pequeño taller en el que fabricar casi cualquier cosa.

Sigue leyendo este texto en el blog Josi.Ani.to

Espacios en Red (#HackingHarvard)

Networked Spaces, Emerging Communities. Así titulé la charla que preparé para el NetWorked Urbanism Studio que Ecosistema Urbano está desarrollando hasta finales de año en la Universidad de Harvard de Estados Unidos. Cuando José Luis Vallejo (@jlvmateo) y Belinda Tato (@belindatato) me invitaron para participar en el Gradual School of Design de la Universidad de Harvard, tuve bastante claro el eje de la charla-clase: Especios en red, comunidades emergentes. Una frase del slow- arquitect Francesco Cingolani iluminó el camino: ¿Y si conectamos las redes virtuales con un espacio físico, libre y vacío?. Mi presentación – alrededor de ciudades en red y comunidades empoderadas – se fue construyendo orgánicamente.

Ecología de código abierto

Coalition Of The Willing from coalitionfilm on Vimeo.

¿Qué relación tiene la ecología y el movimiento open source (código abierto)? ¿Qué relación puede tener la lucha contra el cambio climático y el movimiento que batalla para abrir el código de la sociedad y por los estándares abiertos? Algunas de las respuestas están en Coalition of the Willing, el corto de animación que han coordinado el australiano Timothy Rayner y el cineasta británico Simon Robson que abre esta entrada.

El propio Timothy Rayner, en una entrevista concecida a Open Source, reflexiona sobre los puentes entre ambas causas. Una de las que más me interesa es la comparación entre el movimiento contracultural de los años 60 y el movimiento open source: «Los radicales de los 60 cogieron fuerza basados en su lucha común. El camino open source podría unir las luchas contemporáneas en un movimiento global». Y tiene toda la razón. Pero tenemos que pasar página. Los conceptos-acciones-prácticas mutan. Las banderas se remezclan en red. Una nueva identidad colectiva está fagocitando todo lo que conocíamos. Y nos lo devuelve transformado.  La resistencia da paso a la resiliencia. La contracultura a la cibercultura o a  la permacultura. El pueblo unido (jamás será vencido) se trasforma en el pueblo distribuido. No sirven las viejas fórmulas. El documental Coalition of the Willing ha sido realizado de forma colaborativa, distribuida, por muchos equipos de animadores. Y financiado con crowd funding. ¿Qué mejor prueba de que los tiempos están cambiando?

El movimiento open source va muchísimo más allá de luchar por la apertura del código de programas y/o sistemas. Las dinámicas colaborativas que genera tener el código abierto son el eje común, efectivamente, de todas las luchas. Y la ecología es una de las más importantes.  Ya he citado en este blog el proyecto Open Source Ecology, una red que está trabajando en un kit global de construcción que garantice la independencia tecnológica de pequeños agricultores. Muy recomendable es el proyecto EcoHacking, de Our Project, que incentiva la licencia copyleft en las semillas para proteger la biodiversidad de la depredación de las multinacionales. Vale la pena echar un ojo a la guía de permacultura urbana que nació con proceso de #crowdfunding. Y para acabar, recomiendo encendidamente esta entrada de Wikipedia sobre las Redes de Intercambio de Semillas (semillas P2P).

Este post no existiría sin los consejos de @ComandanteTom_  y Vicente Jurado (@vjrj)

 

 

 

Ráfagas de software libre

De izquierda a derecha: Jeferson Assunção (Secretaria de Cultura de Rio Grande do Sul),  Fabrício Solagna ( Gabinete Digital), Bernardo Gutiérrez (yo) y Ney Hugo (colectivo  Fora do Eixo). Imagen:  CC BY-SA) Fora do Eixo.

El sábado acabó el 13º Foro Internacional del Software Libre de Porto Alegre (Fisl). Mi participación ha sido tan intensa que hasta hoy no he podido escribir nada. Resumiré estos días tan ricos en encuentros, ideas, charlas, debates y soluciones tecnológicas para un nuevo mundo con una ráfaga orgánica, caótica y no cronológica.

Literatura remix. Mi participación empezó el pasado miércoles, con un debate nocturno sobre Literatura como código fuente en el Espaço Cultural 512 con la excusa de mi reciente libro #24H. Charlé con Marcelo Branco (hacktivista) y Giselle Beiguelman (de la revista Select) sobre arte, licencias abiertas y el derecho al remix libre de cualquier obra.

Realidad aumentada. Vj Pixel, como siempre, usando el «aquí te pillo y aquí te mato». Me colocó un adhesivo de realidad aumentada en el cuerpo, legible con el aplicativo para Android de Jandig. Este tweet resume el momento.

 

Cobertura colaborativa de Fora do Eixo. Como siempre, la cobertura fotográfica del colectivo Fora do Eixo, fue ágil y fresca. Un detalle: ellos colocan en todas las fotos la licencia Creative Commons. Curiosamente, los fotógrafos oficiales del evento comenzaron cubriendo con licencia copyright y por presión tuvieron que cambiar de licencia.

De máquinas tragaperras a ordenadores. Soprendente el proyecto que transforma máquinas tragaperras en ordenadores gracias a soluciones de software libre.

Banco Colaborativo ADA. Fantástica iniciativa la de este banco colaborativo basado en el bien común y no en el lucro de los banqueros, amiguetes y politicos arribistas de turno.

Ciudades de código abierto, ciudades copyleft. Preparé una pequeña charla sobre ciudades de código abierto basado en este texto mío. Ameno y transversal debate posterior con Vj Pixel (Meme Lab), Aron Krause (Estúdio Nomade) y Giselle Beiguelman (de la revista Select).

Carta a Dilma. Los participantes en el Foro escribieron una carta de presión al Gobierno brasileño. El apoyo del ex presidente Lula al software libre fue absoluto. Parece que Dilma Rousseff está cediendo un poco ante la presión del lobby internacional. Aquí la Carta de la comunidad del Software libre a Dilma Rousseff.

 Ágora Virtual. Curioso: mientras algunos gobiernos (como el español) caminan en una deriva autoritaria, usan la represión y criminalizan el uso del espacio público, otross avanzan en direcciones radicalmente opuestas. El Ágora Virtual del municipio de Canoas (una plataforma de diálogo entre gobierno y vecinos) y el Gabinete Digital (la plataforma participativa digital del Gobierno de Rio Grande do Sul demuestran que algunas de las peticiones del movimiento 15M están al alcance de la mano. Para llegar a la democracia en red apenas falta actitud.

Marco Civil de Internet. Fundamental el debate sobre el Marco Civil de Internet que la sociedad ha redactado colaborativamente para garantizar la cultura digital, la neutralidad de Internet y la libertad de expresión en la misma. Marcelo Branco arrancó con un tweet explosivo

 

 

Organizaciones sociales y software libre. Tremenda la mesa de debate sobre organizaciones que ayudan a implantar el software libre en instituciones compuesta por Ricardo Fritsch (ASL – Brasil), Verónica Xhardez (SoLAr – Argentina), Deborah Bryant (OSI – EUA), y Ramón Ramón Sanchez (Iniciativa Focus – España).  Un placer conocer en persona a Ramón Ramón. ¡Muy loable el esfuerzo de la Iniciativa Focus para expandir el conocimiento libre!

Aquí el tweet de despedida de Ramón Ramón

Cultura libre, cultura digital.  Participé en el debate Cultura Digital y Cultura Libre, junto a Jeferson Assunção (Secretaria de Cultura de Rio Grande do Sul), Ney Hugo (colectivo  Fora do Eixo) y Fabrício Solagna ( Gabinete Digital). Un placer hablar de cultura libre, participación y democraciar en red.

Y el detalle freak: la figutira de Yoda impresa por la Metamáquina, la impresora 3D comprada gracias a un proceso de crowd funding.

 

¡Hasta la próxima!

 

Voces móviles

 

¿Qué pasa si mezclamos teléfonos móviles, con una plataforma web de código abierto y la vida de los inmigrantes mexicanos en California? La respuesta se llama Voz Mob (Voces Moviles), una iniciativa de empoderamiento ciudadano que combina periodismo ciudadano, activismo y storytelling (narraciones de historias) de la comunidad de inmigrantes de dicho Estado.

VozMob, según la propia iniciativa, «es una plataforma para que trabajadores y trabajadoras inmigrantes y/o de bajos recursos puedan crear historias sobre sus vidas y comunidades directamente desde sus teléfonos celulares». Vozmob, desarrollado con el gestor Drupal, se apropia de la tecnología para crear comunidades. Para reforzar las ya existentes. Y para exigir derechos cuando sea necesario. Cualquier persona puede crear una acción concreta y movilizar a la comunidad de Voz Mob. La plataforma, que tiene corresponsales en diferentes regiones, pone a disposición herramientas multimedia y foros de debate.

Vozmob nació como una colaboración entre la Escuela Annenberg de Comunicacion y Periodismo de la Universidad del Sur de California (ASC&J) y el Instituto de Educación Popular del Sur de California (IDEPSCA). Ahora, teniendo el código de la plataforma abierto y disponible, puede ser de cualquiera.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

 

La era de los procesos

Imagen: Open Source Way bajo licencia CC.

Alguien debería remezclar aquella frase de John Lennon (¿o era de Eric Clapton?): “La vida es aquello que pasa mientras haces otra cosa”. Puede ser un remix simple, mero maquillaje: la vida es eso que te pasa mientras no logras un objetivo. O mejor: la vida es aquello que te pasa mientras deambulas por un proceso imprevisible. Hagamos una prueba. Mira a la pantalla de tu ordenador. Entiéndela como algo más que un conjunto de plasma y aluminio. Piénsala, por ejemplo, como una suma de borradores, prototipos no usados, distribución, conversaciones, estudios de mercado, reuniones, recomendaciones, mejoras y futuros reciclajes.

Demos un paso más. Marchando una frase lapidaria: los objetos no existen. No te esfuerces en intentarlo: los contornos de las cosas se diluyen. Los objetos son algo más. Una experiencia colectiva en un espacio atemporal y distribuido, por ejemplo. Y solo existen gracias a un proceso compartido.

Ahora, algunos argumentos. En el año 2006, el reverenciado Tim O’ Reilly, dejó claro que la era del 1.0 se caracterizó por los “productos”. La era del 2.0 que inauguraba en aquel texto megacitado estuvo protagonizada por los servicios. Algo de cajón, vaya: no entiendas un site como un producto sino como un servicio web. Y en esta incipiente mutación de Internet 3.0 –esa mezcla de web semántica, territorio interactivo y geolocalización– aterrizamos de lleno en la era de los procesos.

No te esfuerces: nunca llegarás a la versión alfa, definitiva, de nada. El mundo está mejor en beta: en constante prueba, investigación y proceso. Para quien siga pensando que su ordenador es apenas un pedazo de aluminio, aquí van seis argumentos (en beta) sobre la era de los procesos.

1. La informática es un proceso. Desde que Richard Stallman saliese del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) por la rigidez de sus patentes, el mundo de la informática ha dado un giro radical. Stallman, hackeando los principios del copyright, creó la licencia copyleft. Y con ello brindó a programadores y usuarios de todo el mundo la libertad de copiar, distribuir, estudiar, modificar y mejorar el software.

¿Existe mejor ejemplo de proceso que un programa de software libre en constante cambio, mejora y remezcla? El código fuente de un programa es apenas una primera línea de un proceso imprevisible. El éxito del sistema operativo Linux, en constante mejora gracias a una comunidad distribuida de programadores, ha puesto en jaque los productos cerrados de Microsoft. Y el movimiento open source, que libera el código de programación aunque no compartan todos los principios éticos del movimiento del software libre, está poniendo patas arriba el mundo tecnológico.

Abre tu código. Colabora en el proceso. Lo que Stallman no sospechaba es que su ética informática, su copyleft, contaminarían a otros ámbitos como la cultura.

2. La arquitectura es un proceso. Si eres concejal de urbanismo, olvídate de inaugurar plazas con fuentes llenas de patos de mármol falso. Si eres un ciudadano, concéntrate en esta frase: no necesitamos la arquitectura, tenemos Facebook.

Es el título de un polémico artículo del arquitecto holandés Edwin Gardner. En realidad, en boca del propio autor, la frase era una provocación para destacar que “una de las funciones de la arquitectura urbana es crear espacios para el discurso social y muchos discursos sociales han sido habilitados por internet y por las redes sociales”.

El espacio virtual convive con el espacio material. Y el proceso urbanísitico bottom up –de abajo arriba– se ha convertido en el epicentro del nuevo urbanismo. El Campo de Cebada en Madrid, un solar colectivo en Getxo, el proyecto Dreaming Hammar de Noruega (cocinado colaborativamente por Ecosistema Urbano) o una plaza de gestión comunal en Errentería son pruebas líquidas (no cuadra decir sólidas, perdón) de la pujante arquitectura-proceso. El hecho de que algunos arquitectos estén subiendo sus planos a la web con licencia abierta Creative Commons también refuerza el proceso-remix frente a la obra física.

3.La cultura es un proceso. Intenta olvidar la cultura estática y el público pasivo. La cultura como sinónimo de productos físicos (papel, plástico) fue apenas una pesadilla del pasado, vaya. La nueva gestión horizontal de la cultura dinamita todo. Un evento –digamos un concierto o un recital poético– deja de ser algo exclusivamente presencial. Se multiplica gracias a herramientas de streaming y a la vida paralela en redes sociales.

Lo presencial tiene un constante feedback desde diferentes esferas. Y la retransmisión en diferido perpetúa el evento o creación. Aunque quizá sea el cine el ámbito que mejor resuma el paradigma de la cultura como un proceso.

La película española El cosmonauta, que lleva años en un proceso de cofinanciación y cocreación, es cine-proceso en estado puro. Durante tres años han contado con la ayuda de 3.757 productores y 502 inversores (microfinanciadores). Han recaudado casi 500.000 euros colectivamente. Y han incentivado un intenso debate en red durante el rodaje.

El documental de Stéphane Grueso 15M.cc, sobre el movimiento 15M, confirma la senda procesual de la cultura. El cineasta cuelga en un blog, además de en YouTube, las entrevistas íntegras que realiza. Es posible que algunas de las personas que van acompañando el proceso de las entrevistas nunca asistan al producto final. El documental-producto no es tan importante. El proceso compartido sí lo es. Por si fuera poco, las imágenes en bruto estarán disponibles online. Cualquier persona podrá editar su propio documental. Y el proceso tiende a infinito.

4.Los objetos son procesos. No te empeñes: tu pantalla es mucho más que un objeto. Los edificios, como decíamos, no son exclusivamente algo físico. Y tu coche podríamos dejar de considerarlo como un conjunto de piezas y diseño. El caso del Fiar Mio, el modelo que la multinacional italiana codiseñó con los usuarios, confirma la supremacía del proceso sobre el objeto. Y el proyecto Local Motors, en el que se diseñan coches con un crowdsourcing distribuido y abierto, riza el rizo del coche work in progress.

5.El marketing es un proceso. Ya no existen marcas, apenas plataformas sociales. Ya no funciona la publicidad disruptiva (yo te vendo la moto, tú asistes en tu sofá). Ya no sirve hablar de uno mismo en un anuncio cerrado. Si tu estrategia para vender consiste en contratar a un famoso para que, por ejemplo, como chocolate en un anuncio, tal vez deberías pensar en cambiar de profesión.

Si abusas del storytelling (un cineasta conocido hace un clip comercial), tu marca puede estar en peligro. Si has conseguido que la comunidad de consumidores hable de tu marca y cuente historias alrededor de ella, sobrevivirás. Y seguramente te guste la definición (en beta) de commons marketing de Olmo Gálvez: “una estrategia de marketing distribuida en la que las personas, grupos e instituciones conectadas por una idea, la transforman, la distribuyen y la hacen propia en red, partiendo de un ADN previamente generado, en beneficio de la sociedad en general”.

Y seguro que te encanta la campaña ‘Name your plane’ de cocreación que Boeing lanzó para cocinar su modelo Dreamliner. Bienvenidos al avión-proceso: medio millón de personas de 166 países contando historias alrededor de su fabricación.

6. La democracia es un proceso. La democracia 1.0 consistía en un objeto: un parlamento físico ocupado por personas fijas que se regía por normas casi inalterables. La democracia objeto, estática durante cuatro años (o más, dependiendo del país), rompe el verticalismo en un día de participación (elecciones). Pero el código fuente es propietario: nadie lo puede modificar.

La democracia 2.0 es un servicio de un grupo de profesionales o de un país a un conjunto de ciudadanos. Está basada en el diálogo y en la participación. Las consultas son constantes. Hum. Cierto: la democracia, con excasísimas excepciones, sigue siendo un objeto 1.0. Un objeto monolítico, vertical, de contornos fijos y software propietario. Sin embargo, ciertos mecanismos de innovación social puestos en marcha por el movimiento 15M o por Occupy Wall Street, adelantan una democracia 3.0 en red, distribuida y en real time. Durante la explosión del 15M se destacó hasta la saciedad la importancia del proceso, de la convivencia, de buscar soluciones colectivamente en las diferentes asambleas.

Algunos prototipos de participación política como el Twittómetro (que permitía votar vía Twitter las decisiones de la asamblea de la Puerta del Sol) o el proyecto Demo 4.0(que permitiría la votación ciudadana de cada ley a costa de restar sillas de diputados) iluminan el futuro cercano de la democracia-proceso. La deliberación, la cocreación de soluciones, el outsourcing legislativo, acabarán cogiendo el testigo de la democracia objeto. El proceso ya ha comenzado.

Este texto fue publicado en el número de verano de la revista Yorokobu.

Decálogo de prácticas culturales de código abierto

Comunidad Autoorganizada y autoregulada. Imagen del primer capítulo de #10penkult10penkult.cc

Recomiendo con entusiasmo el libro Decálogo de Prácticas Culturales de código abierto v 1.0. Podéis descargarlo gratuitamente en 10Opencult.cc. El libro fue escrito colectivamente hace unas semanas bajo la modalidad de un booksprint (una actividad en la que se reúnen un grupo de personas durante 3-5 días para producir un libro de manera colaborativa a través de un proceso facilitado y dinamizado) en un rincón de el País Vasco con la herramienta colaborativa booki.cc

El libro fue escrito por algunas de las personas más activas en España de la denominada cultura libre. Acá el listado completo con sus cuentas de Twitter:  Maria Ptqk (@ptqk), Marga Padilla (@cien_margaritas), Txelu Balboa (@volantebb)Sofía Coca (@preescolar)Jose Luis de Vicente (@jldevicente),  Jaron Rowan (@sirjaron), Marta G. Franco (@teclista)Jara Rocha (@jararocha), Kamen Nedev (@kamen)Pedro Soler (@pedrosoler)Susana Serrano (@_russiandolls),  Maite Fernández (@cacharritox)Josean Llorente (@josianito), Eva Calavia y David Orriols.

He recopilado pequeños fragmentos de este libro. Cada pedazo pertenece a uno de los capítulos del mismo. Espero que os gusten. El decálogo puede continuar siendo rescrito por todo el mundo.

Comunidad. No basta con quererla hay que comprenderla. 

¿Qué es la comunidad 2.0? Una red de cooperación mediada por una *interfaz. La interfaz pone las reglas del juego, “escucha” el rumor de la red y atiende sus demandas. La interfaz es permeable a la participación. No pisotea la red de cooperación, la respeta y la valora, porque el valor está en la red. La comunidad de código abierto, y lo que esta produce, es sentida por todos sus miembros como propio. Aunque lo que se produce puede tener una autoría personal clara y reconocida, la resultante de la cooperación multiplica la potencia productiva y esa potencia no es exactamente de nadie en particular.

Participación: del botón de «me gusta» a fotmas de autogobierno. 

«No concebimos la participación como el acceso a instituciones o plataformas cerradas sino que al contrario la pensamos como la habilitación a procesos de toma de decisión colectivas marcadas por la temporalidad, la mutabilidad y la reflexividad. La participación se sostiene sobre procesos constantes de feedback entre los recursos, plataformas o instituciones y las comunidades que las explotan y construyen. La participación necesita de autonomía y conduce hacia formas de autogobierno».

Mediaciones. Dispositivos culturales para el encuentro.

«Es clave entender las mediaciones como los órganos de aprendizaje de un proyecto o institución cultural. No se puede aprender de un ecosistema mirándolo siempre desde un dentro: es fundamental construir y mantener dispositivos de escucha activa que se encarguen de aprender de otros espacios, de otras comunidades, de otros modelos culturales, para volver con ideas nuevas que testear en su propia estructura. Para que no se cierre la comunidad, para evitar (si se quiere) situaciones de endogamia, para proveer de conflictos a un proyecto (y no ser un mecanismo de autocomplacencia), las mediaciones son también dispositivos de encuentro con su afuera».

Transparencia hoy: un valor central en la cultura democrática contemporánea

«Dotar al proceso de transparencia significa habilitar el acceso a cada una de estas etapas, y si podemos acceder a ellas, es posible hacerlas más útiles y provechosas. (…) De todas las fases que componen el desarrollo de un proyecto creativo, tradicionalmente hemos tenido acceso sólo al resultado final. Si todas o algunas de las fases anteriores que antes eran opacas se vuelven transparentes, la relación de las usuarias con el proyecto y su autoría (sea individual o colectiva) cambia, pero además, es posible que se incorporen nuevas usuarias».

Sostenibilidad. De lo ético a lo estratégico

«Antes de diseñar los parques públicos, las urbanistas soviéticas esperan a que caiga la nieve. ¿Por qué? Porque así son las personas que transitan diariamente por ese espacio quienes trazan de manera natural los recorridos que les resultan más convenientes. Sobre el rastro de esos pasos espontáneos, se diseña la estructura de los parques. Los llaman caminos del deseo. En el lenguaje común, los caminos del deseo son los atajos, los recorridos alternativos construidos a partir del uso que suelen aparecer en las zonas verdes de las ciudades. Son una forma de diseño bottom-up, de abajo hacia arriba. En un texto escrito para una serie de fotografías de Ismael Teira, Marisa Gómez los considera como “indicios de un espacio vivo, constantemente creado y destruido por quienes lo habitan” y como “el rastro visible de un acto político”. Citando a Gorgie R. Felix Perez-Hita nos dice: “La clave del caminito de deseo no es sólo que sea un sendero que haya hecho una persona o un grupo, sino que esté hecho contra la voluntad de alguna autoridad que querría que fuéramos por otro camino menos conveniente”.

P2P

«Las prácticas p2p se han extendido más allá de compartir archivos, fomentadas por soportes tecnológicos y por un marco institucional y normativo emergente (licencias libres como las *Creative Commons, entidades que promueven la cultura libre, etc), y permiten aflorar nuevas formas de pensamiento y de conciencia compartida. En palabras de George Siemens (2010), “la gente no piensa junta para llegar a determinadas conclusiones, sino que más bien cada uno de nosotros piensa por su cuenta y obtiene valor colaborativo de la conexión y la combinación de ideas”.

Afectos Ética de los cuidados. Poner la vida en el centro

«La relación de estas prácticas con la autogestión y los centros sociales es, en ocasiones, muy estrecha. Es el caso de los Ladyfest, festivales que se organizan bajo una ética que ha pasado del DIY (hazlo tú misma) al DIWO (hazlo con otras). El caso de Ladyfest, representa, además, un ejemplo de organización descentralizada y autónoma, generando nodos replicables que no dependen de ninguna estructura central. Este movimiento surge como respuesta a los circuitos de música hardcore estadounidenses de finales de los 80, espacios hipermasculinizados y machistas, que propiciará la aparición de las Riot grrrl, movimiento musical feminista cercano al punk y a todo su arco de influencia. Entre sus manifestaciones más populares están los Ladyfests que se han desarrollado en ciudades tan dispares como Olympia, Madrid, Sevilla, Berlín, Londres y un largo etcétera. El festival no tiene porque ser grande, ni pequeño, ni estrictamente musical: Ladyfest se construye a partir del colectivo que lo sustenta y le da forma, a nivel local e independiente de otros Ladyfests»

The work of art in the age of Re

«Re-, en primer lugar, apunta a otro concepto del tiempo, el circular, al que alude Nietzche en su concepto del eterno retorno en contra de la linealidad del cristianismo. La idea de tiempo circular es, además, contraria a la linealidad del ideal de progreso que plantea el capitalismo en su sinfín de nuevos productos, de desarrollo y avance, de *obsolescencia programada. (…) Ahora el pasado es siempre presente, la cultura del link ya teje una red de conocimiento que desborda la linealidad y crea un eterno presente. Un fondo que permite un sinfín de recombinaciones y reutilizaciones».

Ensayo y error. Equivócate mejor. estética de la caída

«Como decía Francis Alÿs,»…. realmente el espacio que me interesa está en el proceso, o en el intento, en este avance sin fin que yo veo como el espacio real de producción» (…) Este enfoque – el de usar cierto software no para lo que se ha diseñado, sino de manera inapropiada – entronca con una rica tradición que se remonta a los inicios de la cultura en red. Estamos hablando de la *cultura hacker, cuyo principal rasgo distintivo es precisamente, esa actitud lúdica de trastear e intentar llevar más allá de su uso normativo las herramientas. El espíritu, o actitud hacker, nutrida en los entornos académicos de finales de los 50 del siglo pasado, ha resultado una de las principales fuerzas motrices de desarrollo e innovación tecnológica».

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Fixmedia: la herramienta para hackear el periodismo

¿Te imaginas una herramienta que permitiera a los ciudadanos comprobar la veracidad de los noticias publicadas por los medios? ¿Una plataforma colaborativa para que los lectores mirasen con lupa los detalles de cada noticia y la mejorasen? Pues este ´gran hermano´ ciudadano contra el periodismo manipulador, inexacto o directamente malintencionado está a punto de nacer. Se llama Fixmedia.org.  Y necesita tu apoyo: está buscando fondos en la plataforma de financiación colectiva Goteo (crowdfunding for the commons). En pocos días han conseguido 2.090 euros (el 37% de lo necesario). Todavía faltan 33 días.

¿Y cómo funcionaría esta herramienta para hackear el periodismo? Así de sencillo: “A través de Fixmedia.org, cualquier persona podrá con solo dos clics reportar errores y ampliaciones a las noticias de cualquier sitio online en un lugar común en donde las personas podrán debatir la idoneidad (o no) de dichas aportaciones. Fixmedia.org clasifica y segmenta los errores (omisión, titular engañoso, cita sin atribuir, etc.) y ampliaciones (cifras, imágenes, ejemplos, etc.)».

Fixmedia es el terremoto que faltaba a la tormenta perfecta de la prensa. Y la prueba de cómo ha dado la vuelta en este inventillo de la información. Antes, cuando un lector encontraba un error apenas podía enviar una carta al director. O acudir a la pomposa figura del defensor del lector. Los agregadores como Menéame rompieron la barrera existente entre medios y blogs. Los redes sociales actualizan y corrigen en tiempo real los errores o manipulaciones de algunos medios. Pero Fixmedia asienta un golpe brutal al flujo vertical e unidirecional de algunos cabeceras informativas: coloca a cada lector en un  «defensor del periodismo». Y los errores pueden pasar a ser «virales colectivos» a favor de la verdad (en contra de algunos medios).

¿Es necesaria la existencia de una herramienta como Fixmedia? Juanlu Sánchez, en su blog, piensa que sí porque «falla el mensajero«.  En mi opinión, si los medios tratasen la información como un proceso participativo, si abriesen el código de las historias, si se olvidasen de viejas inercias verticales, Fixmedia o MediaBugs serían innecesarios. Existen algunas prácticas periodísticas alentadoras, aunque todas incompletas. En Korea, hace años que existe un diario, Omny News, hecho por los lectores (apenas hay editores que verifican informaciones). The Guardian y 20 Minutos cuentan con los lectores antes y durante la preparación de las noticias. El argentino La Nación libera las bases de datos utilizadas para redactar noticias, para que cada lector apure el dato que quiera. La plataforma Weblogs corrige los errores de su información gracias a los lectores: tacha una palabra y agradece a quien descubre los fallos.

Pero mientras siga habiendo portadas tergiversadores y manipuladoras como esta del diario de ciencia ficción española ABC, Fixmedia es una herramienta absolutamente necesaria.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

Historias con código abierto

«El enfrentamiento se produce entre narraciones abiertas y narraciones cerradas. Historias que muestran el funcionamiento de la máquina mitológica e historias que lo esconden. Programas narrrativos open source y propietarios; narradores que se dirigen a otros potenciales narradores y vendedores de historias que buscan sólo compradores». Este texto pertenece al libro Código Fuente, la remezcla (descarga gratuita), publicado por el colectivo Zemos 98. Historias cerradas frente a historias abiertas. Vendedores de productos frente a ofertantes de servicios.

En un capítulo El desenlace, Wu Ming 2 – uno de los escritores italianos del colectivo Wu Ming que publica obras colectivamente con licencia copyleft – sostiene que en nuestros tiempos la distancia entre expertos y aficionados se ha reducido. Al igual que en la Ilustración, cuando científicos y pensadores amateurs recodificaron el mundo,  la relación entre expertos y aficionados, entre escritores y lectores, es más informal. «Hoy cuando contamos una historia – afirma Wu Ming 2 – nos dirigimos a lectores mucho más “meditativos”, menos consumidores y más multiplicadores de contenidos culturales. El mundo de mañana será el resultado de un conflicto/negociación entre los grandes medios de comunicación intentando montar su negocio “a costa de” los usuarios, y la demanda de estos de contenidos siempre más abiertos y maleables: dónde, cuándo y cómo los quieren».

De un lado, el modelo de medios de contenidos pagos de Rupert Murdoch y la industria de entretenimiento que sueña con la obsoleta Ley Sinde; del otro lado medios abiertos como The Guardian o 20 Minutos y el movimiento de la cultura libre. De un lado los medios que segregan al lector-periodista en una sección llamada «Tú reportero» ; del otro, los que construyen la historia con la ayuda de los lectores. «Las empresas – continúa Wu Ming 2 – desean meter en un recinto la inteligencia colectiva en lugar de permitirle existir como forma independiente de creatividad. A su vez, la inteligencia colectiva rompe las empalizadas y se escapa gracias a la acción de los consumidores/multiplicadores que la convierten en algo  imprevisible».

Una pregunta al aire. ¿Qué es el contenido en la era del click, de la sociedad en red?  Jeff Jarvis, autor del influyente blog Buzzmachine,  redefinió intuitivamente el contenido así: «Cuando añadimos tweets, mejoramos el contenido. Cuando hacemos una foto y la subimos a Flickr es contenido. Cuando decimos algo sobre esas fotos — etiquetándolas — es contenido. Cuando hacemos esas cosas en Facebook, que pueden ver nuestra gráfica social, crea un meta capa que añade más contenido”. De acuerdo en parte. Pero yo haría un matiz: eso es contenido con valor añadido. Contenido que está siempre en beta, que no es definitivo. Que muta. Que crece. Que se corrige. El valor añadido, las nuevas capas, llegan a ser tan importantes como contenido original. El pie de página – como en la novela Pálido fuego de Vladimir Nabokov – acaba sustituyendo a la página, aunque de una manera más dulce.

Y llegamos a donde quería: creo que no es suficiente con dejar que el usuario opine, comente, comparta, genere valor añadido. Necesario-pero-no-suficiente. Para ello, usaré un argumento del medievo de la era digital, de Tim O´Reilly, escrito en el año 2006. En Qué es Web 2.0, Tim asegura que en Internet 1.0 existía un modelo de compra / venta de productos cerrados, definitivos, en alfa. Y que en la Web 2.0 apenas existen servicios. La clave está en entender los productos – un programa informático, un periódico, un edificio, un libro – como un servicio. El contenido como un servicio permanente, abierto, prolongable en el tiempo. Y los medios de comunicación lo deberían tener fácil, pues ser un servicio para los ciudadanos siempre fue uno de sus objetivos a alcanzar. Los medios, para reinventarse, deberían pensar en cómo seguir siendo relevantes recuperando su papel de servicio. Pero tienen que entender aquello del 2.0: abrir el contenido desde el pitido inicial, construir plataformas sociales alrededor del contenido, crear narraciones abiertas que involucren la creatividad del individuo, intentar que las redes sociales sean apenas parte de algo mayor, de una comunidad. Mejorar los servicios con la ayuda de los que los disfrutan, de los lectores / ciudadanos.